Publicado en el DIARIO POR ESTO
Desde temprana hora se dio a fusión de los visitantes a la playa, quienes se bañaron con mar “picado” por el oleaje para luego broncearse tendidos en la arena bajo los ardientes rayos del sol
PROGRESO, Yucatán, 14 de abril.- En unas playas llenas y con una seguridad al máximo transcurrió este Viernes Santo, estos momentos de sano esparcimiento ya se esperaban en plenas vacaciones.
Desde temprana hora empezaron a llegar las filas de carros, en su mayoría de Mérida porque decidieron pasar este día tan sagrado, en estas bellas y también seguras playas.
La vida del puerto se trastocó, y todos saben que es para bien de la economía porteña, estos días son de mucha derrama económica en varios sectores turísticos.
En las playas no existen divisiones, ni clases sociales, todos son iguales en una fusión de personas de todos los credos, religiones y de ateos también.
El mar estaba un poco “picado” por el oleaje, pero esto no le importó a muchos que se dedicaron a bañarse, acompañándose de los fuertes rayos del sol.
Hubo una alta demanda en el servicio de las bananas, en especial del tiburón rojo, en una jornada de alegría, con las condiciones ideales, donde también se notó la presencia de algunos paseantes internacionales.
Todo lo que se vendía en la playa se agotaba, como en el caso de la señora que vendía los googles o gafas para bucear, y los salvavidas, productos dirigidos a la gran cantidad de niños presentes.
Tanto el agua para beber como la cerveza fueron artículos de primera necesidad, que se consumían a cantidades industriales.
Qué mejor que un abrazo de amor cerca del mar, lo que demuestra que la familia predominó sobre todo en esta área que estuvo sellada por la extrema vigilancia, para seguridad de todos.
(Alfredo Canto May)
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