MORELIA, 26 de julio.- Un poema de gol de Enrique Esqueda abrió el marcador y el camino para la victoria del Atlas sobre Monarcas Morelia. Con un lejano tiro que se coló a la derecha del portero Carlos Felipe Rodríguez, Esqueda se estrenó con la camiseta de los rojinegros.
El Monarcas-Atlas, equipos del mismo dueño, trajo viejos conocidos al Morelos: Tomás Boy regresó a la cancha donde dirigió seis años en tres etapas junto a Enrique Pérez, canterano michoacano, Federico Vilar y Aldo Leao Ramírez, pilares en algún momento para Monarcas, se enfrentaron a una renovada y joven plantilla local.
El Morelia lució desde un principio con verticalidad y dinámica por los costados, explosivo al contragolpe. Por su parte, el Atlas trató de mantener el orden en sus líneas para aprovechar el error, sin arriesgar mucho y con Arturo González como referente. Pero la única ocasión peligrosa de la primera mitad la mandó a las gradas Óscar Fernández.
Ya en la segunda parte, nuevamente Fernández se perdió la anotación moreliana al 50’. Entonces apareció Esqueda, que vio fuera de su zona al portero local y mandó un gran disparo con potencia y colocado. Imposible para Rodríguez, cuyo lance sólo sirvió para las fotos.
Monarcas adelantó líneas y pisaron el área rojinegra con peligro. Rápido buscaron el empate. Duvier Riascos, atento a una pelota aérea, remató franco a Federico Vilar que con la rodilla desvió el balón enviado por el colombiano. Luego llegó un mano a mano que Maikon Leite de-
saprovechó, pues Rodríguez le  robó el balón al brasileño.
Cómodo jugaba el Atlas con la ventaja parcial. Trató de desesperar el once de rojiamarillos, apurados por igualar las cosas. Ni la gran velocidad de Zárate por el sector izquierdo ni la potencia de Riascos pudieron penetrar la bien plantada pared defensiva de Venegas, Erpen, Castillo y Pérez.
Un tiro de castigo del capitán michoacano Carlos Adrián Morales reventó en el poste derecho de Vilar, e hizo vibrar a la afición cuando faltaban diez minutos para el final. El empate parecía cerca, pero Edy Brambila se encargó de lapidar las aspiraciones locales que, ansiosos por lograr la igualada, se hicieron pelotas atrás, situación que aprovechó Brambila tras taladrar en el área de Monarcas y rematar con más ganas que belleza al centro de la portería para el 2-0 final.