TABASCO POLÍTICO
José Luis Gutiérrez Gutiérrez
AHORA MÁS QUE NUNCA, ESTÁ OBLIGADÍSIMO A DEFENDERSE
El controvertido y polémico ex secretario de Gobierno, Gustavo Rosario Torres, está política, moral y éticamente obligado a defenderse. No le queda de otra. Se puso a cuartita y mata y mata.
Quedó en el descrédito total.
Cayó en el garlito, y ahí están las consecuencias de sus decisiones coléricas, viscerales. Se quiso -como siempre- pasar de vivo, y resultó contraproducente.
La tunda que le pegó el conspicuo periodista Audelino Macario Rodríguez lo desnudó -documentadamente- ante la opinión pública. Ni más ni menos que en el noticiario de radio (telereportaje) más escuchado por la clase política estatal.
De corrupto, mentiroso, tramposo, “sapo” y ladrón, lo acusó. Ahora sí, como decimos coloquialmente, cachete le hizo falta. Le dio sin misericordia. Duro y tupido.
Nunca le habían pegado públicamente una madriza como la que protagonizó Audelino Macario. Ni en los tiempos de Roberto Madrazo Pintado sufrió una embestida así.
Literalmente, lo hizo pedacitos, añicos.
Con papelitos en manos no solo demostró que el famoso dron que supuestamente había costado al gobierno más de 11 millones de pesos no llega ni a los 400 mil pesos, sino que todo fue una vulgar farsa:
Empresas patitas y fiscalmente impedidas para hacerlo. Toda una burda estratagema administrativa para chingarse descaradamente la lana del presupuesto o, mejor dicho, de los contribuyentes. De los que puntualmente pagan sus impuestos en la secretaría de Amet Ramos Troconis -el sinvergüenza mayor del fracasado gabinete “núñista”.
Lo escribí el miércoles de la semana pasada: Gustavo Rosario Torres, había cometido el peor error de su vida cuando decidió ir a telereportaje “a curarse en salud”.
Demasiados enemigos como para ir a pasarse de listo…y en telereportaje. ¡Hágame usted, el rechingado favor!
En qué carajo estaría pensando cuando tomó esa estúpida, ridícula, absurda y perjudicial decisión.
Y más sabiendo que la compra del dron era chueca, irregular, ilegal.
Gustavo Rosario Torres, se metió “en el ojo del huracán”, y su salida se ve complicadísima -más de lo que usted se imagina-, pues Audelino Macario podrá tener todos los defectos y vicios del mundo, pero no se embarca en un pleito de ese tamaño, si no tiene “los pelos de la burra en las manos”.
Menos con un personaje tenebroso e intrigoso como el susodicho. Al que, por cierto, se le ha acusado -en más de una ocasión- hasta de tener vínculos con la mafia.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Mil capacitaciones sobre “Liderazgo con ética y profesionalismo” podrán recibir los alcaldes y diputados de uno y otro partido político, como el que se realizó el pasado viernes y sábado en Cangrejópolis, Paraíso, a invitación de la presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Beatriz Milland Pérez, lo cual no va a evitar que los ediles cometan las mismas tropelías y pillerías que los salientes.
Ni los legisladores van a ser más decentes.
Acuérdese del refrán: “Perro que come huevos, ni quemándole el hocico”.
En lugar de estar tirando el dinero de los tabasqueños, y avecindados aquí, a lo tonto, a lo pendejo, a lo bestia, deberían invertirlo en cosas más productivas para el pueblo.
En salud, educación y empleos, por ejemplo.
A poco usted cree, que a Ariel Cetina Bertruy se le va a quitar lo mañoso o al edil de Cárdenas, Armando Beltrán Tenorio (a) “La Pelota”.
¡Por favor! A quién quiere engañar con esos cursos que no llevan a ninguna parte.
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