Rodulfo Reyes
Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco
Centro: De los 4 que tenía ya nada más me quedan 2 (¿o 3?)
No hay actor político, por más informado que esté, que pueda sostener con datos duros un diagnóstico sobre el resultado de las elecciones en Centro, a efectuarse en dos domingos. La contienda está reñida entre el priísta Evaristo Hernández Cruz y el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa, aunque hay autores que meten en la final a Rosalinda López Hernández, del PVEM-PAN.
Para este reportero, lo único seguro en estos momentos es que el gran perdedor será Octavio Romero Oropeza, representando a Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.
Cuando faltan nueve días para las elecciones del 7 de junio, se avista un encontronazo entre el abanderado del principal partido opositor y el del grupo gobernante.
Sin embargo, no se debe descartar a la esposa del presidente del poder Judicial de Chiapas, Rutilio Escandón, ya que la también hermana del senador Adán Augusto, de Morena, hizo la mejor campaña, lo cual le dan el plus que la ubica en el tercer sitio de las preferencias.
Datos del PRI señalan que Evaristo le lleva nueve puntos a Gaudiano, y en el equipo del diputado federal con licencia se asegura que solo van abajo por tres puntos.
Mas en una entidad donde la ciudadanía engaña a los encuestadores, esas cifras no revelan nada.
El que de plano se estancó fue Octavio Romero, a quien solo los analistas bisoños le ven posibilidades de triunfo.
Las mediciones una vez más han demostrado que López Obrador puede ser el tabasqueño más querido y respetado por sus paisanos, pero su popularidad no la trasmite por ósmosis política.
¿SE SUBIRÁN LOS TABASQUEÑOS "AL CARRO DEL GANADOR"?
Algunos especialistas aseguran que en esta semana la abanderada del PVEM-PAN tuvo una mejor exposición en medios en relación al priísta y al perredista.
Rosalinda está su "momentum": su campaña está cerrando con mayor impulso, fluye más con electorado y muestra un mayor potencial ante la opinión pública.
Vaya, abajo la gente habla bien de ella y se ha creado una sensación de que ganará la elección.
¿Y qué si ha acaparado la percepción de que va a triunfar?
Pues que puede ser beneficiada por el efecto Badwagon, que consiste en "subirse al carro" del candidato que la vox populi cree que va a imponerse en la elección.
La psicología conductual ha encontrado que existe un segmento social proclive a sufragar por un aspirante solo porque lo ve como posible ganador.
El efecto Banwagon refiere un estado de ánimo colectivo, derivado del impulso de dejarse llevar por los triunfadores.
Los estudiosos dicen que dicho efecto opera sobre la parte menos informada del electorado y sobre la que tiene menos definiciones partidarias e ideológicas.
No se trata del voto útil, pues este se ejerce con mayor conciencia, con más razonamiento en quién se va a respaldar en las urnas.
El sufragio del efecto Badwagon parte del instinto, es más primitivo, y atañe a gente menos involucrada en partidos y sin información; ocurre cuando un grupo de personas sufraga por el partido o abanderado que cree probable que resulten vencedores o que son proclamados como tales por los medios informativos.
Precisamente por eso durante las campañas, partidos y candidatos buscan sembrar en la opinión pública que son los favoritos en las encuestas.
Pregunte usted en su entorno quién va a ganar, y con toda seguridad la respuesta se dividirá entre Evaristo y Gaudiano, pero no va a faltar quien diga que lo hará por Rosalinda.
Por eso muchos no dan por muerta a Rosalinda.
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