Sólo en domingo: Francisco Peralta Burelo /Mar 28

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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Ni amor por las “cabronas”, ni preferencia por “br

fcoperalta42@hotmail.com

¿Será cierto que los hombres mexicanos (que gozan de fama de machotes y a quienes les gusta ser cabrones con las mujeres) amen a las cabronas (a esas que le harían la vida imposible hasta al más pintado)?.

¿Usted lector, cree que sea cierto eso? Ha amado a una cabrona, o como tantos machos mexicanos lo que ha hecho es pasarse de cabrón con la mujer amada?. ¿O le ha dado la vuelta a las cabronas, a las que les ha negado su amor, o se ha enamorado de una de ellas simple y llanamente porque le gustan pantalonudas y nada dejadas?.

Yo creo que a usted, lector, no le gustan las cabronas y que por lo tanto no ha amado a ninguna que sea cabrona. Bueno, eso pienso yo, salvo que le agrade la mala vida y que tenga alma de “Gutierritos” (¿se acuerda de aquel famoso personaje encarnado por Enrique Rambal?, o ya no sé con certeza ni por cual actor).

Pues todo esto viene a cuento porque en la cartelera teatral de la Ciudad de México aparece programada la obra “Por qué los hombres aman a las cabronas” (como afirmación y no como pregunta, dando por hecho que así es nuestro país, en donde entre más cabrona más adorable y codiciada es una mujer).

¿Falso o cierto?. En el caso de la obra teatral no habrá que perder de vista que se trata sólo de una comedia, en donde aparecen tres chicas que se han de portar como auténticas cabroncitas en escena, aunque en la vida real no se la hagan pesada a ningún hombre.

El hombre no ama a las cabronas --a ésas, en todo caso, les teme--, sino a las mujeres abnegadas, cariñosas, fieles, comedidas, hogareñas, resignadas, capaces de dar todo sin pedir nada a cambio, desprendidas, sacrificadas, que viven para servir a su marido y a sus hijos… ¿O no es así, lector?. Pero, bueno, toda regla tiene su excepción.

Empero la verdad es que no hay mujeres cabronas… los cabrones son los hombres (que les hacen la vida de a cuadritos a cualquiera). Digo yo.

Hace apenas unos días Sony Entertainment Televisión puso al aire la serie televisiva “Los caballeros las prefieren brutas”. Allí la actriz Michelle Manterola “se hace la tonta para que su esposo le cumpla todos sus caprichos… y lo manipule”

Michelle --hermana de nuestra conocida Paty Manterola-- por su parte no se aguanta las ganas de decir lo que siente al respecto. Esto es que los “hombres le huyen a la inteligencia” (se entiende que femenina). Huy, iche.

Y algo de cierto hay en ello. El hombre como que le da la vuelta --desde luego para casarse o para mantener una relación de pareja con ella-- a la mujer inteligente (por eso, se dice, las prefieren bellas, algo que desde luego es totalmente falso, porque una cosa no está reñida con la otra). Pero bueno, tontitas no, y menos brutitas, pero tampoco muy listitas. ¿O no es así?.

Y aquí tenemos, entre uno y otro título (de una obra teatral y de una serie televisiva) dos aseveraciones. Una, que los hombres aman a las cabronas; y otra, que los caballeros las prefieren brutas. Y ambas apuntan a ser exitosas, aún cuando en realidad lo que hagan es exagerar una y otra cosa. (¿O será que no?).

Hombres que aman a las cabronas, caballeros que prefieren mujeres brutas (y que le huyen a la inteligencia)… Como que no, ¿verdad? Eso está bien como título llamativo y sugerente de una obra de teatro y de una serie de televisión; pero nada más, porque no habrá hombre que ame a una cabrona ni caballero que prefiera a una dama con orejitas de burrita sobre una inteligente y lúcida.

Pero, bueno, todo sea por la mercadotecnia y esas cosas, porque más se venden una obra de teatro o una serie de televisión con los títulos de “Por qué los hombres aman a las cabronas” y “Los caballeros las prefieren brutas” que con los títulos de “Por qué los hombres aman a las sumisas” y “Los caballeros las prefieren inteligentes”. ¿O no es así?