viernes, 13 de julio de 2018

#Ingenieros civiles, héroes anónimos de la #construcción de #Tabasco / Vier Ju 13

Ingenieros civiles, héroes anónimos de la construcción de Tabasco

Luis E Mendez / Publicado en el DIARIO DE TABASCO EL UNIVERSAL / 13/07/201800:00:48

Premio Estatal de Ingeniería Civil “Leandro Rovirosa Wade” es un reconocimiento al gremio en una justa correspondencia al trabajo


El Estado no ha sido construido por extranjeros o foráneos, sino por los ingenieros civiles tabasqueños que prácticamente son héroes anónimos y que, en justa correspondencia a su trabajo, cada año son reconocidos por el gremio con el Premio Estatal de Ingeniería Civil “Leandro Rovirosa Wade”.

José Antonio Pacheco Sánchez, ex presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Tabasco (CICT), y quien constituyó ese galardón durante su gestión en 1988, explica que todos los especialistas en esta materia deben ser reconocidos por su aportación invaluable al desarrollo de las ciudades, del Estado y del país.

Y es que en entrevista con Diario de Tabasco el también integrante de la Junta de Honor del CICT recuerda que durante su dirigencia (1987-1989) los socios observaron que los ingenieros civiles realizaban obras carreteras, de agua potable, de todo tipo; pero que al terminarlas ningún habitante o persona beneficiada recor-

daba quién la había hecho o siquiera quién había estado a cargo de los trabajos. “No sabe quién hizo la obra o quién estuvo ahí y pasa al olvido y así se van los años, y así tenemos infinidad de obras que han realizado los ingenieros civiles”, lamenta.

Afirma que todas las obras realizadas por los ingenieros son importantes debido a que en cada una de ellas hay una transformación, es decir lo que no había, ahora existe.

“Sólo hay que imaginarse cuando no había nada y hoy hay una planta de agua potable o una carretera o un camino, donde todos reciben el beneficio; por eso todas las obras son importantes y todas son retos”, ejemplifica.

Y esos ingenieros a cargo de esas obras –sostiene- “son héroes desconocidos… anónimos”.

Por eso –explica- el objetivo de constituir el premio era que “cuando menos” se reconociera el trabajo de los ingenieros civiles por parte de su propio gremio.

Así –indica- el Premio Estatal de Ingeniería Civil fue entregado por primera vez en 1988, es decir 20 años después de haber sido fundado el CICT. En esa ocasión –recuerda- el galardonado fue el ingeniero Ramón Morales Ross, quien se había desempeñado como maestro y había realizado una investigación para desarrollar lo que llamó “Nuevo Método para el Cálculo de Estructuras”.

Ese reconocimiento –especifica- fue a su trabajo científico en la ingeniería civil y por transmitir conocimientos nuevos.

Narra que en el año 2013, como presidente del CICT, Alfonso Tosca pidió permiso al ex gobernador Leandro Rovirosa Wade su autorización para agregarle su nombre al galardón, a lo que accedió.

Desde ese año –destaca- el galardón se llama Premio Estatal de Ingeniería “Leandro Rovirosa Wade”.

Pacheco Sánchez aclara que para ser postulado y luego ganador del premio no se necesita estar afiliado al CICT, pero sí cumplir requisitos muy estrictos. “Establecimos una serie de requisitos que fueran más allá de la responsabilidad como constructor y que incluyera el trabajo como proyectista, como todo lo que se ejerce en esta profesión, pero que también tuviera algo más que aportarle a la sociedad”, externa.

Así –detalla- entre los requisitos para poder ser postulado y en su caso ganar el premio están: trayectoria académica, haber escrito en alguna revista especializada o un libro sobre la materia, además de tener un adecuado comportamiento gremial a través de los años. “Un requisito fundamental es que tenga 20 años de ejercicio profesional y se establece también que tenga diez años de residencia en el estado de Tabasco ininterrumpidamente ejerciendo la profesión para beneficiar a la entidad”, abunda.

