TIEMPO DE POLÍTICA
Salvador Fernández
Publicado en el DIARIO DE TABASCO
Muro de los lamentos, Silbestre caza a Speedy González
El muro ya como amenaza cumplida y con la cacería de ilegales mexicanos los gobierno federal y estatales deben prepararse para recibir la deportación masiva de connacionales.
La construcción del muro es un acto hostil, no es de un país amigo y nos recordó una frase olvidada por los mexicanos embelesados por el Tratado de Libre Comercio: “Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses”, que se vieron afectados cuando la balanza comercial nos favoreció en 60 mil millones de dólares anuales.
Salvo el títere de Luis Videgaray, la exigencia nacional al presidente Enrique Peña Nieto es que no acuda a la cita con su homologo Donald Trump, para salvar la poca dignidad que le queda por el pésimo e improductivo manejo de la relación con el candidato, presidente electo y ahora en funciones mandatario de EUA.
Se lo piden los senadores de su partido, los líderes de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, además de la clase política e intelectual del país.
Si partimos de la base de que EUA respeta a los países que se hacen respetar y a la fórmula beligerante escrita por Donald Trump de que a “mis adversarios les creó problemas y si los veo débiles los aplasto y si no, negocio con ellos”, la estrategia del gobierno mexicano sigue equivocada.
¿El títere de Videgaray, el canciller privado del yerno de Trump, y el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, quienes viajaron a Washington el martes, fueron chamaqueados o ya sabían que este miércoles se firmaría la construcción del muro? Grave, muy grave sea cual fuere el caso. ¿El yerno de Trump, amigo personal del aprendiz de Canciller, no les aviso que el muro se ordenaba ayer?
El gato Silbestre exhibió y humilló a los dos Speedy González, cuya serie fue prohibida en 1999 por representar unos estereotipos injustos y falsos sobre los mexicanos, pero que ahora retomó con singular alegría el presidente de los EUA y reencarnaron a la perfección en su versión lenta Videgaray y Guajardo.
A la guerra comercial declarada contra México por la amenaza contra las empresas que inviertan en México, la guerra geolpoítica con el muro y las deportaciones masivas anunciadas, se debe entender que también sostendremos una guerra cultural por lo menos con las autoridades y sectores proteccionistas y racistas de EUA.
Así analizan la confrontación con el vecino distante del norte la comunidad académica e intelectual del país, ante la ceguera de los funcionarios claves de la administración de Enrique Peña nieto y lo que han llamado el “senado del silencio” por la pasividad de la cámara alta para integrar una política exterior que dejó de ser respetada por la comunidad internacional.
TIEMPO PERDIDO.- Anoche en un mensaje en cadena nacional el presidente Enrique Peña perdió la oportunidad de iniciar la restauración de su vapuleado sexenio al no escuchar la petición de propios y recomendación de la oposición y comunidad intelectual de cancelar su cita con Donald Trump.
Esa era la expectativa y solo condenó las órdenes ejecutivas para iniciar la construcción del muro y anunció medidas consulares para proteger a los mexicanos de la cacería anunciada ayer por el presidente de EUA. Queda para el anecdotario la frase de que “México no cree en muros”, porque EUA sí y lo construirá.
El mandatario de aquel lado del futuro muro actúa, el nuestro sola habla y se lamenta. Exigió respeto, pero el respeto no se pide, se gana.
TIEMPO FUERA.- Oportuno y lapidario el meme en redes sociales de que “Trump cumplió en cuatro días más promesas de campaña que Peña en cuatro años”, como en el caso de Villahermosa con los pendientes cinco distribuidores viales, por recordarle algo.
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