miércoles, 21 de abril de 2010

EDÉN POLÍTICO: Pedro Lara Hernández /Abr 21

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CALDERÓN Y LA POLÍTICA CHATARRA

“Los alimentos son el puente entre lo físico y lo espiritual”

Angela Goldstein.

En la reciente Cumbre de Copenhague, los principales países del mundo estudiaron las causas y las graves consecuencias del los efectos del cambio climático mundial, ahí se enfrentaron los argumentos de los fuertes intereses de las grandes empresas trasnacionales contra quienes argumentaron los graves riesgos de la sobrevivencia humana, finalmente se impuso el interés inmediato a la razón y a la supervivencia del propio ser humano. De la misma forma, ahora en nuestra visión aldeana o doméstica del asunto, los grandes intereses trasnacionales se imponen en la versión de la comida chatarra que envenena indiscriminadamente a nuestros niños y jóvenes mexicanos, creándoles graves problemas de salud como la obesidad, la diabetes y la obstrucción de las arterias de su cuerpo.

La gravedad del asunto ha provocado una interesante polémica. Lo que debería ser una fácil toma de decisiones en un gobierno serio y responsable al instrumentar una correcta política pública en salud, para cuidar a nuestra niñez y juventud nacional que es el presente y el futuro de nuestra patria, se convierte en una actitud irresponsable de un gobierno falto de ética, al ponerse de lado de los malévolos intereses de las grandes empresas trasnacionales.

La perversa y evidente confabulación de las autoridades educativas nacionales, y de las que tienen la responsabilidad de revisar los subliminales mensajes publicitarios que se transmiten en los medios de comunicación acerca de toda la chatarra alimenticia que ofrecen a nuestros niños y jóvenes y que no ayuda a una buena dieta que los nutra adecuadamente.

Toda esta irresponsable política de desentendimiento y falta de vigilancia gubernamental ha venido deformando los hábitos alimenticios de la familia mexicana. Si a esto suma usted, mi estimado lector, el incremento de los malos hábitos de una vida sedentaria con falta de programas de educación física y deportes para la niñez y la juventud de nuestro país, lo que produce, de manera natural, son graves problemas de salud pública de la población nacional.

El mexicano actual ha cambiado rápidamente el consumo de maíz cereales, frutas y leguminosas por las pizzas, las hamburguesas y los refrescos embotellados, que significa incremento de grasa saturadas, azucares, falta de fibras, vitaminas y minerales. Los especialistas calculan que en menos de 10 años el 90 por ciento de la población sufrirá obesidad y sobrepeso. Esto provocará el aumento de enfermedades como la diabetes, arterosclerosis, tumores, derrame cerebral, alta y baja presión y cáncer. Antes la diabetes tipo 2 aparecía a los 60 años, ahora está apareciendo a los 20 años.

¿Sabía usted estimado lector que México es el país con más niños obesos en el mundo, el segundo a nivel internacional con personas mayores que mueren bajo su propia gordura, que uno de cada cuatro mexicanos tienen mortales niveles de colesterol y que el 70% de los adultos en México tiene sobrepeso?

Debemos de apuntar que la fatal pandemia que el mundo está padeciendo de obesidad y diabetes, fue a su debido tiempo pronosticada por eminentes investigadores como H. Trowell y Denis Burkitt, solo que en las instituciones de sanidad y en los centros de enseñanza profesional, influenciados por la poderosa industria agroalimentaria, no les hicieron caso. Ahora padecemos las consecuencias, y podemos prevenir desastres mayores, pero, los burócratas que administran las instituciones de salud, parecen más interesados en proteger los mercantilistas intereses de los propietarios de los consorcios farmacéuticos, químicos, y agroalimentarios, que en proteger la salud de millones de engañados seres humanos.

Es importante despertar la conciencia nacional acerca de la gravedad de este problema de salud pública. Si las irresponsables autoridades del país no hacen nada, los ciudadanos debemos de tomar cartas en el asunto, creo que algo, todavía, se puede rescatar a favor de las nuevas generaciones.

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