jueves, 19 de julio de 2018

La #herencia del #cayuco en #Tabasco / Jue Ju 19

La herencia del cayuco en Tabasco

Fredy Paredes / Publicado en el DIARIO DE TABASCO EL UNIVERSAL / 19/07/201800:00:49

La familia Tejero, del barrio El Palenque de Balancán, conserva este conocimiento ancestral


Es fin de semana en el barrio más antiguo de esta municipalidad, el barrio El Palenque. Aquí unos 400 años atrás los “palencanos” iban y venían de entre la selva y por agua se movían en tradicionales “cayucos” hechos de madera fuerte e impermeable que tomaban de la madre naturaleza con su propio permiso.

Así transcurrieron cientos de años y quienes tallaban el árbol para convertirlo en naves fluviales fueron heredando el estilo a sus descendientes.

De vuelta a la actualidad la familia Tejero es una de las pocas que han crecido desde siempre en este espacio ubicado en el ala sur de la ciudad de Balancán, que cuenta con 14 mil habitantes.

Ahora, quienes se dedican a la agricultura y ganadería usando esta herramienta fluvial ha descendido hasta un 90 por ciento; el resto diversificó su forma de trabajo en la zona urbana.

Ismael Tejero sabe de la historia y del conocimiento heredado de sus antepasados y de la importancia que tiene que pasar ese conocimiento a sus hijos y éstos a sus hijos. Por eso junto a él está su nieto Yandel.

El pequeño, de unos nueve años de edad, no vacila en tomar una de las “zuelas” plana o gurbia (una especie de hacha filosa en forma plana o curva) para descarnar las entrañas del árbol seco y corto que su abuelo encontró a orillas del río y pretende darle forma y uso.

A cada tajo una viruta con olor seco y sabor picoso se levanta para hacer la hondura del canal que servirá para posar lo pies del campesino o del pescador; a los lados correrá el canalete que los hace avanzar río arriba o abajo.

“Éste cuesta unos 2 mil pesos, pero los grandes -de cinco metros- unos cinco mil pesos porque tiene algo de trabajo, hay que pagarle a la gente por unas dos semanas”, dice.

Según Ismael, en 1970 la hechura de cayucos estaba en su apogeo y duró por varias décadas hasta que la gente, con la entrada del material de fibra de vidrio, los empezó a hacer a un lado.

“Ahora muy pocos compran cayucos de madera. Hoy le estoy enseñando a mi nieto cómo se hace, tiene que aprender porque es importante”, finalizó.

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