José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco
PERDIDAS MILLONARIAS
El flagelo de la inseguridad pública en Tabasco, no solo ha provocado que cientos de familias tabasqueñas hayan tenido que irse a vivir a otro estado, verbigracia, Yucatán, sino que ha ahuyentado inversiones millonarias internacionales y nacionales. Lo que ha agudizado más la crisis económica en la localidad y abierto más la brecha entre pobres y ricos.
Definitivamente la terrible inseguridad pública ha resultado más cara y contraproducente para la entidad que la “industria de la reclamación”, que inauguró hace décadas Andrés Manuel López Obrador, y que tanto daño hizo a las finanzas estatales y a los comercios establecidos, tal y como ahora está sucediendo a causa de la terrible inseguridad.
Aparte del daño psicológico que produce en las víctimas y familias de éstas, cada golpe que da la delincuencia organizada, económicamente significa un grave retroceso para la entidad, más aún cuando tenemos a un secretario de la SDET (léase: David Gustavo Rodríguez Rosario) que sigue todavía arriba de la “curva de aprendizaje”, como la mayoría de sus pares.
Mientras sigamos ocupando los últimos lugares en secuestros, ejecuciones, educación, salud, asaltos, violaciones, competitividad, desempleos…los escenarios no van a mejorar ningún ápice, pues a esto a que agregarle la falta de políticas públicas acordes a las demandas y necesidades de los tabasqueños, y avecindados aquí.
Como dice el ex gobernador Manuel Andrade Díaz, podrán decir misa y todo lo que quieran, pero los datos duros están ahí, la realidad no lo desmiente, sino todo lo contrario, los avala y confirma. Estamos mucho peor que antes.
Prueba de ello, es que la gente, sin gritarlo a los cuatros vientos, extraña a Andrés Rafael Granier Melo, pues si bien es cierto, de que están consciente del saqueo que realizaron a las arcas estatales, no estaban tan jodidos como ahora. “Robaban, pero repartían, no se lo llevaban todo, susurran, como ahora hacen algunos voraces funcionarios”. Así qué imagínense qué piensan de este gobierno que da más bandazos que un juego de billar.
Si la inseguridad pública continúa deteriorándose como hasta ahora -lo más seguro es que así sea-, la situación se va a poner color de hormiga. Los delitos seguirán a la orden del día, pero los linchamientos van a dispararse, y es que los ciudadanos están hartos de la incompetencia de las autoridades encargadas de la Prevención, Procuración e Impartición de justicia. Ninguna se salva.
Ante el panorama adverso que desde ahora se ve en materia de seguridad pública para el próximo año, la gente seguirá abandonando la entidad y los inversionistas buscarán estados que les garanticen mejores condiciones para invertir sus capitales. Mientras tanto, a aguantar vara. ¡Pobre Tabasco!, y pobre de nosotros, que no nos la vamos a acabar.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
No sé cómo carajo lo hizo, pero el titular de la Salud en Tabasco, José Antonio Filigrana Castro, tiene una fama de corrupto a nivel nacional y local que tiene sorprendido a propios y extraños.
En el Distrito Federal la clase política nacional lo tienen tan bien identificado que es el primer nombre que ponen como ejemplo de la grotesca corrupción que hay en el gobierno.
Con razón hay quienes dentro de la presente administración están pidiendo al gobernador Arturo Núñez Jiménez que lo releve de sus funciones, ya que el tipo no tiene llenadera.
Será la luna, será el sereno, pero José Antonio Filigrana Castro es de los que están señalados para ir derechito al CRESET. No se le va a acabar.
Mientras tanto, los nosocomios están cayéndose a pedazos.
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