miércoles, 12 de diciembre de 2018

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CARTA ABIERTA

Virulencia
contra Núñez

JORGE NÚÑEZ

Núñez es admirador de la escuela de Giovanni Sartori. Ese pensador italiano, ya fallecido, que tuvo en la democracia el hilo conductor de su brillante trayectoria y obra intelectual. Según sus críticos, de dentro y de fuera del partido, el gobernador fue un rotundo fracaso en su sexenio . ¿Y qué habría podido hacer, se preguntan otros tantos, ante el desplome en las partidas federales del Gobierno de Enrique Peña Nieto?
Es verdad, todos esperaban mucho más de este Gobierno perredista que borró más de setenta años de hegemonía priista. Esperaban que hiciera borrón y cuenta nueva, que transformara a Tabasco en un estado más próspero.
Lo cierto es que Núñez hizo lo que pudo... con lo que tuvo a su alcance. La primera parte de su Gobierno la dedicó a rescatar a Tabasco del saqueo sufrido por la administración de su predecesor, el priista Andrés Granier Melo.
Hoy, muchos hacen leña del árbol caído e insisten en que Núñez  se entregó al poder e influencia de miembros de su entorno familiar, más precisamente de su esposa Martha Lilia López de Núñez.
La gente más cercana al mandatario estatal disiente de esta hipótesis. Núñez podrá tener muchos defectos, porque nadie es perfecto, pero ninguno de ellos radica en dejar a otros la tarea de su ejercicio público. Y vaya que Núñez ha tenido una larga trayectoria en este sentido.  
Es posible que algunos miembros de su gabinete hayan incurrido en actos de corrupción. Esto se encargará de resolverlo el nuevo Gobierno morenista de Adán Augusto. De lo que sí hay la certeza absoluta es que ni él ni ningún familiar incurrió en esta práctica.
¿Debería reconocer Núñez lo que dejó de hacer? Seguro. Pero hay la impresión de que se actúa con saña contra un mandatario que estuvo prácticamente contra las cuerdas en el aspecto presupuestal.
Todo esto viene de la mano con el apoyo que Obrador ha prometido a Tabasco, con el adelanto de una parte del presupuesto asignado a Tabasco en 2019.
La gente que sigue leal a Núñez se pregunta si Obrador, astuto e inquisitivo, tendría la osadía de salvar a un Gobierno que estuviera bajo sospecha de un desfalco de las arcas estatales.
La responsabilidad que pesa en Obrador sería mucha si, como dicen los acusadores, hubiera algún indicio de que Núñez o alguno de sus allegados robó el presupuesto de Tabasco.
Quedaron muchas cosas por hacerse, de eso no hay duda. ¿Pero quien hubiera tirado la primera piedra ante las condiciones económicas adversas?
Puede que a muchos no les parezca, pero Núñez hizo lo que tenía que hacer. Aunque esto mismo no puede decirse de muchos de los miembros de su gabinete.
Núñez quedará ante el juicio de la historia. Como admirador de Sartori, saldrá adelante en el aspecto democrático al haberse abstenido de meter mano en la elección del 1 de julio.
Por ahora tendrá que aceptar lo inevitable: ser zarandeado por quienes siempre han hecho lo mismo en cada fin de sexenio.
Adán debería tomar nota de esto. Porque es posible que también viva algo similar en sus últimos días como gobernador.

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