Los varios triunfos de Gerardo Gaudiano y sus desafíos
José V. Martínez
Publicado en el Diario Avance
Cuando Gerardo Gaudiano y la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) decidieron inconformarse con la decisión del tribunal local que encabeza Yolidabey Alvarado, que le quitaba el triunfo en los comicios del 7 de junio, el ex dirigente de Morena y ex candidato de ese partido a la alcaldía de Centro, Octavio Romero, recomendó al joven político no hacerlo para apresurar la convocatoria a nuevas elecciones. Algo similar dijo Evaristo Hernández, del PRI.
Por supuesto que ese no era un buen argumento. El perredista Roberto Romero del Valle dijo con razón que si de eso se trataba entonces Morena, PRI y PVEM, no debieron impugnar los resultados de las elecciones. Más todavía, no tendrían que inconformarse con la nueva resolución que le devuelve la constancia de mayoría al nieto de Don Leandro Rovirosa. Si lo que se quiere es no perder el tiempo en las disputas partidistas, bastaba dejar las cosas como resultaron después del conteo en las urnas.
Pero aceptemos que para eso están los candados normativos, las leyes, los tribunales, los recursos. Para que los competidores no digan que les robaron la elección y que no tuvieron manera de defenderse. Aunque esto no suceda, aunque la contienda sea limpia, forma parte de una cultura arraigada en nuestro medio comportarse como víctima; es común quejarse de lo que otros hicieron bien o mal y no atender lo que dejamos de hacer. Esto es más frecuente en la lucha por el poder; a nadie le gusta perder. Menos reconocerlo.
En todo este tiempo que transcurrió desde las campañas, las votaciones y luego ahora en las impugnaciones, tuve oportunidad de escuchar varias veces a los principales actores de esta contienda. Cada uno tiene sus razones, pero creo que ha llegado el momento de dar vuelta a la hoja para que el joven Gaudiano afine su propuesta de gobierno; la capital tabasqueña y las villas y poblados de Centro requieren de una futura administración más eficaz. Son demasiadas las demandas, crecientes los rezagos, cada vez menos los recursos y muy corto el tiempo, como para desperdiciarlo estancados en el proceso electoral.
Decía que he tenido oportunidad de escuchar a Evaristo Hernández, Octavio Romero, Rosalinda López y Gerardo Gaudiano. Mencionaré mi impresión de este último porque estoy convencido de que es un político bien intencionado y preparado. Es además quien según los resultados de las votaciones y los magistrados federales deberá asumir el cargo en enero próximo.
Dicen que no basta vencer sino convencer. Gerardo Gaudiano es un joven político que ha ido construyendo su carrera política cuesta arriba, a pesar de que podría suponerse que su posición social y económica, y el hecho de ser nieto de un ex gobernador, le facilitaría el camino. Pero decidió tomar la ruta más ardua pero que enriquece la experiencia; desde el momento en que determinó acercarse a Andrés Manuel López Obrador y participar en el PRD. Fiel a su partido ha sido militante de base, dirigente municipal y estatal, diputado federal y ahora está a un paso de cumplir su más importante anhelo: gobernar la capital tabasqueña.
Haberes
Aunque resulta lamentable el largo tramo de las impugnaciones, el aspecto positivo es que Gerardo Gaudiano llega fortalecido al superar una serie de obstáculos, inclusive en su propio partido donde tuvo que remontar a las poderosas tribus de Juan Manuel Fócil. Ahora requerirá la mayor colaboración posible del PRD, un partido que debe demostrar que sabe ganar.
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