viernes, 23 de abril de 2010

Doble Filo: Homero T. Calderón /Abr 23

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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

La industria de la ignorancia (Parte I de II)

Hoy, por necesidad moral, insistiré sobre el gravísimo tema de la educación
pública. ¿Por qué México --desde los altos niveles oficiales donde se maniobra con la educación-- no proyecta un plan que nos haga avanzar y ser mejores? El tema huele a “sospechosismo”.

Nótese que el terminajo expresado por el ex secretario de Gobernación, Santiago Creel, fue expresado en su más fuerte espontaneidad. El hoy senador lo pronunció así desde su panorama de discapacitado en educación, fruto del inoperante sistema de educación básica. Si un prohombre de su jerarquía es capaz de expresar un término que no existe, es porque es un burro. Esto lo cito porque en Tabasco, la “industria de la ignorancia” no permite que los mismos profesores reivindiquen su apostolado. Son igual de burros que Santiago Creel y muchísimos otros. Insisto, si usted como sociedad no puede producir hombres y mujeres con educación, la sociedad en su conjunto se estancará igual.

Tengo un negro presentimiento: A los hombres que gobiernan a México, no les interesa ni “uta mádere” que haya millones de burros. Igualmente, les importa gorro que la OCDE nos diga que somos “indejos”.

Tengo el presentimiento también que la industria de la ignorancia es cultivada con singular deleite porque entre más burros “haiga”, los rateros que gobiernan el país, gozan mucho más lo que se transan.

Todo este “introito” lo hago para hablar de un proyecto de Roberto Madrazo, el SITET, que nació bajo dos ópticas: UNA, para romperle la progenitora a Elba Esther Gordillo (En los hechos, Madrazo se la “interpeló”), y DOS: muchos maestros pensaron que ello permitiría “democratizar” su movimiento deslindándose del SNTE. Tras cuatro años de movimiento sindical, el SITET cayó en manos de otro discapacitado mental: Roger Arias. ¿Qué ha hecho éste por el SITET? Nada. Sólo meterle la uña al patrimonio y cuotas de sus compañeros, apoyado por el insigne ex diputado Moisés Valenzuela Rodríguez. Obviamente, la lista de cómplices es tan larga que tengo que usar varias entregas para darles cabida.

1.- El edificio del SITET costó --según Roger Arias-- 15 millones de pesos. Sin embargo, en los hechos, el costo fue apenas de 9 millones. Si usted observa, la plusvalía para el “líder” fue de 6 melocotones…

2.- Los 9 millones restantes –costo real del inmueble-- Roger Arias ya los sacó de la caja del SITET, pero la entrega que hizo al dueño del edificio fue apenas de 4 millones. Hay 5 millones más bailando…

3.- De los 6 millones iniciales que le quedaron, tuvo que repartir a sus compinches Ricardo López Frías, secretario de Finanzas (1 millón 500 mil). Con este dinerito, López Frías se habría agenciado una modesta casita en la Ra. Ixtacomitán; otro millón de pesos habrían quedado en manos de Moisés Valenzuela y otro medio melón se le habría dado a Jorge Alberto Carrillo. Arias, sin embargo tuvo ganancias netas por 2 melones. Como dijera el insigne Buck Canel: esto se está poniendo bueno…

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