sábado, 29 de noviembre de 2014

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Expedientes secretos CH

Siempre se ha especulado sobre la creación de los emblemáticos personajes de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito. Entérate de su verdadera historia

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29/11/2014 03:05 Azul del Olmo, Eva Díaz, Luis Felipe Castañeda, Salvador Franco y Roberto Rondero / Publicado en el Diario Excélsior
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En algún momento combinó dos de sus exitosos programas. Quico junto a El Chapulín Colorado. Fotos: Archivo Excélsior/Televisa

CIUDAD DE MÉXICO, 29 de noviembre.- ¿Quién nació primero El Chapulín Colorado o El Chavo del 8?, ¿fue el propio Roberto Gómez Bolaños quien les dio una imagen o tuvo ayuda de alguien?, ¿fueron personajes creados específicamente para un fin o fueron resultado de la casualidad?, ¿han tenido esa imagen desde el principio o los cambió en el último momento?, estos y muchos otros hechos revelaremos gracias a los hijos del propio Chespirito quienes nos cuentan el proceso creativo.
De entrada hay que tener claro que Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, ya tenía una historia bastante sólida antes de El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado, sus dos personajes emblemáticos.
Por otro lado, su sobrenombre, Chespirito, tiene su propia historia que se remonta a la época de los años sesentas cuando su actividad creativa como escritor y productor era fuerte trabajando con las estrellas del momento como Viruta y Capulina, Pedro Vargas e incluso Mario Moreno, quien le pidió que escribiera lo que sería El estudio de Cantinflas, programa que finamente no se realizó por las exigencias del mimo.
En esa época fue el director de cine Agustín P. Delgado quien lo bautizó como Chespirito que resultó del diminutivo de Shakespeare y que al castellanizarse quedó como lo conocemos.
El argumento de Delgado fue que Roberto era tan prolífero y creativo que lo semejaba al escritor inglés, pero como Gómez Bolaños es chaparrito el apodo le acomodaba mejor si cariñosamente lo hacía en chiquito.
Ahora bien, en 1968  Chespirito firma con la recién inaugurada Televisión Independiente de México (Canal 8). Ahí tuvo media hora de tiempo aire los sábados  para hacer lo que quisiera, así nacieron series como Los supergenios de la mesa cuadrada y El ciudadano Gómez, de estas series surgen personajes como El Dr. Chapatín y el profesor Jirafales, pues en el elenco ya había contratado a Ramón Valdés, Ruben Aguirre y María Antonieta de las Nieves.
Fue tanta la aceptación de estas emisiones que en 1970 el tiempo se extendió a una hora, pero ahora en lunes por la noche, justo a las ocho de la noche.

Y LLEGA EL CHAPULÍN COLORADO

Fue en este momento que hace su aparición el inigualable Chapulín Colorado una parodia a los súper héroes extranjeros, fornidos, grandes, sagaces y siempre en actitud audaz, El Chapulín Colorado por el contrario era bajito, delgado, despistado y no muy valiente, aunque siempre dispuesto a ayudar al desvalido, respondiendo al llamado de: ¿Y ahora, quién podrá ayudarme?
Su primera aparición (1970) fue en un segmento del programa Los súper genios  de la mesa cuadrada, emisión que tiempo después cambió de nombre a Chespirito.
Su popularidad creció y en 1972, el Chapulín Colorado ya tenía su propio espacio de media hora semanalmente, así fue hasta 1979 cuando deja de ser serie para convertirse nuevamente en un segmento más del programa Chespirito, hasta 1993.
Darle vida a El Chapulín Colorado fue un trabajo familiar, pues el autor pidió ayuda a su esposa Graciela Fernández y opinión a su seis hijos.
Tengo muchos recuerdos de esa época, era muy chistoso ver a mi papá en la casa con payasitos de colores, primero quiso ser un chapulín común y corriente, es decir, verde, pero no existían en esa época mallas verdes, ni algo que se le pareciera, sólo había rojo y azul que no podía usar por el croma que se usaba para TV, también había negro pero se veía muy tétrico. Era muy simpático y nos reíamos de lo lindo al verlo con mallas rojas”, comentó divertida en una de las pláticas que tuvo con Excélsior, Marcela Gómez Fernández, hija de Chespirito, que en ese entonces tomaba clases de ballet.
Marcela ahondó en sus recuerdos y describió que el diseño fue perfeccionado por su mamá y que fue ella quien cosió el corazón con la enorme CH en el centro del pecho.
Las antenas en un principio eran agujas de tejer forradas, pero estas se perdían en el ciclorama, así que se optó por alambre, que es como se conoció finalmente al personaje.
Fue una época muy padre porque nos unió a toda la familia en torno a un personaje, a la creación de algo nuevo de mi papá, esto fue una etapa muy linda. Nos contaba algunos detalles, como las frases y nombres de otros roles, eso fue inolvidable”, comentó con cierta nostalgia.

