CIUDAD DE MÉXICO, 26 de julio.- Santos se recuperó a base de pura fibra y alcanzó en el marcador al Cruz Azul para sellar un empate que le deja más con una victoria moral, que con buenas estadísticas.
El equipo de Pedro Caixinha, tan arrojado como es su costumbre, desperdició el primer tiempo y tuvo que echar carbón a la caldera para ir a todo vapor en el segundo lapso y evitar una caída en casa.
Fue más el equipo de Torreón en el segundo lapso y borró de un golpe al Cruz Azul que acusa falta de fondo físico y por momentos, variantes estratégicas que refresquen el partido cuando se le atasca.
Mauro Formica abrió el marcador para los visitantes cuando en una jugada de carambola y beneficiado por una nefasta salida de Oswaldo Sánchez pudo colarse hasta las mismas redes con el balón.
Todo era una ilusión óptica para la Máquina que sigue sembrando incertidumbre en el torneo a pesar de que va iniciando, porque se apaga y se queda sin energía.
Santos echó el cuerpo para adelante y desde antes del descanso fue más aventurado a la hora de atacar.
La Máquina, que volvió a verse afectada por la otra lesión de Pablo Barrera, se desfiguró y dejó de atacar por las bandas.
Para cuando entró al campo el Chaco Giménez, ya no había mucho qué hacer.
Caixinha había agitado el banquillo y el tablero con la entrada de Rentería que hizo el gol del empate en una bella jugada la cual cerró con un cabezazo a contrapié de Corona y con las incursiones peligrosas de Mauro Cejas. No le alcanzó a Santos, pero  le quedó buen sabor.