jueves, 1 de julio de 2010

Opinión: Francisco Peralta Burelo / Jul 01

ooo
(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Iguales, elecciones 2010 y 2012

Las elecciones del próximo domingo --como las que se efectuaron en julio del año pasado-- serán un adelanto de las presidenciales que se celebrarán en 2012.

De tal manera tienen que verse. O son las mismas elecciones, nada más que celebradas en tiempos calendáricos diferentes, aunque bajo un patrón político-electoral similar.

O, dicho de otra manera, 2010 es 2012. Unas y otras elecciones --aunque éstas sean locales y las que vendrán entonces, federales-- son la misma cosa, con un PRI dispuesto a retener el poder en los estados por él gobernados y un PAN decidido a mellarle su poderío --aún sea recurriendo a alianzas coyunturales-- en las entidades priístas, y a retener la Presidencia de la República y recuperar el Congreso de la Unión.

Este domingo cuatro se dará la lucha por doce gubernaturas, diez de ellas priístas, una panista y una perredista, y desde luego por la Presidencia de la República. Es, ya, el segundo paso --el primero se dio en julio del 2009-- del proceso sucesorio nacional, en donde los gobernadores priístas medirán fuerzas --y tratarán de derrotarlo desde ahora-- con el panismo y con el gobierno panista, quienes a su vez intentarán a toda costa hacerse de una victoria que ya les parece negada (pero sin que haya nada escrito).

Como se den estas elecciones se darán --es de inferirse-- las de 2012. No se ve cómo puedan ser unas y otras de diferente manera. Lo que ocurra ahora sucederá entonces; lo que hasta el día de hoy ha sucedido, sucederá dentro de dos años.

En estas elecciones un candidato (del PRD) fue tomado preso, otro (del PAN) inhabilitado con una auto de formal prisión (aunque sin ser privado de su libertad) y un tercero (del PRI) privado de la vida. Cuatro o cinco candidatos a diputados locales o a presidentes municipales sucumbieron ante las balas. Los gobernadores priístas impusieron a sus delfines, le metieron recursos públicos a las campañas, se involucraron directamente en ellas; hubo guerra sucia por ambos bandos; fueron cooptados los institutos electorales; se gestaron elecciones de estado. La Federación hizo su parte.

Se gravaron conversaciones, hubo espionaje (y quizá hasta actos de sabotaje). Se ensuciaron todos los procesos electorales, ahí sí que en cada uno de los estados, se repartieron despensas, se compraron votos, se practicó el empadronamiento fraudulento, se usaron programas sociales con fines electoreros. Qué no se ha hecho y qué no se hará el cuatro de julio.

Estas elecciones deberían ser ejemplares y democráticas. Ni una ni otra cosa será. Debería de ganar en cada entidad el partido y el candidato que más simpatías despierten; no ocurrirá así, sin embargo. Podría anticiparse un gran fraude electoral en cada estado, quizá, como se dice, sin temor a equivocarse.

Como sean estas elecciones serán las del 2012. ¿O habría alguna esperanza de que sean diferentes a las que veremos el próximo cuatro de julio?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.