Publicado en el DIARIO POR ESTO
Calcinado, así falleció el capitán y empresario Eduardo Toledo Parra, de 76 años de edad, quien se encontraba despegando de la pista para realizar las últimas pruebas en su avioneta previo al Aeroshow 2017, en el autódromo de Cancún, ubicado sobre el bulevar Luis Donaldo Colosio, cuando la aeronave se desplomó y se incendió.
“Vámonos ya”, le dijo un amigo, a lo que el entusiasta capitán respondió: “Una vuelta más” y arrancó su aeronave para encontrar la muerte justo segundos después de que salió de la pista, pues por causas desconocidas el aeroplano se “ladeó” y cayó sobre un área verde ubicada a un costado del predio, donde quedó envuelta en llamas.
Apenas hace unos días, previo al evento del Aeroshow, que anualmente organizaba entusiasmado, el empresario radicado en Cozumel, aseguró que la mejor forma de morir sería en su avión, lo que se le cumplió a las 6 de la tarde con 53 minutos de este jueves.
El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) para la necropsia de ley, mientras que la unidad siniestrada sería retirada por peritos de la Procuraduría General de la República (PGR).
Desde muy temprana hora de este viernes 14 de abril, pilotos y organizadores del evento Aeroshow 2017 se reunieron en el autódromo “Lobos” para realizar las últimas pruebas y así dar paso a la celebración de este evento, el cual en los últimos cuatro años se vio inmerso en una serie de accidentes y muertes.
Alrededor de las 6 de la tarde con 40 minutos, el capitán Eduardo Toledo Parra cargó de combustible su aeronave, una avioneta roja con blanco, con matrícula N65SE BL8 marca Bellanca, después de una serie de pruebas que hizo más temprano.
Jorge Munguía, su colaborador y amigo, le dijo “vámonos ya”, a lo que Toledo Parra contestó “una vuelta más”, para después abordar su avión y dirigirse a la pista de despegue.
Una vez que arrancó y salió de la pista de la cual sobrevoló sólo algunos metros, la aeronave cayó de lado y chocó contra un árbol ubicado en el área verde que se ubica justo donde termina la vía.
Tras este impacto, la avioneta se desplomó sobre la selva y en cuestión de segundos comenzó a incendiarse, liberando una enorme nube de humo negro que pudo ser observada hasta las Regiones 500, de la ciudad.
Al ver el incidente, los presentes, incluyendo al propietario del Autódromo, dieron aviso de inmediato al número de emergencias 911, por lo que elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos, Policía Municipal, Policía Federal, Policía Ministerial del Estado y paramédicos de la Cruz Roja Mexicana se trasladaron al lugar, en donde de forma inmediata trataron de sofocar el incendio, el cual ya había consumido en su totalidad la unidad. Pero ya no había nada que hacer, para salvar al empresario.
Los testigos del accidente informaron a las autoridades que la única persona que iba en la avioneta era Eduardo Toledo Parra, empresario y dueño de un medio televisivo en el Estado, cuyo cuerpo era el que permanecía en medio de los restos calcinados del aeroplano.
Después de acordonar la zona, los primeros respondientes esperaron la llegada de los peritos criminalistas de la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes se encargaron de dar fe de los hechos para después intentar levantar el cuerpo, para lo que necesitaron de la ayuda de los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, pues incluso uno de los peritos simplemente decidió salirse de la escena y asegurar que no se podía sacar el cuerpo.
Con algunos intentos, los presentes lograron liberar el cuerpo del armazón del avión y así meterlo a la ambulancia del Servicio Médico Forense y llevarlo para la necropsia de ley.
Un par de horas después del accidente, el hijo del ahora occiso, Carlos Toledo Cardounel, salió del autódromo para dar una pequeña entrevista a los medios, la cual otorgó con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada.
“Yo quisiera ahora que la gente recordara siempre a mi papá como un guerrero que se fue como él quería, en el campo, en su avión, me gustaría que su memoria quedara siempre guardada así”, expresó.
Aseguró que su padre no ha muerto mientras su recuerdo esté en el corazón de sus familiares y amigos, pues todo deporte extremo tiene las posibilidades de que se pague con el precio más alto que es la muerte.
Más tarde, al lugar arribaron elementos del Ejército y peritos de la Procuraduría General de la República, quienes se encargarían de levantar la avioneta para seguir con las investigaciones.
Aeroshow podría realizarse
Aún después del incidente que le costó la vida a Toledo Parra, quien incluso es el organizador, su hijo aseguró que después de que las autoridades realizaran todas las diligencias sobre el accidente, se reunirían con los pilotos que estarían en el evento para ver la posibilidad de realizarlo conforme a los planes.
Señaló que de realizarse el evento, lo cual se dará a conocer hoy por la tarde, se haría el domingo como un homenaje para el ahora occiso, pues era un evento que esperaba con ansias año con año.
