José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en tabaspolitico.com.mx
“SOSPECHOSISMO”
Mientras más transcurre el tiempo, más se va arraigando en el imaginario colectivo nacional la convicción de que el presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, dejaron escapar a los ex gobernadores de Veracruz y Sonora, Javier Duarte de Ochoa y Guillermo Padrés Elías, respectivamente.
Así también hay la absoluta desconfianza de que a los ex mandatarios priistas César Duarte Jáquez y Roberto Borge Ángulo no van a ser alcanzados por el brazo de la justicia, como es el caso del ex titular del Poder Ejecutivo regiomontano Rodrigo Medina de la Cruz.
Todos ellos acusados de corruptos, pillos y sinvergüenzas, y otras lindezas más, que propiciaron la debacle política, económica y social de las entidades que saquearon sin compasión, y que a la postre, perdieron en las urnas, a pesar de que intentaron masivamente comprar el voto ciudadano.
Situación que ha hecho crecer exponencialmente el encono de los mexicanos hacia el jefe de la nación, tal y como puntualmente lo relevan los recientes estudios demoscópicos en los que la impopularidad del morador de Los Pinos continúa alarmantemente bajando.
Y todos los análisis prospectivos, apuntan a que su imagen va a seguir radicalmente deteriorándose. En gran parte, por los efectos del incierto contexto internacional, y por una serie de errores atribuibles directamente a la operación y ejecución de Peña Nieto, principalmente, los relacionados con las tan cacareadas reformas estructurales, que no se han reflejado en beneficio de los bolsillos de los mexicanos, sino todo lo contrario.
Sin pasar por alto, “Casa Blanca”, Ayotzinapa, Tlatlaya, Apatzingán, Donald Trump, etcétera, etcétera. Estela de horrores que tiene al mexiquense respirando artificialmente, viviendo de milagro.
A estas alturas del partido, ya no basta un golpe de timón, como los que daba Carlos Salinas de Gortari, para enderezar el rumbo. Políticamente los escenarios son irreversibles. Solo un milagro guadalupano podría hacer que el PRI retuviera la presidencia de la República.
Y este estaría fincado a que los dirigentes nacionales de los demás partidos opositores no lograron consensar entre todos a un candidato presidencial que venciera en las urnas al que finalmente resulte el abanderado del PRI. Separados van derechito al matadero.
Peña Nieto está obligado a meter en la cárcel a los ex gobernadores emanados de sus filas que se enriquecieron descomunalmente, como son los casos que se han venido mencionando en los últimos meses en los medios masivos de comunicación. Y el PAN por su parte, tiene que hacer lo suyo, para que no quede impune el saqueo del panista Guillermo Padrés Elías.
Porque lo que hemos visto hasta ahora, es puro maroma, teatro y circo. Del discurso hay que pasar a los hechos, y qué mejor que encerrando tras las rejas a esos gánsteres de la política mexicana.
Mientras tanto, el “sospechosismo” de Santiago Creel Miranda se va anidando hasta los tuétanos de los huesos en los mexicanos.
“QUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
De los dos millones 200 mil y pico de pesos, que mensualmente recibe Miguel Ángel Valdivia de Dios vía el IEPCT y del edificio de Insurgentes Norte, -según revelación de su correligionario Edison Arellano- que se embolse a las malas unos 400 o 500 mil pesos, es más que suficiente, y más por no hacer nada.
Con razón está amachado en no dejar el partido. Si tonto no es. En ninguna parte va a ganar esa suma estratosférica, pues como economista y especialista en mercadotecnia política, como alguna vez presumió en una entrevista, se muere de hambre.
Lástima, pues antes de que concluya el mes de diciembre saldrá irremediablemente del PRI.
La decisión ya está tomada, y no hay hoja de vuelta.
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