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23 mujeres privadas de la libertad se capacitaron y ahora tienen una actividad productiva
"Ahora sí que te agarraron con las manos en la masa". Las risas se convierten en carcajadas al saber que la broma no hace alusión a ningún delito sino a la nueva actividad productiva que ha iniciado en el área femenil del Centro de Reinserción Social del Estado de Tabasco (CRESET).
Se trata de la panadería “El sabor de la esperanza", inaugurada unos días antes de que concluya el 2016 y donde 23 internas hacen pan dulce y pastelitos que les pueden significar ingresos en beneficio de sus familias, además que les sirve para emplear su tiempo de manera positiva.
Y es que pese a estar privadas de la libertad, esas 23 mujeres decidieron emplear 120 horas de su vida para tomar el taller de "Fortalecimiento de Competencias, Empleabilidad y Autoempleo", a partir de lo cual obtuvieron una constancia que las acredita como personas calificadas para trabajar en la panadería.
"Es muy motivante ver cómo a avanza el proyecto de la panadería, que es un esfuerzo conjunto entre la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y el Centro Estatal de Prevención Social del Delito y Participación Ciudadana (CENEPRED) de la Secretaría de Gobierno", manifiesta Arturo Maldonado Pulgar, Director General de Prevención y Readaptación Social.
El servidor público agrega que con esta nueva actividad, las internas están mejor capacitadas para el trabajo y, en los hechos, ahora pueden traducir sus conocimientos a la realidad a través de la panadería, lo cual les sirve también como terapia ocupacional y es un factor determinante para una sana reinserción.
Silvia del Pilar Abreu Vera, directora general del CENEPRED, explica que para instalar la panadería se entregó equipo en el marco del Programa Nacional para la Prevención del Delito (PRONAPRED 2016), lo cual consistió en un horno industrial, 10 bandejas de plástico, una batidora, moldes para cupcakes, cuchara de madera y otros enseres, además de un vale por 15 mil pesos para insumos y cinco mil para gas.
"El nombre de la panadería se debe a que la esperanza es fundamental para las personas privadas de la libertad, la esperanza de saber que una vez que purguen su pena pueden volver a sus casas, con sus familias y hasta con un oficio aprendido les motiva a no dejarse caer; y la esperanza, además, deja un buen sabor de boca, igual que los panes y pastelitos que ya realizan las internas en la panadería El Sabor de la Esperanza", concluye Arturo Maldonado Pulgar.
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