jueves, 15 de diciembre de 2016

Velan y entierran a menores y a madre asesinada / Jue Dic 15

Velan y entierran a menores y a madre asesinada

Alex Almeida / Publicado en el DIARIO DE TABASCO / 15/12/201605:00:00
Al presunto actor intelectual de la masacre familiar fue reclamado por sus familiares, trasladado a otro sitio para ser velado y enterrado en otra parte
Este miércoles a las 10 de la mañana fueron sepultados los cuerpos de los tres niños y la señora en el panteón de Nicolás Bravo, previéndose la realización de una misa en su honor en la Iglesia de Santa Clara, en tanto que el esposo fallecido es velado en la comunidad del Rio negándole la Iglesia católica la celebración de la santa misa.

La muerte de los tres menores llevó a que los planteles escolares “Gregorio Méndez Magaña” así como el Kínder “Josefina Mistral” se dijeron en luto tras haber perdido a quienes llamaron tres ángeles niños que estudiaban en estos planteles escolares y que eran a pesar de su pobreza apreciados por sus demandas compañeros según versiones de la directora Juana María García Hernández.

Esto mientras que en la módica casa de la comunidad de Nicolás Bravo se velaban los cuerpos de los tres niños Ángel de Jesús, Magali del Carmen y Nicol Dalila y de la señora Ana Patricia Bautista de la Cruz en tanto que el extinto esposo Ramón Isidro Miranda que se ahorcara fue reclamado por su hermana Sara Isidro y llevado a la comunidad del Río para ser velado.

Surgió, que además versiones de parte de los vecinos en el sentido de que el ahora extinto tenía problemas con su esposa y que la noche anterior tras tener celebración a la virgen se encerró con sus hijos y su esposa, escuchándose golpes ya sobre la madrugada en donde se estaba cometiendo los crímenes.

Los cadáveres fueron velados en donde fuera su hogar los familiares de los niños y de la difunta entregaron a los familiares los cuales no permitieron que el cuerpo del extinto y responsable de los hechos fuera llevado al que fuera su hogar, en uno de los ataúdes fue metida la señora Ana Patricia junto a su menor hija Nicol Dalila.

Debido a lo horroroso de los hechos los padres de familias de las escuelas donde estudiaron los niños optaron por no llevar a sus hijos, prefiriendo la mayoría de estas por tomar en su manos una rosa y depositarla en los féretros ante el gran dolor y el llanto que no cesa en el hogar donde por muchos años viviera esta extinta familia y que puso de luto al municipio jalpaneco.

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