miércoles, 6 de febrero de 2013

TRANSPARENCIA POLÍTICA / Erwin Macario / Columna / Los gatos amarillos / Feb 06

Publicado en el Diario Rumbo Nuevo

Los gatos amarillos

A los veinte años nos dijeron: “Hay
que sacrificarse por el Mañana.
Y ofrendamos la vida en el altar
del dios que nunca llega.
Me gustaría encontrarme ya al final
con los viejos maestros de aquel tiempo.
Tendrían que decirme si de verdad
todo este horror de ahora era el Mañana.

José Emilio Pacheco

erwinmacario@hotmail.com

Si bien muy pocos de los que, a sus veinte años, soñaron un mañana diferente están en el gobierno de la alternancia, no es del todo errado considerarlo como una administración si no de izquierda al menos sin los grandes vicios que hubo en los gobiernos priístas, no todos tan malos, como bien decía Enrique González Pedrero, que siendo de los movimientos de izquierda gobernó Tabasco gracias al PRI.

Claro que entonces era la única forma de llegar a ser gobernador de esta entidad no por muy pocos considerada liberal y hasta de movimientos socialistas por la época de Tomás Garrido Canabal.

Y también es claro que a menos de 40 días y 40 noches, con un gabinete de arranque solamente y con un gobierno empobrecido por la corrupción que desmanteló prácticamente todas sus áreas, no se puede sino esperar el buen desempeño del gobierno.

En broma, pero que puede tomarse en serio como símil, se decía en una de las mesas que estos días se frecuentan más, que hay que esperar al menos 30 días para que la criatura esté ya bien formadita, para que no haya problemas de un aborto. Y es cierto. Se espera que los colaboradores del gobernador Arturo Núñez Jiménez no vayan a salir con el parto de los montes.

Un mes, la verdad, es muy poco, en las circunstancias de desastre en que le dejaron Tabasco, para que se vean grandes acciones de gobierno. Ni siquiera el destapar la podredumbre administrativa es suficiente si no se documenta bien el latrocinio cometido contra Tabasco. De otra forma no será nada más que un bullyng político en el que el gabinete granierista y el propio ex gobernador Andrés Granier Melo pueden disfrazarse de víctimas para eludir el castigo y la devolución de lo que robaron al pueblo tabasqueño.

Maestros y alumnos, aunque muy pocos, hay en el gobierno de Núñez, de aquellos tiempos en que la protesta juvenil era el sacrificio `por el mañana de entonces. Quizás, sin el ánimo de aquel divino tesoro, muy en su interior puedan pensar con José Emilio Pacheco: “Ya somos todo aquello/ contra lo que luchamos a los veinte años”. Tal vez, pero hay la esperanza de que ellos sean los pilares fundamentales del gobierno de la alternancia.

Esto me hace recordar algo que acabo de leer en un análisis sobre lo que sucede en la Secretaría de Educación, donde está uno de esos que han luchado del lado del pueblo.

Aparte de la denuncia de que en esa dependencia, durante el gobierno de Granier había una partida de más de cuatro millones de pesos anuales destinados a periodistas —lo que no está nada fuera de lo posible pues desde la época del doctor Amador Izundegui se llenaban las faltriqueras de algunos escribidores y bien sabido es que esa secretaría junto con el Tribunal Superior de Justicia eran los refugios del mayancismo— el actual secretario, Rodolfo Lara Lagunas, tiene los terrenos de arena movieiza más peligrosos en el actual gobierno.

Y no todos los que han llegado con él —excepto algunas excepciones que bien puede representar Víctor Manuel López Cruz— son de aquellos que soñaron un Tabasco diferente desde hace mucho tiempo.

Tal vez sea el efecto de integrar un equipo de arranque y de concertaciones. No se puede pensar, como lo hace Silvia Mallea —autora de ese texto que recién leí— en que todo el que empieza el gobierno de Arturo Núñez tiene que ser perredista o al menos de lucha de las izquierdas.

Escribe que si bien hay gente del SITET, son militantes de ese sindicato que fueron llamados a trabajar con Lara Lagunas, por sus capacidades organizativas y académicas, y no por su militancia.

“Fuentes cercanas al secretario de educación cuentan que la mecánica de selección de colaboradores se remite a una etapa de la revolución china, cuando en el partido comunista de este país surge la disputa por la conducción entre neoliberales y revolucionarios. El pragmatismo de los neoliberales chinos exigía, con metáfora animal, que para conformar el equipo dirigente solo importaba que “el gato supiera cazar”, los de la línea revolucionaria opinaban que “el gato debería saber cazar, pero además debía ser rojo”. “En el caso del maestro Lara, el gato cambia de color, debe ser amarillo”, se dice en ese texto.

Bien podemos concluir, con José Emilio Pacheco: En la República de los Lobos / nos enseñaron a aullar. / Pero nadie sabe / si nuestro aullido es amenaza, queja, / una forma de música incomprensible / para quien no sea lobo; / un desafío, una oración, un discurso / o un mon´lolgosolipsista.

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