Externa que la convocatoria para participar se emite por lo menos mes y medio antes de la ceremonia de premiación y así los candidatos puedan ser postulados por los propios miembros del colegio, una asociación, una universidad, un instituto tecnológico o escuela de nivel superior.

Reitera que el candidato no necesariamente tiene que ser miembro del CICT, pero sí cumplir con los requisitos que se exigen.

Detalla que como primer paso las propuestas de los candidatos entran a un Comité Técnico integrado por diez ingenieros del CICT, quienes revisan la documentación y que se cumplan con los requisitos, pero no emiten ninguna calificación o evaluación.

Añade que una vez que se verifica que los candidatos o aspirantes cumplen con los requisitos, se entregan los expedientes a un jurado calificador integrado por los socios con más antigüedad, pero además por representantes de las universidades, tecnológicos y escuelas de nivel superior que imparten la carrera de ingeniería civil.

Aunque no hay una cifra fija –señala- ese jurado está integrado por el mismo número de ingenieros civiles como de representantes de universidades, para garantizar la equidad o equilibro. “Ellos son los que revisan, evalúan y califican”, expone.

Afirma que en el sistema de calificación que aplica ese jurado no hay posibilidad de empate, ya que se otorga determinada puntuación por cada logro alcanzado del postulado, por ejemplo en el ramo académico, trabajos de investigación u obras realizadas. Es decir –especifica- los miembros del jurado no emiten un voto, sino calificaciones por cada logro, las cuales se promedian para sacar un factor de porcentaje.

“El que tenga mayor porcentaje es el ganador y por eso el premio lo avalan las instituciones de nivel superior, por la transparencia que se le da al otorgamiento”, destaca.

Tradicionalmente –enfatiza- el premio se entrega el “Día Nacional del Ingeniero”, el 1 de julio de cada año, a excepción de este 2018 en el que se pospuso por la realización de las elecciones a nivel federal y estatal y cuyo ganador es José Carlos Estala Cisneros. Este año –detalla- el premio será entregado este viernes 13 de julio, en un acto protocolario en un hotel de Tabasco 2000, por el gobernador Arturo Núñez Jiménez.


LOS RETOS

José Antonio Pacheco Sánchez destaca que por las puertas del CICT sólo pasan los “mejores ingenieros civiles de Tabasco”.

Y es que –destaca- la ciudad y el Estado no fueron construidos por “los franceses o los italianos”, sino los “construimos los tabasqueños con nuestros ingenieros y con nuestros arquitectos”. “El Estado lo hemos desarrollado nosotros y cuando vienen los nuevos gobiernos qué hacemos nosotros, pues como soldados hacemos las propuestas con amplio sentido social, es decir siempre estamos a disposición y ofreciendo nuestros servicios”, dice.

En ese contexto y ante el relevo en los gobiernos y los tiempos que corren, opina que el reto de la ingeniería y de los ingenieros civiles en Tabasco es adaptarse a las nuevas tecnologías. “Los problemas del siglo 21 tienen que ser resueltos con tecnologías y soluciones del siglo 21”, indica.

“No podemos ser retrógradas, tenemos que avanzar; en ese aspecto y en ese gran reto que tiene la ingeniería civil en Tabasco el CICT tiene un centro de actualización donde cada año se actualizan los ingenieros para que den certeza y seguridad a las obras que van a realizar”, presume.

Y considera que antes de pensar en construir infraestructura se debe primero que dar mantenimiento integral a la ya existente. “Tenemos una infraestructura que está en el suelo por la razón que se quiera, hay más de 5 mil kilómetros de carreteras, más de 5 mil escuelas, hospitales, puentes, infraestructura que está caída por falta de mantenimiento porque la política mata a la técnica y no hay recursos económicos o están limitados”, lamenta. “Está el caso de los puentes del Periférico y nadie asume la responsabilidad; por eso insistimos que la prioridad es el mantenimiento a la infraestructura pública”, reitera.

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