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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
El Tabasco subdesarrollado (II)
Ayer miércoles comentaba para usted, lector lectora, de los graves problemas que arrastra el sistema educativo y que pese a algunos detalles negativos en el sistema de salud, éste podría vanagloriarse de ser eficiente.
Tengo que volver sobre el tema. Todos sabemos que un sistema de salud tan enorme como el nuestro (Bendito Dios que lo tenemos), tiene por inercia misma del sistema, fallas. Pero éstas quedan atrás porque el sistema, a fin de cuentas y con las limitaciones que usted mande y ponga, funciona. Y ahí es donde debe ponerse el dedo crítico.
Hará cosa de un mes (El 22 de febrero exactamente), el médico Luis Felipe Graham, en entrevista con un medio de comunicación radiofónico, hacía hincapié en el gravísimo problema de la obesidad en menores de edad, y también en adultos. A mi parecer, este es un problema de educación. No es que hoy no haya frutas y verduras para ser sano, lo que sobran son ofertas de comida chatarra.
Esta comida ha sido parte importante de la mala educación de los padres de las dos últimas generaciones.
Hablo de las que nacieron del año 1970 para acá. Todos estos padres de familia fueron “alimentados” con “churrumais”, “charricos”, “totis”, “tostitos” y toda clase de pendejadas que la clase empresarial de Monterrey, el Distrito Federal y hasta alguna nuestra, han inventado para hacerse ricos. Obviamente, estos padres del 70 para acá son, aparte de gordos, incapaces para educar alimentariamente a sus hijos.
Pero también, déjeme decirle, los profesores de educación (Del SITET y SNTE, obviamente), son gordos “cheleros”, panzones de cantina, pues. Por ese lado, los nuevos gorditos difícilmente van a dejar de serlo.
Luis Felipe Graham, sin embargo, habla que el gobierno de Andrés R. Granier ya empezó a instituir un proyecto al cual denomina como “SORID” ( Sobrepeso y riesgos cardiovasculares) en Cunduacán, Centro y Emiliano Zapata. Este proyecto estará en otros tres municipios más, tratando regionalmente de resolver el problema de los gordos.
Es un buen intento por detener la manteca de toda una población maleducada que se nos viene encima. Cuesta, obviamente, barbaridades de dinero. Ello sin embargo evitará que los gordos y gordas caigan como moscas, o infartados o diabéticos.
Podrán incluso estos tener un chance de sobrevivir, pues cada una de esas unidades de atención, contará con nutriólogo, trabajador social, médico, profesor de educación física y hasta un especialista en medicina del deporte. Si Luis Felipe Graham es capaz, no solo de proponer sino de llevar totalmente a cabo este proyecto, podrá decir que está cumpliendo cabalmente con la encomienda que le dio Granier.
Es claro que tal intento saldrá carísimo, pero sale mucho más caro curar un diabético. Y en la Secretaría de Educación, si obligan a los maestros de educación física a que dejen de “chelear” en la “Sirenita” o el “Submarino”, evitarían tener en la nómina a irresponsables panzones…
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