José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
RAZONADAS SOSPECHAS
El comisionado político nacional del PT, Martín Palacios Calderón, abordó un delicado y espinoso tema, que por obvias y sobradas razones, casi nadie se atreve a denunciarlo públicamente, me refiero a la implicación o complicidad de algunos elementos de los cuerpos policiacos con la delincuencia, incluida la policía ministerial, en cualquiera de sus vertientes.
Nadie entiende, o mejor dicho se explica, cómo es que se comenten asaltos a diestra y siniestra, y no solo nunca están, sino que llegan, la mayoría de las veces, tardísimo al lugar de los hechos. Así sea en el mismísimo corazón de la capital tabasqueña.
Se supone que está blindada con cámaras de videos y elementos de la corporación policiaca y del trabajo de inteligencia que cotidianamente se realiza. Lo mismo ocurre, quiero pensar, en las principales avenidas y centros comerciales de Villahermosa, que también son testigos fieles de fechorías y medias.
A estas alturas del partido, quiero imaginarme, que la policía preventiva y de procuración de justicia ya tiene plenamente identificados, con pelos y señales, a nivel estatal las zonas o sectores con mayor incidencia delictiva, y qué tipos de delitos son los que más se cometen en ellas.
Resulta inverosímil, increíble y hartamente sospechoso, que se sigan cometiendo los asaltos a cuentahabientes. Está bien una primera vez, y quizás hasta dos, tres y hasta cuatro veces, pero ya se ha vuelto costumbre en Villahermosa. La noticia ahora es que en la semana no ocurra ninguno.
Más aún cuando el modus operandi es prácticamente el mismo. Esperan a que el cliente retire la lana, salga del banco, lo siguen a pie o en vehículo, según el caso, y a campo abierto o cerrado le quitan el dinero, y si se le ocurre poner resistencia, como ha sucedido en algunos casos, ahí mismo lo balean, se lo truenan, le dan cráneo. Valiéndoles literalmente madre.
Estos penosos y lamentables hechos son los que han provocado, no nada más las suspicacias, sino la desconfianza de los ciudadanos hacia las autoridades y las instituciones. No creen en ellos, porque están segurísimos de la confabulación entre delincuentes y policías, y razón no les falta. Por ello mismo el grueso de las víctimas (más allá del trámite engorroso que conlleva) se abstienen de ir al ministerio público a levantar demanda alguna.
El meollo del asunto, es que este gobierno ya va a cumplir tres años, la mitad de su sexenio, y la inseguridad pública a tambor batiente, imparable, incontenible. Y como escribí ayer, la situación va a empeorar, y no solo por el desempleo a consecuencia del recorte presupuestal, sino capitalmente por los evidentes conflictos de interés que existen dentro de la corporación policiaca.
Mientras las políticas públicas sociales continúen siendo ineficientes y no se limpie a conciencia la corporación policiaca, todo seguirá igual. Así traiga al Papa los escenarios no van a cambiar.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
El único motivo de fondo que los pudo haber sentado por más de una hora, me refiero a Rosalinda López Hernándezy Evaristo Hernández Cruz, es que ya no tienen ninguna duda de que los magistrados del TEPJF con sede en Xalapa, Veracruz, va a avalar el controvertido y polémico dictamen del TET.
Si lo confirman como están segurísimos ellos, y el propio dirigente estatal del PRI, Erubiel Lorenzo Alonso Que, quien hasta habló de la alianza PRI, PVEM y PANAL para la elección de Centro, habrán dado un enorme paso, ya que lo más seguro, es que la Sala Superior también lo respalde.
Si así ocurre vendrán más reuniones y diálogos fructíferos como el de ayer, pues el siguiente paso, es quién de los dos encabezará la alianza entre estos partidos políticos que en junio fueron jugaron separados.
En caso contrario, Gerardo Gaudiano Rovirosa ya puede ir preparando con bombos y platillos su arribo a palacio municipal.
Lo bueno es que ya falta poco, para que se despeje la incógnita que tiene a la clase política tabasqueña en suspenso, y a algunos de rodillas pidiéndole que se les haga el milagrito.
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