miércoles, 24 de abril de 2019

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Armagedón
“Florecerá en sus días justicia y muchedumbre de paz...
Salmos 72:7
La paz no es un objeto…
Alfredo A. Calderón
alfredocalderon1960@gmail.com
Foto: Redes Sociales

Andrés Manuel López Obrador llega a los 113 días en el mando. Por 18 años caminó el país, reclamó a codazos el cargo, su derecho y su obligación. De inmediato en diciembre cerró filas con las Fuerzas Armadas y aunque su llamado ha sido a la paz, todos los días ha vivido la refriega. El objetivo de la creación de la Guardia Nacional es uno y muy claro: la recuperación del control del territorio nacional; el restablecimiento del monopolio en el uso de la fuerza por parte del Estado. El Estado de derecho es lo que permite la conducción de más de 130 millones de mexicanos. La nación no puede vivir amenazada sin encarar un abierto desafío. La Guardia Nacional tiene que definir el futuro del país. La primera misión y razón de ser: es la seguridad. Un Estado arrinconado no da garantías a sus ciudadanos, tampoco a los inversionistas. Un Estado sangrando en la mayoría de los estados: no proyecta futuro. 

Dicho sea de paso, la guerra que ahora se vive con la delincuencia y los huachicoleros son guerras heredadas que nadie buscó, que nos toca vivir a pesar de la voluntad pacifista, que son obligadas. Guerras donde están en juego -aparte de miles de vidas que ya se han perdido-; valores superiores a la paz como la libertad, el imperio de la ley, la justicia, es una guerra que el mismo López Obrador sabe que no puede ser postergada indefinidamente; porque dejar pasar es dejar crecer; de allí la importancia de la entrada de la Guardia Nacional deberá cambiar el rumboAl ser la seguridad un asunto de Estado es también una cuestión de justicia. La tesis de campaña de la amnistía a quedado en claro que no funcionó. La propuesta de un proceso de paz y de reconciliación nacional, sin ser un pacto con el crimen organizado, fue pura utopía. El proceso de pacificación y reconciliación de López Obrador no tuvo punto de inflexión por los niveles de violencia que definen la tragedia del país.

En Tabasco, Adán Augusto López Hernández ante las tragedias y ejecuciones, cómo abogado que es, ubicó el tema en el contexto exacto: son homicidios culposos y “la mayoría de ellos relacionado con ilícitos del fuero federal”. Definiendo qué, aunque la tragedia es nacional; el efecto relampagueante de las redes sociales cierra el contexto a los límites del dolor de los crímenes que se viven dentro del solar. Las acciones del gobierno con la Guardia Nacional y la entrega de insumos a las fuerzas policiales del estado llevan a la pregunta ¿Por qué no aspirar a un país mejor? Habrá que ubicar con frialdad que estamos inmersos en una guerra entre bandas de delincuentes, donde los muertos a diario se cuentan por decenas, en la semana por centenas y al final del mes por miles ¿Quién aporta esos muertos? Policías municipales, estatales, federales, miembros del Ejército mexicano, de la Marina, escoltas y por supuesto civiles: el ejemplo más desgarrador, las damas del fin de semana. 

Todas, dolorosas ejecuciones sumarias, decapitados y amenazas a las instituciones son asuntos cotidianos. Es una guerra heredada. No hay sorpresa. Algunos no queremos aceptar el término, otros solicitan como consecuencia del parte de guerra diario: un golpe de timón, la realidad dicta que: la paz no es un objeto, ni se da por decreto presidencial ¿Es posible ganar? nos preguntamos todos. Definiciones aparte, lo evidente avasalla. Se trata de una delincuencia generalizada contra las instituciones de seguridad donde quizá nunca se gane en definitiva pero la posibilidad de perder es evidente, a diario se pierden seres amados. Duele porque la guerra no está en nuestra cultura. La gran mayoría de los tabasqueños sólo conocen la Revolución, la Segunda Guerra Mundial por lo libros y películas. En realidad, la última generación ha crecido en el discurso de un México pacifista, que rehúye a esa atrocidad. Nadie desea vivir así, es necesario construir la paz, porque la paz no es un objeto…

EL SEPTIMO SELLO
El jefe de la Zona Norte de la Comisión Federal de Electricidad: Omar Sánchez Pérez carece del sentido de equipo, acosa laboralmente a los trabajadores y siembra divisionismo, ha generado fallas dentro de las instalaciones que no han sido reportadas y eso en CFE es grave…
LA SEPTIMA TROMPETA

Podría destaparse todo un caso en la CFE por las malas actitudes y la corrupción que los mismos empleados han documentado de esta persona. También puede revisar esta columna en el portal http://www.elimparcialdetabasco.com/. A sus órdenes al teléfono 9931607242.

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