domingo, 26 de noviembre de 2017

Exconvento Franciscano y Parroquia El Sagrario de Tulancingo, conserva actas del siglo XV / Do Nov 26

SOCIEDAD / DOMINGO 26 DE NOVIEMBRE DE 2017

Exconvento Franciscano y Parroquia El Sagrario de Tulancingo, conserva actas del siglo XV

Publicado en el DIARIO EL HERALDO DE TABASCO

Los documentos fueron digitalizados
No se permitía a los Párrocos que en el Archivo sea manejado por extraños al quehacer religioso

Concepción Ocádiz / El Sol de Tulancingo
En el Catálogo del Archivo Histórico del exconvento Franciscano y Parroquia El Sagrario de Tulancingo, que data de 1585 a 1899, se encuentra una riqueza cronológica de información que habla sobre el papel de la iglesia durante los siglos XVI al XIX.

Están por ejemplo, los libros de bautismos en Tulancingo, en el siglo 16. Los documentos fueron digitalizados, pues, como se sabe, su importancia, fue resguardada en la biblioteca de la Catedral Metropolitana, que es un lugar de gran valía y peso histórico.

De hecho, algunos están escritos en lengua náhuatl y otros tienen la traducción al español.

Por aquellos años, en 1573 había en este sitio, Tulancingo era considerada Alcaldía Mayor y su jurisdicción comprendía: Acatlán, Acaxochitlan, Atotonilco El Grande, Huasca, Singuilucan, Tutotepec; 3 años más tarde se pensó que la iglesia era insuficiente para albergar a la feligresía. En aquel año había 5 mil 500 tributarios, divididos en castas.

NO ERA IGUAL PARA TODOS

Sin duda, los libros parroquiales asentaron el bautismo de los fieles católicos. Pero, hace muchos años, no era para todos igual.

Se sabe que a quienes pertenecían a las clases altas, se les concedió el privilegio de mantener un nombre especial, más largo o complejo, en comparación al resto, a la gran mayoría.

En el Archivo Histórico, se encuentra un documento del 6 de abril de 1592, el Libro de “Bautismos de Castas de Jaltepec”y también de “Castas Tulancingo”, de “Españoles” con fecha del 17 de junio de 1642, de 1672, el de “bautismos de Santa Ana, Metepec y La Asunción”.

Hay otro ejemplo: Uno de fecha 2 de enero de 1695, firmado por Fray Thomas de Padro; donde se informa, sobre los “bautismos de los indios de la Jurisdicción de Tulancingo. Hay además de 1845, pero es de mestizos.

¿CÓMO ERAN LOS DOCUMENTOS?

Los documentos parroquiales, entonces señalaban la fecha de inscripción, los datos generales de los padres, la vecindad, nombre y ocupación de los testigos.

En el margen inferior se imprimía exclusivamente la firma del párroco, aunque ocasionalmente suscribían también los escribanos que levantaron el registro. La figura religiosa era quien plasmaba la identidad de los pequeños que nacían, y establecía la fecha de inscripción.

Es importante señalar que el Catálogo del Archivo Histórico, se divide en dos secciones: Disciplinar y la Sacramental (en esta última donde se encuentran los bautismos, confirmaciones, matrimonios y defunciones desde el año 1585).

LAS ACTAS

Con el paso del tiempo, ya para el 10 de septiembre de 1922 fecha en que se celebró el primer sínodo (reunión de obispos) en la Catedral de Tulancingo, se estableció que el Archivo Parroquial constaría de los libros a fin de tener más en orden los documentos del catolicismo: de Bautismo, Confirmaciones, Matrimonios, Defunciones, Status Animarum, Informaciones Matrimoniales, Providencias, Circulares, Conferencias, Cuadrantes, Canon, Efemérides, Asociaciones, Registro de Diezmos, e Inventarios.

Entre las reglas destacan: Empastados, la letra negra, un margen correcto, y que las actas debían numerarse en orden rigurosamente progresivo, empezando con el año y en el cuerpo de ellas nunca se usarían cifras numéricas, sin o letras, para expresar fechas, edades, etc.

Así, las actas de Bautismo se asentarán en dos libros diversos: uno las de los hijos legítimos, y en otro las de los naturales.

En el primero de los casos, apuntar el nombre de la madre, siempre que conste públicamente su maternidad o ella lo pida al Párroco de un modo espontáneo, por escrito o ante dos testigos. En cuanto al nombre del padre, solamente se apuntará si lo pide en la forma indicada con respecto a la madre, o si es conocido por documento público y auténtico. En los demás casos se pondrá simplemente: hijo de padre no conocido o de padres no conocidos. Los libros del Archivo, los documentos de la Sagrada Mitra y cualesquiera otros se guardaban en estante cerrado con llave.

Las normas, emanadas del Derecho Canónico, permitieron conocer la organización de la iglesia e indican la responsabilidad de los párrocos de asentar los datos más importantes de su labor pastoral en los documentos del archivo.

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