José Luis Gutiérrez Gutiérrez
EVIDENTE: FELONÍA Y COBARDÍA
Como muy pocas veces suele ocurrir en el ámbito político local, tirios y troyanos coinciden que la renuncia de Gustavo Rosario Torres a la secretaría de Gobierno es no solo una colosal felonía al gobernador Arturo Núñez Jiménez, sino también una manifiesta cobardía.
Se va por miedoso, incompetente, ineficiente e ineficaz. Simple y sencillamente la silla le quedó demasiado grande, más grande que a su antecesor César Raúl Ojeda Zubieta.
Volvió a fracasar como lo hizo con Roberto Madrazo Pintado en la entonces súper secretaría de Fomento Económico y como lo hizo al frente de la desaparecida Procuraduría General de Justicia en el sexenio de Andrés Rafael Granier Melo.
Nada más que ahora su fracaso fue colosal, pues era el titular ni más ni menos que de la segunda posición políticamente más relevante del gabinete “núñista”: la secretaría de Gobierno.
La que desde su llegada se modificó para darle más atribuciones -más poder- legales relacionadas con el rubro de la Seguridad Pública.
En contraste a Ojeda Zubieta el ex edil de Centro en el gobierno de Enrique González Pedrerotuvo más fuerza. El mismo que lo llevó a enfrentarse con Fernando Valenzuela Pernas y Amet Ramos Troconis y con mengano, fulano, zutano y perengano.
Literalmente se peleó con todo el mundo. El sello distintivo de la casa.
Su peor fiasco fue en materia de Seguridad Pública. El crecimiento exponencial en los índices delincuenciales lo dicen todo. Los mismos que tienen a la población aterrorizada.
Gustavo Rosario Torres fue capitalmente nombrado para coadyuvar a combatir a la delincuencia en cualesquiera de sus vertientes. Y los resultados desastrosos están a la vista.
Dimitió porque su gestión en todos los aspectos fue un total desastre.
Podrá decir misa y todo lo que quiera, para tratar de justificar su proverbial ineptitud, está en su legítimo derecho, pero el veredicto es que por enésima vez demostró lo pusilánime y mezquino que es con quienes lo rescatan del ostracismo político.
Su obligación moral, política y ética era quedarse con el mandatario estatal hasta el 31 de diciembre a las 24:00 horas, y no salir pies en polvorosa como lo hizo.
Así fue con Roberto Madrazo Pintado y Andrés Rafael Granier Melo.
Resultó peor que los exsecretarios de Seguridad Pública y de Salud, Audomaro Martínez Zapata y Juan Antonio Filigrana Castro, respectivamente.
Bien dice el refrán: “Que chango viejo no aprende maroma nueva”.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
El equipo del gobernador electo, Adán Augusto López Hernández, debe de dejar de estar quemándose el “coco”, pues el próximo inquilino de la Quinta Grijalva ya señaló que será hasta el mes de diciembre cuando dé a conocer los nombres de quienes integrarán su gabinete.
Así qué serenense, tranquilícense, relájense… y si por uno u otro motivo no pueden, tómense un té para tranquilizar los nervios.
Por cierto, en los supermercados venden una variedad de ellos.
No estaría de más que el titular de la SSP, Jorge Aguirre Carbajal, recurriera más a los medios de comunicación para dar a conocer oficialmente la situación de lo que está ocurriendo con tantas ejecuciones en la entidad.
Lo que ayudaría a distender la preocupación de la población, pues la desinformación a través de las redes sociales -inopinada y deliberadamente- está a todo lo que da.
Es verdaderamente preocupante lo que está pasando.
Aguirre Carbajal debe poner los puntos sobre las íes.
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