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(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Perdónalos, señor…
El mundo celebra la Semana Santa de manera irresponsable. El redentor del mundo, sacrificado bárbaramente entre un miércoles y un viernes, es lo que menos importa a los cristianos.
Nadie recuerda que murió en la cruz para salvarnos. Nadie recuerda que su gloria en vida fue tan efímera, que su entrada a Jerusalén en medio de los vítores de su pueblo, se olvidó tan rápido que cinco días después fue llevado para su crucifixión.
La CIA de aquel tiempo; la Gestapo del emperador romano, pues, consideraron que era necesario, muy urgente, parar su indetenible movimiento social. Así se sigue reprimiendo cualquier intentona de ser libre. Vaya, hasta en la modesta Dirección de Gobierno de Tabasco se hacen así las cosas, claro toda proporción guardada.
Es que cuesta muchísimo conservarse en el poder en Tabasco, ¿sabe? ¿Tabasco? Ah, sí. Hubo aquí presidentes municipales, como el de Jalapa, Luis Francisco Deyá, que se fueron de vacaciones desde el Domingo de Ramos. En la plaza pública jalapaneca sólo quedaron los plantonistas de Toño Priego que quieren “compensación”.
Mi consejo sería que agarraran catre. Hoy sin embargo, lector (a), debo cerrar mis comentarios de Semana Mayor para el Tabasco HOY. Sucede que llegó a mi presencia un amigo denunciando un presunto mal servicio que le hicieron en el ISSET. Obviamente, lo único que se me ocurrió fue ir a la oficina de su directora, doña Hilda Santos Padrón.
No tengo en realidad amistad con ella, pero atendió mi petición de revisar personalmente el caso de mi amigo denunciante. Finalmente, me explicó (junto a su equipo) que todo era un malentendido y que mi amigo podía hacer uso “al cien” de los servicios del ISSET. Pero antes me pidió la acompañara a ver lo que significan tales servicios.
La institución que dirige doña Hilda, no es precisamente boyante. Es públicamente conocida su difícil situación financiera. Dentro de ella, me explicó, “tenemos servicios de hospital, de hemodiálisis y funeraria”. Su explicación me puso alerta, pues ya en el hospital “Juan Graham” me han exhibido en todas mis impudicias (Han hecho que enseñe el nalgatorio delante de mucha gente, pues).
Recordé, con la explicación que me daba doña Hilda, que en el ISSET, como en la antigua fórmula del famoso detergente (el FAB), remojan, exprimen y tienden. O sea, hay muchas carencias, pero dentro de ellas hay una atención (la mejor que se puede dar), a cuando menos unos cien mil burócratas del estado.
Hay también aprecio y atención para los viejitos que como yo, ya pasamos aceite. Y para los chavitos que apenas empiezan a vivir, hay cuatro Centros de Atención Infantil para que se eduquen lo mejor posible (En Tabasco eso es una quimera, pero doña Hilda es optimista).
Pero en caso que usted quisiera que lo sopletearan en el hospital general, saldrá --claro-- bien sopleteado, o si su problema es que ya “palmó”, lo encierran en unos estuches tan bonitos, que ni parece que usted se hubiera muerto…
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