lunes, 12 de abril de 2010

Opinión: Víctor Manuel Barceló R. /Abr 12

Tabasco en el desarrollo nacional.

Coinciden analistas que hay “bloff” en la información oficial. Para el 2010 el PIB sólo crecerá 2.5% con inflación de 5.3% y, si bien nos va, 275 mil empleos más, registrados en el IMSS. No hay políticas para lo fundamental: recuperación del mercado interno, con producción agropecuaria y repunte de mediana y pequeña industrias (Pymes) para crear empleos. Sería ir al fondo: reconstrucción de estructura productiva. El panorama político no avizora cambios en tal sentido.

Afectarán a la economía, en conjunto: el descenso en remesas del exterior (-15% enero-febrero); costo del dinero, impidiendo la inversión generalizada; reducción de inversión extranjera, entre otras, por inseguridad reinante; erróneas políticas para el campo y Pymes, difíciles de acceder, además de su mini apoyo real. Gasto para mantener paridad peso-dólar, inconsecuente con la realidad económica, también detendrá crecimiento, junto al déficit en cuenta corriente -llegará a 14 mil millones de Dl-. Tenemos un handicap de 223 mil empleos.

El gobierno persiste en colgar la recuperación económica, de repuntes en la del imperio. Éste anda a “brincos y sombrerazos” en su economía interna y relaciones con el mundo. Se acentúan sus diferencias con China y otras naciones, de su calibre y “emergentes”. Mal se hace al unirnos al “cabús” del tren imperial, que aún no sabe para donde moverse. Mala perspectiva si seguimos así.

Sirvan las apreciaciones generales, para hablar de Tabasco, en virtud de un cambio decidido por INEGI. Esta entidad –por fin- incorporó contablemente la actividad petrolera en los ingresos estatales. Era una lucha constante de gobiernos y grupos productivos, para cuantificar adecuadamente –habrá que verlo con calma- la participación de la explotación petrolera, en el PIB local, que llegó a 3.9% en el 2009.

Sano será conocer como participa PEMEX, directa y colateralmente, en el territorio y la economía tabasqueñas. Pretextos sustanciales están en el ambiente. Se sabe que en el Congreso local hay propuestas para fortalecer al sector productivo. Sobresale la Ley de Fomento Económico. Ésta seguramente considerará a Paraestatales, en considerándoos y propuestas. Se superarían complicaciones que la explotación petrolera y otras, crean en el ambiente y vida de pueblos y comunidades, tomando la ruta que debieran haber tenido desde el inicio: ser factor de crecimiento económico y bienestar social.

Dos asuntos vitales, que no pueden estar fuera del análisis ni desaprovecharse en la conformación de un Plan de Desarrollo Sustentable para la región, son: el Plan Hidráulico y la presencia, de más de medio siglo de PEMEX, en la vida tabasqueña.

La inacción para aplicar el Plan Hidráulico –iniciado en el gobierno de Leandro Rovirosa, revisado y fortalecido durante el mío, para hacer frente a la grave inundación de 1999, anunciado por la federación, en el nuevo acontecimiento de alta gravedad del 2007- no llevarlo a ejecución -por múltiples pretextos y a pesar de gestiones cotidianas del gobierno actual- deja en indefensión, a miles de pobladores, de Villahermosa y todo el Estado. Además, anula tareas a realizarse para recuperar producción agropecuaria y lograr productividad en otras.

¿De que sirven, en zonas de alta productividad como la Chontalpa –adonde están parte de las mejores tierras y cuerpos de agua de Tabasco- inversiones, pequeñas o grandes, que realiza el gobierno y los particulares, si en muchos casos, una lluvia abundante en la montaña chiapaneca o el altiplano, van a “dar al traste” con lo allí realizado, tanto en agricultura, ganadería, como en acuicultura?.

Pero el gobierno federal no toma en cuenta la larga y dolorosa experiencia de productores agropecuarios, pescadores, desarrolladores acuícolas que, con increíble paciencia y terca fortaleza, cada año retoman la tarea de siembra, cría y producción de: ganado, hortalizas, frutos, peces y otras especies para la alimentación. Si las tierras de Tabasco y sus cuerpos de agua, contarán con manejo adecuado de escurrimientos –naturales o de turbinación de presas- y con recursos para ir a producciones comerciales, “otro gallo cantaría”.

Aquí entra la participación petrolera. ¿Como entender la historia económica de Tabasco sin esa explotación?. Esta ha sido variable, pero poco o nada coopera, directamente, en el crecimiento de la economía de la tierra, a la que afecta cotidianamente. Esperemos que en la nueva Ley de Fomento se apliquen estímulos fiscales, no solo de modernización de procesos y adecuación al presente –que de por sí serán importantes- sino que superemos el paternalismo e involucremos a las Paraestatales –PEMEX yCFE- en la modernización del campo.

Seguramente se fortalecerá la creación de un Fideicomiso de rescate de la actividad agropecuaria. Ëste incluirá las cadenas productivas, a fin de colocar en los mercados, productos industrializados provenientes del campo tabasqueño. No es lo mismo carne en canal, que enlatada o empaquetada, para exportación o empresas departamentales. Mejor vender plátano, arroz, canela, cacao, pimienta y otros, empacados, incluso preparados para consumo inmediato, que a granel.

En el Fideicomiso cabría la incorporación de PEMEX y sus recursos. También la CFE y otras, debiera apoyar tal desarrollo. Ninguna con miserables aportaciones, sino, además de lo que aporten –que puede ser considerable en valor- hagan compromisos con los campesinos organizados. Hay muchos caminos para esto. Siempre requerirá de buena fe de las partes involucradas y verdaderos deseos de avanzar, hacia las buenas relaciones entre tabasqueños y paraestales.

En alguna ocasión, desde el gobierno, impulsamos la producción de insumos para alimentación de grupos importantes de trabajadores -hortalizas, carne, frutas, verduras y servicios- a partir de organizaciones de campesinos, quienes atendían, a la vez, comedores o entrega de alimentos en el sitio para su consumo. Funcionó y bien, hasta que algunas de esas entidades fueron privatizadas.

La experiencia está allí. La confianza, buena fe y preparación adecuada, fueron factores para que ello ocurriera. Fue, apenas una muestra, de lo que con PEMEX, CFE y otras entidades –incluso privadas- puede hacerse. ¿Cuántos grupos de trabajadores laboran en lugares inhóspitos, cerca de poblaciones afectadas, que podrían resarcir tales molestias, mediante su participación en la alimentación y otros menesteres de dichos grupos?. Esto llevaría a recuperar zonas productivas del campo –agricultura, ganadería, acuicultura- que aunque en pequeño, darían posibilidades de mejor relación y bienestar local.

Urge encontrar mecanismos que levanten al campo, más allá de la subsistencia. Que den perspectivas a los jóvenes de actividades que les haga sentirse útiles, importantes. Lo son por el simple hecho de nacer y estar en contacto con su medio, pero no lo registran en la práctica. Hagámoslo o resignémonos a verles entrar en la vorágine: captación, así “nomás” por el crimen organizado o “disparados” al mercado imperial, sin más que su fortaleza personal y familiar y la esperanza de remesas a sus gentes, mismas que por ahora decrecen sin freno.

Correo electrónico: v-barcelo@hotmail.com Villah. Tab. 11-abril-2010.

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