viernes, 15 de marzo de 2019

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Guayabera Política


Guillermo Hübner Díaz
Publicado en el DIARIO DE TABASCO EL UNIVERSAL 

Que lo que antes fue no sea más…


Por prodigioso que parezca, auto transportistas de carga del estado se manifestaron en contra de ciertas prácticas que según ellos encierran corrupción, ese cáncer horroroso que cada día encuentra nuevas formas de manifestarse a pesar de la guerra a muerte declarada en su contra.
Lo hicieron horas antes de efectuarse ayer el Foro de Movilidad Sustentable, organizado por la secretaría del ramo que encabeza la doctora Egla Cornelio Landero y que recogería opiniones y planteamientos útiles de personas interesadas en el tema, para ser incorporados al Plan Estatal de Desarrollo 2019-2024.
(No está de más anotar que la funcionaria ofreció el 1° de enero, minutos después de protestar cumplir con fidelidad el cargo que se confió precisamente a su honorabilidad, terminar con toda manifestación que pudiera ahondar en el descrédito que venía prevaleciendo en esa secretaría, debido a malos manejos, hechos públicos y conocidos de todos, perpetrados por algunos de sus antecesores)
Buen síntoma, desde luego, buena señal, sobre todo cuando se habla ahora para todo de las bondades de la Cuarta Transformación de la República, lo expresado por quienes arrastran el estigma –de verdad o de mentira- de apoyarse precisamente en las arbitrariedades y enjuagues de las autoridades para hacer circular sus unidades sin la documentación oficial indispensable, no sólo las estatales relacionadas con el transporte sino las municipales que cobran por todo con tal de llevar al bolsillo de “alguien” algunos pesos más.
Increíble, pues, que con beneficiarse muchos de ellos a través de los tiempos con frutos de la corrupción, sean quienes ahora eleven el grito al cielo para pedirle al Creador los libre de todo flagelo, no sabe uno a ciencia cierta qué hacer, o creer, si dudar o aplaudirles.
Debían de ofrecer, también y por otra parte, comprometerse a mantener a sus unidades legalmente reguladas para que los conductores puedan exhibir en el momento en que les sean solicitados, los documentos oficiales que amparen el tránsito de sus pesados vehículos lo mismo por las carreteras que por las calles citadinas.
Los transportistas, miembros de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga, en voz de su delegado Leonel Álvarez Cid, se pronunciaron igualmente porque se anule el permiso estatal para circular contando ellos con uno de tipo federal y que se regularice el servicio de grúas que recorren la ciudad con las fauces abiertas y al primer asomo de infracción levantas las autoridades sin que muchas veces sepan los conductores adónde se las llevaron.
Sobre los primero, Álvarez Cid aseguró que esta doble autorización para circular, resta competitividad lo mismo a las empresas que al Estado, planteamiento que podría parecer lógico, pero se da el caso que no es lo mismo circular por una vía federal que por una estatal sobre las que rigen disposiciones legales distintas, cabría la discusión, no obstante para alcanzar un punto de equilibrio que permitiese una nueva relación mucho más armonioso y productiva entre las partes.
Lo de las grúas, eso sí que representa una verdadera calamidad, no sólo para los transportistas de carga que ahora le ponen su punto a esa í, sino para todos aquellos que poseen una unidad automotriz. Se trata de negocios concesionados a particulares que se obligan a aportar un porcentaje de los ingresos por arrastre a la tesorería del Estado, quedándose las empresas con la mayor parte, de manera que entre más vehículos suban a las planchas, mayores utilidades tendrán los propietarios que no hacen sino frotarse las manos las 24 horas del día sin mayores esfuerzos que los de contar y contar dinero.
En este renglón abundan los casos de auténticos atropellos, sabiéndose que existen determinados puntos de la ciudad adonde son llevados las unidades antes de ingresar a los garajes de las empresas o llevados a los corralones, también de particulares, y cobran hospedajes más caros que un hotel de tres estrellas. A ellos acuden los conductores encontrando sus vehículos todavía arriba de las planchas, hablan con un agente de tránsito motorizado que está ahí y con el conductor de la grúa y de ahí no pasa a mayores el asunto mediante el pago a la mano de una determinada cantidad de efectivo, tanto para ti, tanto el otro.
Otro caso cuya revisión solicitaron sea revisado de inmediato para poner un hasta aquí, es el de los vehículos llamados “piratas”, muchos de los cuales transitan sin placas y otros con números económicos repetidos… Irregularidades, amable lector, que hay que atender de inmediato sin ponerse a pensar mucho, se hayan o no beneficiados con ellas los transportistas que ahora desean que las cosas marchen de manera distinta, las dudas existen y en tratándose de una Cuarta Transformación de la República, el horizonte gubernamental debe de ser el más despejado y luminoso posible. Que lo que antes fue, no sea más…

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