LA POSTA
- LA FLOR DEL PETRÓLEO
Juan José Sánchez Gálvez
VIERNES SOCIAL 1. Salustio llegó de Coatzacoalcos portando como equipaje una bolsa de plástico, como quién dice, con una mano atrás y otra adelante. Su pasaporte a El Edén, fue una carta de su padre dirigida al líder sindical, escrita a mano, como se estila cuando la confianza es mutua. “Estimado compadre: El portador de la presente es mi hijo Salustio, no es ingeniero, pero sabe obedecer y tiene muchas ganas de aprender y trabajar en lo que sea en PEMEX. Ahí te lo encargo”. El líder petrolero lo vio de reojo y sintió que se le escapaban varios miles de pesos por una plaza transitoria que seguro tendría que distraer para el hijo de su compadre a quién debía muchos favores y había llegado el momento de corresponderle. (Pordiositosanto)
VIERNES SOCIAL 2. -Ni modo, otro cachuchazo -dijo sin voltear a ver al portador de la carta. Fueron muchos meses de entrenamiento, desde subir al camión que transportaba personal a la batería de compresión en El Bayo, Macuspana, hasta el sellado de tubería de gruesa lingada y supervisión a los trabajadores de la empresa Protexa. Los años pasaron como pasa todo en el trópico, con una lentitud sofocante, de un lado al otro, de Macuspana a Cunduacán, de Nacajuca a Comalcalco, de la Pera a la Batería, del pozo a la planta de absorción, al complejo de gas, en camión, camioneta, barco, barcaza, cayuco o lancha rápida. Pasaron no pocos años antes de que lo nombraran jefe de cuadrilla.
VIERNES SOCIAL 3. Este fragmento, es parte de la historia de muchos trabajadores petroleros que llegaron a Ciudad Pemex, Macuspana. Hoy, como en 1958 cuando se fundó esta ciudad, la esperanza de Tabasco está en el petróleo y el gas. Los primeros habitantes de esta ciudad petrolera deben recordar los tiempos de gloria, cuando recibían electricidad y gas natural gratis, juntos, pero no revueltos, por un lado, la colonia obrera y por el otro la de confianza. Tenía siete años cuando inauguraron este complejo petrolero, tres años más tarde jugaba béisbol en Ciudad Pemex, con mi sobrino Rafa, mis cuates Sico, Duchi y Neto, y varios más que armábamos la jugada en ese campo lleno de zacatón y navajilla, donde con cualquier batazo de hit la única pelota se perdía entre los matorrales.
LA CAMINERA. San José, santo patrono de Ciudad Pemex tenía su capillita por ese rumbo del llano de béisbol, cerca de la galera de los bailes de la Feria patronal; por ese camino se llegaba a El Chivero y El Panal, dos poblados al que acudía con mi madre a vender ropa en abonos. Con el tiempo la Feria de San José se transformó en la Feria de Ciudad Pemex dónde se elige la Flor del Petróleo, empieza el tres y termina el 19 de marzo, día del santo patrono. Sea por Dios.
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