En este mismo sentido, señaló que las autoridades también tendrán que dar el permiso para que se realice el evento, pero la familia está de acuerdo en hacer este evento, pues la vida de Eduardo Toledo Parra se complementaba con el aire.
“Vámonos ya”, le dijo un amigo, a lo que el entusiasta capitán respondió: “Una vuelta más” y arrancó su aeronave para encontrar la muerte justo segundos después de que salió de la pista, pues por causas desconocidas el aeroplano se “ladeó” y cayó sobre un área verde ubicada a un costado del predio, donde quedó envuelta en llamas.
Apenas hace unos días, previo al evento del Aeroshow, que anualmente organizaba entusiasmado, el empresario radicado en Cozumel, aseguró que la mejor forma de morir sería en su avión, lo que se le cumplió a las 6 de la tarde con 53 minutos de este jueves.
El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) para la necropsia de ley, mientras que la unidad siniestrada sería retirada por peritos de la Procuraduría General de la República (PGR).
Desde muy temprana hora de este viernes 14 de abril, pilotos y organizadores del evento Aeroshow 2017 se reunieron en el autódromo “Lobos” para realizar las últimas pruebas y así dar paso a la celebración de este evento, el cual en los últimos cuatro años se vio inmerso en una serie de accidentes y muertes.
Alrededor de las 6 de la tarde con 40 minutos, el capitán Eduardo Toledo Parra cargó de combustible su aeronave, una avioneta roja con blanco, con matrícula N65SE BL8 marca Bellanca, después de una serie de pruebas que hizo más temprano.
Jorge Munguía, su colaborador y amigo, le dijo “vámonos ya”, a lo que Toledo Parra contestó “una vuelta más”, para después abordar su avión y dirigirse a la pista de despegue.
Una vez que arrancó y salió de la pista de la cual sobrevoló sólo algunos metros, la aeronave cayó de lado y chocó contra un árbol ubicado en el área verde que se ubica justo donde termina la vía.
Tras este impacto, la avioneta se desplomó sobre la selva y en cuestión de segundos comenzó a incendiarse, liberando una enorme nube de humo negro que pudo ser observada hasta las Regiones 500, de la ciudad.
Al ver el incidente, los presentes, incluyendo al propietario del Autódromo, dieron aviso de inmediato al número de emergencias 911, por lo que elementos del Heroico Cuerpo de Bomberos, Policía Municipal, Policía Federal, Policía Ministerial del Estado y paramédicos de la Cruz Roja Mexicana se trasladaron al lugar, en donde de forma inmediata trataron de sofocar el incendio, el cual ya había consumido en su totalidad la unidad. Pero ya no había nada que hacer, para salvar al empresario.
Los testigos del accidente informaron a las autoridades que la única persona que iba en la avioneta era Eduardo Toledo Parra, empresario y dueño de un medio televisivo en el Estado, cuyo cuerpo era el que permanecía en medio de los restos calcinados del aeroplano.
Después de acordonar la zona, los primeros respondientes esperaron la llegada de los peritos criminalistas de la Fiscalía General del Estado (FGE), quienes se encargaron de dar fe de los hechos para después intentar levantar el cuerpo, para lo que necesitaron de la ayuda de los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, pues incluso uno de los peritos simplemente decidió salirse de la escena y asegurar que no se podía sacar el cuerpo.
Con algunos intentos, los presentes lograron liberar el cuerpo del armazón del avión y así meterlo a la ambulancia del Servicio Médico Forense y llevarlo para la necropsia de ley.
Un par de horas después del accidente, el hijo del ahora occiso, Carlos Toledo Cardounel, salió del autódromo para dar una pequeña entrevista a los medios, la cual otorgó con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada.
“Yo quisiera ahora que la gente recordara siempre a mi papá como un guerrero que se fue como él quería, en el campo, en su avión, me gustaría que su memoria quedara siempre guardada así”, expresó.
Aseguró que su padre no ha muerto mientras su recuerdo esté en el corazón de sus familiares y amigos, pues todo deporte extremo tiene las posibilidades de que se pague con el precio más alto que es la muerte.
Más tarde, al lugar arribaron elementos del Ejército y peritos de la Procuraduría General de la República, quienes se encargarían de levantar la avioneta para seguir con las investigaciones.
Aeroshow podría realizarse
Aún después del incidente que le costó la vida a Toledo Parra, quien incluso es el organizador, su hijo aseguró que después de que las autoridades realizaran todas las diligencias sobre el accidente, se reunirían con los pilotos que estarían en el evento para ver la posibilidad de realizarlo conforme a los planes.
Señaló que de realizarse el evento, lo cual se dará a conocer hoy por la tarde, se haría el domingo como un homenaje para el ahora occiso, pues era un evento que esperaba con ansias año con año.
En este mismo sentido, señaló que las autoridades también tendrán que dar el permiso para que se realice el evento, pero la familia está de acuerdo en hacer este evento, pues la vida de Eduardo Toledo Parra se complementaba con el aire.
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