GOLPE DE SUERTE

Fue sin querer queriendo” es la frase que constantemente repite El chavo del ocho, el niño de la vecindad con zapatos rotos, pantalón raído, playera a rayas con hoyos y singular gorra que se esconde en un barril del patio y es precisamente esta expresión la que resume perfectamente su nacimiento y creación, pues Chespirito le dio vida por azares del destino. 
El nacimiento de El chavo es curioso, es más diría que fue por casualidad. En ese entonces, 1971, mi papá tenía el programa deChespirito y ahí había un sketchLos chifladitos, que eran Chaparrón Bonaparte (Chespirito) y Lu Castañeda, que fueron de los primeros personajes fijos junto con el Dr Chapatín”, recordó Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito quien actualmente es productor y alto ejecutivo de Televisa.
Lu Castañeda lo interpretaba Rubén Aguirre a quien le hicieron una oferta de trabajo muy buena en el canal de la competencia, en el 2, Chespirito era del 8. Le ofrecieron un programa de concurso que se llamaba El club de Chori (así apodaban a Aguirre), y  mi padre le dijo que aprovechara la oportunidad”, explicó a Excélsior.
Así que para cubrir ese espacio, Chespirito materialmente se echó un clavado al baúl de los recuerdos y rescató un sketch en el que involucraba a un globero malhumorado, una niña fastidiosa y un niño pobre, ambos interpretados por adultos (Ramón Valdés, María Antonieta de las Nieves y él mismo).
Nunca pensó que tuviera éxito, sin embargo, el impacto fue inmediato así que tuvo que hacerle adecuaciones y crearles un mundo propio.
Si a Rubén Aguirre no le hubieran dado esa oferta, seguramente no existiría El chavo del 8 ”, aseguró a Excélsior su hijo.
En esa creación nuevamente Chespirito involucró a su familia pero en esta ocasión en un sentido más emocional, pues la imagen y vestuario de El chavo del ocho, salió de las covachas de Canal 8, aunque con adecuaciones de Graciela, su esposa.
Sin embargo, las actitudes y manera de actuar fue un retrato fiel de sus hijos que sometió al microscopio.
Hay muchos ademanes que teníamos de niños y que mi papá adoptó para El chavo, los brinquitos cuando dice : ‘Y sí vamos ...y  le decimos y ‘juegamos’ y hacemos y ¡zaz!’, son de mi hermana Tere que era muy inquieta”, analizó la presidenta de la Fundación Chespirito IAP.
Mío, que también es característica de mi papá, es ese dejo de timidez, el ‘es que no me tienen paciencia’, lo sacó de mí y también es parte de él. Las reacciones de cara escondida son mías”, recordó su hija.
De esta forma El Chavo del 8 se convirtió en la carta de presentación en cuanto a emisiones mexicanas en Latinoamérica, pues ya se veía en todo el continente,  llegando a más de 350 millones de personas semanalmente y si hablamos de rating, en 1975 registró números entre los 55 y 60 puntos.
Tanto fue el éxito de esta emisión que llegó a doblarse a 50 idiomas y alcanzó a países tan lejanos como China, Japón, Corea, Tailandia, Marruecos e India. Actualmente se ve en por lo menos 20 países, incluyendo Italia, Rusia y Angola.
Evidentemente el éxito se dio desde el nacimiento de este personaje, sin embargo, aunque El Chavo y el elenco que pertenecía a la vecindad llenaron dos veces en un día, enormes foros como el Luna Park en Argentina (con capacidad para 23 mil personas) o el Estadio de futbol de Santiago de Chile (80 mil asistentes), Roberto Gómez Bolaños, creador de este personaje siguió siendo tan sencillo como siempre.

