jueves, 23 de febrero de 2017

ARMAGEDÓN / Alfredo A. Calderón Cámara / “Yo no voy a ser juez”… / Columna / Jue Feb 23

Armagedón
Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo...”
Mateo 27:24
“Yo no voy a ser juez”…
Alfredo A. Calderón Cámara

Las lecciones del extravío de identidad política son de una enorme riqueza. Desde hace ya algún tiempo la desvergüenza logró que en el mimetismo haya vida política fuera del partido que llevó al poder a los políticos y vivan, gocen de las ganancias y traigan dentro de su corazón levantando la bandera de un candidato de otro partido: todo con cargo a la vilipendiada democracia. La pérdida de identidad política tuvo en la indefinición democrática un beneficiario concreto: seguir en tu partido mientras apoyas abiertamente al candidato de otro partido. Alguien pensó que, para estimular la competencia, había que impulsar las banderas del barco de quien mejor llenara las opciones de poder a tiempo brincar de un barco a otro; apenas vimos en el evento del “Peje” los tránsfugas que fueron a “apoyar al paisano”, sin importar si con ello violan algún postulado de la entidad política que les dio la posición que tienen actualmente.

Proteger a los partidos grandes de la amenaza de los chicos, no ha sido posible, la astucia para negociar posiciones ha abierto puertas a quienes sienten que sus caprichos no son cumplidos en un color y se tiñen de otro en un abrir y cerrar de ojos sin importar el pasado y menos el caudal de corrupción, la migración de la fauna política es cada día más caótica, nada ni nadie estorba el nacimiento de nuevas rutas y túneles de escape a entidades políticas como Morena, generando además en los partidos establecidos una cauda de tomas clandestinas las cuales les permitirán a los políticos transitar mediante el pacto ciudadano para asentarse definitivamente como conductos de deserción, huidas y evasión en la contienda electoral, antes voto de castigo, ahora llamado voto del paisanaje o apoyo ciudadano. El resultado será una “cuerda” de partidos minados, socavados y ahuecados, prácticamente inertes ante la fuga sin precedentes de votos.

Hoy quienes viven pegados a una ubre se sienten libres de la amenaza de ser expulsados y siguen en sus puestos engordando por jugosos subsidios. La sociedad observa en calidad de mirona partidos obesos, llenos de parásitos desleales, democracia torpe que deja sentir con fiereza la total pérdida de valores y principios políticos. La guerra ha sido desatada, pero el desenlace de la acción sería un severo golpe a ese imperio partidocrático que socavaría, dragaría y removería los cimientos de una Junta de Coordinación política del Congreso, que no está dispuesta a ser sacudida: de la allí el más amplio perdón: “yo no voy a ser juez”. Los argumentos son simples, en el juego de la “Pirinola”  una minoría es la que ordena y manda para mantener el equilibrio, la estructuración política de la sinrazón tiene todas las posibilidades y los argumentos de detener, moderar y mantener el control e imperio de los partidos en el H. Congreso del Estado.

El evento del “Peje” vino a descubrir lo que entretelones se sospechaba: la impugnada democracia tabasqueña recibe un nuevo punto de fuga desde su núcleo de neutralidad: “sigo mamando del presupuesto, pero apoyo al paisanaje”. Algunos cuestionan las credenciales democráticas de estos políticos, otros son abucheados de fea manera como César Raúl Ojeda por el mayor tribunal: el pueblo. Ahí ni san Andrés pudo salvarlo de la decapitación política. Quienes integran “el apoyo del paisanaje” saben que ellos por su misma deslealtad no recibirán votos de la gente, pero también saben que no pueden ser removidos de sus encargos que ocupan por la fragilidad de la propia correlación de fuerzas, no pueden negar el desfiguro ante la más alta responsabilidad; pero tienen a su favor esa voz casi inaudible que les brinda impunidad y es a la vez el ya consabido salvoconducto: “Yo no voy a ser juez”…

EL SEPTIMO SELLO
Uno de los hábitos curiosos de la opinión es su disposición a inventarse figuras de autoridad. Personas que se convierten en portadoras de una palabra mágica, inexplicablemente “confiable”. Su voz es incapaz de  perturbar, dislocar o agitar el clima político, social; aunque falsamente se sienta la fuerza de capitanear, desde el timón, el bote camaral…

LA SEPTIMA TROMPETA
Hoy sólo filosofe porque: La autoridad emana sólo de quien encarna valores sublimes. La razón, la verdad, sólo de Dios. También puede revisar esta columna en el portalhttp://www.elimparcialdetabasco.com/. A sus órdenes al teléfono 9932951489

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