Publicado en el DIARIO POR ESTO
Los hermanos Mario y Francisco May Garrido, con domicilio en el fraccionamiento Juan Pablo II, en la ciudad de Mérida...
PROGRESO, Yucatán, 21 de febrero.- Sin lesiones y de manera milagrosa, resultaron los hermanos May Garrido, al volcarse su Tsuru III, después que les cerró el paso un coche dorado, en el kilómetro 4 del libramiento “Víctor Cervera Pacheco”, muy cerca del antiguo basurero, a las 8:30 horas.
Los hermanos Mario y Francisco May Garrido, con domicilio en el fraccionamiento Juan Pablo II, en la ciudad de Mérida, circulaban de oriente a poniente sobre el citado libramiento, cuando sufrieron el citado percance.
El conductor Mario May Garrido, de 22 años, dijo que venían procedente de Chicxulub puerto, cuando de momento les cerró el paso un coche dorado, “la verdad no conozco de modelos, ni marcas, no alcancé a ver las placas”, recalcó el conductor.
Esto provocó que se volcaran y avanzaran, a las 8:30 horas, una distancia de 20 metros, hasta quedar de nuevo parados, pero con el frente hacia el sur. “Lo que nos salvó fue que ambos teníamos puestos los cinturones de seguridad, y eso nos protegió del impacto.
“Pero el coche de mi padre, un Tsuru III de color azul, con placas YXC 516-A, modelo 2003, quedó como pérdida total, con los pedazos regados por todos lados”, manifestó el empleado de una pizzería.
Al llegar la patrulla 6312 de la SSP, al lugar de los hechos, al mando del policía primero Joaquín de Jesús Nahuat Avilés, preguntó a los dos ocupantes si querían atención médica y la rehusaron, ya que estaban totalmente ilesos ambos consanguíneos.
(Alfredo Canto May)
El conductor Mario May Garrido, de 22 años, dijo que venían procedente de Chicxulub puerto, cuando de momento les cerró el paso un coche dorado, “la verdad no conozco de modelos, ni marcas, no alcancé a ver las placas”, recalcó el conductor.
Esto provocó que se volcaran y avanzaran, a las 8:30 horas, una distancia de 20 metros, hasta quedar de nuevo parados, pero con el frente hacia el sur. “Lo que nos salvó fue que ambos teníamos puestos los cinturones de seguridad, y eso nos protegió del impacto.
“Pero el coche de mi padre, un Tsuru III de color azul, con placas YXC 516-A, modelo 2003, quedó como pérdida total, con los pedazos regados por todos lados”, manifestó el empleado de una pizzería.
Al llegar la patrulla 6312 de la SSP, al lugar de los hechos, al mando del policía primero Joaquín de Jesús Nahuat Avilés, preguntó a los dos ocupantes si querían atención médica y la rehusaron, ya que estaban totalmente ilesos ambos consanguíneos.
(Alfredo Canto May)
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