lunes, 28 de mayo de 2018

ARMAGEDÓN / Alfredo A. Calderón Cámara / ¿Guerra o amnistía?… / Columna / Lu Mayo 28

Armagedón
“Mejor es la sabiduría que las armas de guerra, pero un pecador destruye mucho bien...
Eclesiastés 9:18
¿Guerra o amnistía?…
Alfredo A. Calderón Cámara

Día a día, semana a semana durante las campañas electorales los mexicanos siguen viendo la misma nota roja. No cambia: ejecuciones, torturas, muertes que se cuentan por cientos en el mes: desde policías municipales, estatales, federales hasta miembros del Ejército mexicano y la Marina; desde personajes dedicados al trasiego de la droga hasta escoltas, damas de compañías y por supuesto civiles indefensos. La estrategia del Estado mexicano no ha podido detener ejecuciones sumarias, decapitados y amenazas a las instituciones son asuntos cotidianos. “Una guerra de la cual no tenía idea de su magnitud”, afirmó Felipe Calderón desde el inicio de su gobierno. 12 años después, 6 seis años del gobierno priista nada ha cambiado, los muertos se cuentan por miles y miles y la cifra supera ya los 236 mil muertos. Ya no hay sorpresas. Algunos no aceptan el término de Estado de guerra o Estado fallido, la realidad indica que todos los días se rinde en consecuencia un parte de guerra.

¿Será posible ganar? Se preguntan y no tienen respuestas. Definiciones aparte, lo evidente avasalla. Se trata de una rebelión generalizada de la delincuencia contra las instituciones de seguridad. Quizá nunca se gane en definitiva pero la posibilidad de perder es evidente. Una o dos victorias a cuenta gotas, pero la realidad aplasta: México sigue perdiendo. Se tiene que entender que la guerra no está en nuestra cultura, los mexicanos somos pacíficos, los únicos gritos de: “Mexicanos al grito de guerra” están en el himno nacional. Tenemos casi sin años de haber terminado la Revolución Mexicana y 73 años que terminó la Segunda Guerra Mundial; los únicos recuerdos de la guerra que se tienen son las películas. La gran mayoría ha crecido en el discurso de un México pacifista, que rehúye a esa atrocidad. Pero resulta que tiene poco más de 12 años que estamos inmersos en una guerra que nadie buscó.

Que nos ha tocado vivir en una guerra sin razón a pesar de la voluntad pacifista que tenemos, que es obligada. Una guerra donde están en juego valores superiores a la paz como convicción. La libertad, el imperio de la ley, la justicia, el Estado mismo. Ése es el caso. Si perdemos al Estado perdemos al garante de nuestras libertades, así de sencillo y dramático. La sangre de nuestros hermanos, familiares, vecinos gritan que esta guerra no puede ser postergada indefinidamente. La historia dice qué por rehuir la guerra en Europa, los Estados Unidos sólo entraron después de Pearl Harbor en un escenario de devastación que dejó la Armada Imperial de Japón el 7 de diciembre de 1941. Atrás había ya millones de muertos. Faltaría otro tanto para lograr la destrucción del Tercer Reich. ¿Exagero en las comparaciones? Por supuesto que exagero. Se trata de asuntos de diferente dimensión. Sin embargo, en la forma de asumir el reto no hay diferencia. Fox dejo pasar y dejo crecer.

La primera misión del Estado mexicano, su razón de ser, es la seguridad. Un Estado arrinconado no da garantías a sus ciudadanos, tampoco a los inversionistas. Un Estado sangrante no proyecta futuro. Al ser la seguridad un asunto de Estado es también una cuestión de justicia. Que millones de mexicanos salgan de la miseria depende, en buena medida, de que el Estado mexicano recupere su fortaleza y dé garantías mínimas de seguridad. Regresar a la tranquilidad ficticia es una tentación que merodea. Decir aquí no pasa nada sería una forma de evasión, de populismo, de cobardía. Por ello, porque miles y miles de mexicanos ya no sienten lo duro sino lo tupido, es que ven una alternativa en la propuesta de amnistía hecha por Andrés Manuel López Obrador, para quienes no han perdido nada y sufren porque no quieren perder tiene sentido si se le estudia como parte de un mecanismo de construcción de paz. El Estado de guerra sólo ha servido de distractor para seguir hundiendo y vendiendo al país bajo la premisa: puede más el morbo de la nota roja que la seriedad del análisis político; por ello, el cuestionamiento es: ¿Guerra o amnistía?...
EL SEPTIMO SELLO
Vivimos días de tormenta. Por fortuna no estamos acostumbrados ni debemos acostumbrarnos a que la sangre corra a diario…

LA SEPTIMA TROMPETA

Entendamos: México es hoy un país con una guerra declarada, no como la tiene: Estados Unidos; la tiene contra un terrorismo de distinto semblante. También puede revisar esta columna en el portalhttp://www.elimparcialdetabasco.com/. A sus órdenes al teléfono 9932951489.

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