José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com
Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco
VIVITO Y COLEANDO
La presencia platicadita del titular de Caminos y Puentes Federales (CAPUFE), Benito Neme Sastre, en el cumpleaños del delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Hernán Barrueta García, lo inserta de lleno, no solo en el proceso electoral de 2015, sino en el hándicap por la gubernatura de 2018.
En contraste a otros festejos organizados por el mismo motivo de la convocatoria; el del pasado sábado no tiene comparación con ninguno de los anteriores, pues en está ocasión el anfitrión y sus operadores políticos invitaron a tirios y troyanos, y a decir verdad, se lucieron, cumplieron la tarea. El objetivo político sustancial se logró, las expectativas políticas literalmente se rebasaron.
Políticamente no podía ser de otra manera, sobre todo luego de sus dos fallidas intentonas por regresar con bombos y platillos a Tabasco. La primera fue con el malogrado ex candidato a la gubernatura, Jesús Alí de la Torre, y meses después con el ex titular del TSJ, Guillermo Narváez Osorio. Ni uno ni otro lograron concretizar sus aspiraciones políticas, ni las de quien los apoyó.
Dos rotundos fracasos que por algún tiempo lo llevaron prudentemente a alejarse a medias del quehacer político tabasqueño, y escribo a medias, porque la llegada de su hombre de todas las confianzas (léase: Hernán Barrueta García) a la SEDATU demuestra que, a pesar del costo político que tuvo que pagar ante el mexiquense Enrique Peña Nieto nunca perdió de vista a Tabasco.
Benito Neme Sastre está vivito y coleando, y no precisamente por el gentío reunido en la quinta Barrueta, sino porque consiguió hábilmente reinsertarse de nuevo en la esfera pública local, y sobre todo fortalecer sus relaciones con el inquilino de Los Pinos. Prueba de ello, es que algunos actores políticos ya lo ven ocupando una curul en el Congreso de la Unión.
Si consigue convencer a su compadre mexiquense de que le dé una diputación plurinominal en el 2015, el hijo del ex tinto gobernador Salvador Neme Castillo va a estar, júrelo usted, en la pelea por la gubernatura en el 2018. Si por una u otra causa política no logra estar en la Cámara baja disminuirán sus posibilidades de llegar a la Quinta Grijalva.
Por lo pronto, sus promotores lograron su cometido político, pues desde el pasado sábado el nombre de Benito Neme Sastre comenzó por enésima vez a sonar en los cafés, restaurantes y pasillos políticos, y es que algunos atrevidos ya lo daban por muerto por sus anteriores desatinadas incursiones en la política tabasqueña.
Como el General y Cónsul romano Julio César, en esta ocasión Benito Neme Sastre: “Vine, vi, vencí”. Por ahora, mañana ya será otro día. De lo que no hay ninguna duda, es de que está más vivito y coleando de lo que muchos se imaginaban, y es que política no hay cadáveres, hasta que los políticos no deciden tirar la toalla o definitivamente defenestrarlos.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
A pesar de los golpes bajos que cotidianamente recibe de sus furibundos detractores y contestatarios, Rosalinda López Hernández tiene la completa seguridad de que por cualesquiera de las figuras electorales va a ser candidata a la alcaldía de Centro. No se cierra a ninguna posibilidad. Inteligentemente juega con cada una de ellas, pues así como no desecha ser la candidata del PVEM, PRI y PANAL, tampoco descarta la vía de las candidaturas ciudadanas.
Sostiene contra viento y marea de que no va a declinar por su hermano y senador Adán Augusto López Hernández. Dice y asegura firmemente de que es su oportunidad, y creo que tiene toda la razón. Si no es ahora, no es nunca. Creo que está en su mejor momento de su carrera política.
Aunque sigo pensando que si Adán y Rosalinda van por diferentes caminos a los dos les va a ser más difícil ser competitivos. En cambio si van juntos su contrincante necesitará ser un fenómeno social para ganarles, pues creo que ni Gerardo Gaudiano Rovirosa les haría sombra. Separados todo puede suceder.
Todavía tienen todo el tiempo del mundo para cavilar qué es lo que le conviene a la familia López Hernández para estar presente en la justa por la gubernatura. En fin, ellos tienen la palabra.
Afirman las lenguas viperinas que el déspota director de los Servicios Generales de la secretaría de Administración, Homero López Carballo, está haciendo el negocio de su vida. Le va tan bien en las comisiones que le dan los prestadores de servicios que acaba de comprar el restaurante 100 por ciento natural.
Pillerías en las que también participa su subordinado Marco Antonio Berdon, quien es el encargado de pasarle la charola, no solo a Rubén Compan y a su esposa Marisol Mocoso –alquilan Pantallas y Sonidos-, sino al también propietario de audio PRO, Manuel Chico (a) “Tortugo”.
La mochada va de acuerdo a la cantidad del pago por los servicios prestados y a las veces que los solicita el gobierno. La cual debe, deduzco, ser muy buen dinero a la mano, pues un restaurante de la calidad del 100 por ciento natural, no se adquiere de la noche a la mañana, y menos en estos dificilísimos tiempos en los que la lana está escasísima. El meollo del asunto, es que los grandes negocios se siguen haciendo a la sombra del poder, y como si no pasará nada.
A al ex rector de la UPCH José Luis Hernández Lazo lo corrieron por lo que usted quiera, menos por corrupto, pues si así fuera el caso ya hubieran barrido con la mayoría de sus pares. Sale, porque se impuso la voluntad de uno de los fundadores y ex dirigente del PRD estatal, Enrique Fernández Valdés, quien es, ni más ni menos que el papá de la nueva autoridad universitaria: Querubín Fernández Quintana. Así de fácil y sencillo. Lo demás puro jarabe de perico.
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