MÁS CON CH

Según Gómez Bolaños al principio fue coincidencia que sus personajes empezaran con la letra Ch, (el Dr Chapatín, El Chavo de 8 y El Chapulín Colorado), sin embargo, una vez que tomó conciencia de esto, siguió con este sello particular.
Recordemos que El Dr. Chapatín fue de los primeros personajes que surgieron en la emisión Los supergenios de la mesa cuadrada. Su primera aparición fue en 1968 y desde entonces ha hecho reír con su peculiar sordera que hace que los enredos aparezcan, los berrinches que hace cuando alguien insinúa que es ‘viejo’ y su bolsita de papel que siempre trae consigo y nunca suelta.
Por cierto, en esa bolsa, Chespirito confesó que traía los rencores y venenos del mundo, los cuales están atrapados y bien sujetos para que no hagan daño a nadie.
En esa misma época y emisión también surgieron Los Chifladitos que eran Chaparrón Bonaparte y Lu Castañeda (Rubén Aguirre), dos hombres un tanto inadaptados que viven en su mundo y que a uno le daba la consabida chiripiorca, que se caracterizaba por movimientos de pies y manos.
Tiempo después fue necesaria la creación de más personajes, así que Chespirito le dio vida a Áquiles Esquivel Madrazo, mejor conocido como El Chómpiras, un ladrón despistado que nunca pudo concretar ningún golpe, pero que hacía reír con sus equivocaciones. Este personaje apareció en 1973 acompañado de El Peterete (Ramón Valdés) y luego fue inseparable de El Botija, Gordon Botija y Aguado y la Chimoltrufia, cuyo nombre real fue María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija, personificados por Édgar Vivar y Florinda Meza, que hicieron de Los caquitos toda una aventura hasta 1995.
Homenajes para grandes de la comedia internacional también estuvieron presentes en la mente de Chespirito así  que en 1974, junto con Édgar Vivar hicieron una recreación de El Gordo y el Flaco (Oliver Hardy y Stan Laurel), dando cátedra de humor fino y demostrando que el chiste mudo seguía funcionando. Estos personajes los siguió usando hasta 1993.
Otro personaje aunque tuvo una vida relativamente corta, fue el reportero de la Chicharra, Vicente Chambón con su fotógrafa Cándida (Florinda Meza)
La chicharra fue un programa que duró muy poco nació y murió en 1979, sin embargo los enredos de Chambón siguieron en segmentos dentro del programa de Chespirito hasta 1984. Este singular reportero era el comodín de este diario cuyo lema era: La chicharra, el periódico que hace ruido, porque lo mismo investigó de deportes, política o espectáculos.
Hasta aquí un recuento de los personajes que el propio Roberto Gómez Bolaños interpretó y creó, sin embargo, es importante destacar que cada uno de los roles  salieron de su pluma e imaginación y que sus compañeros de elenco terminaron de darles vida.

CURIOSIDADES DE EL CHAVO DEL 8

  • El programa El Chavo del Ocho fue visto en promedio por 350 millones de personas a la semana.

  • Cuando comenzó el personaje de La Popis, interpretado por Florinda Meza, la pusieron con voz gangosa; a los pocos días un señor le dijo a Roberto Gómez que jamás volvería a ver su programa, porque su hijo tenía ese problema y  los niños se burlaban de él en la escuela. El autor decidió desaparecer el personaje y un año después lo reincorporó con voz normal.

  • El futbolista Pelé contactó  a Roberto Gómez  Bolaños para hacer la película de El Chavo, pero Roberto no quiso llevar este personaje al cine.

  • Durante el transcurso del programa, los actores nunca actuaron con apuntador.

  • Las primeras historietas del Chavo fueron impresas el sábado 30 de mayo de 1974 en México. Salían semanalmente y costaban 2 pesos mexicanos; eran vendidas en México y Guatemala.

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