jueves, 11 de marzo de 2010

Opinión: Francisco Peralta Burelo /Mar 11

pancho
(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Peña Nieto, la figura política de hoy

Falta mucho tiempo para que Enrique Peña Nieto, sea candidato del PRI a la Presidencia de la República, y todavía bastante más para que gane la elección presidencial y para que despache en Palacio Nacional y viva en Los Pinos. Ciertamente falta mucho tiempo para todo ello. Tendrá que pasar un año y medio para que pueda ser candidato presidencial del PRI y más de treinta meses para que asuma la Presidencia de la República. No obstante hoy en día --como ha venido ocurriendo desde meses (o años) atrás-- es el político que mayor interés concita, tanto así que una buena parte de la agenda política gira en torno suyo, de la que cada vez parece ubicarse más en su centro. El reciente escándalo político- partidista suscitado en el país --y que apenas el día de ayer hiciera crisis en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión--, que provocara un severo enfrentamiento entre las dirigencias y militancias del PRI y del PAN y el PRD, que pusiera en entredicho al Presidente Calderón y que originara la renuncia a su filiación panista del secretario de Gobernación, giró en torno a la figura de Enrique Peña Nieto; él fue el centro de atención y de disputa de tal diferendo.

Peña Nieto genera adhesiones y polémicas en estos momentos. Es la indiscutida figura política del país, por encima, inclusive, del Presidente Calderón y de otros políticos mexicanos. Empero también unos lo apoyan y otros lo combaten ya. Tiene elevados índices de simpatía, pero empieza a polarizar.

Es la apuesta hacia el 2012, quien regresará a Los Pinos al PRI, y al que el PAN y el PRD tratan de cerrarle el paso desde ahora a Palacio Nacional. Peña Nieto, con toda la popularidad que se le acredita, y en el papel de salvador del PRI –que con otro candidato podría no ganar la próxima elección presidencial-- está ya en el ojo del huracán político y sucesional, con todas las miradas pendientes de sus movimientos y con grupos y partidos dispuestos a impulsarlo o a pararlo y destruirlo.

La alianza fallida con el PRI para no meterle ruido a la sucesión gubernamental de la entidad gobernada por él, puso a Enrique Peña más que nunca en el centro de la atención nacional, con un PAN y un PRD dispuestos a no dejarlo crecer y un Revolucionario Institucional esmerado en cuidarlo como su niño bonito que es. Ahí él fue el centro de todo. De la disputa del PAN con el PRI y de la alianza del PAN con el PRD en varios estados de la república (entre ellos diez entidades priistas) en donde habrá elección de gobernador este año. Desde luego que de una eventual coalición panista- perredista en el 2011, allí para hacerlo desbarrancar en sus aspiraciones presidenciales.

Hoy, por lo que ha dejado ver, sólo se trata de parar o de impulsar a Peña Nieto. Esa es la agenda político nacional, establecida en torno a un hombre que ha generado tal expectativa que está convertido en la figura de mayor proyección dentro de la vida pública del país.

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