Opinión: Víctor Manuel Barceló R. / May 17

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El Parlamento Ciudadano en la crisis y los derechos humanos.

En el ascenso de incapacidades gubernamentales para atender demandas de la sociedad, el Parlamento Ciudadano de México se reunión en Jalapa, Veracruz, el viernes 15 pasado. Contamos con la grata presencia del Gobernador Fidel Herrera, al inaugurar el evento. Ocurre la Asamblea, tras semanas de trabajos internos: recopilación de opiniones de grupos y personas que participaron -principalmente en la Convención Nacional de Contribuyentes- y en el análisis de puntos de la Agenda Ciudadana. Allí se opinó sobre puntos de la Agenda Interna; se decidió sobre resultados de la Convención, mismos que contienen sendas propuestas que serán enviadas al Congreso de la Unión y al Ejecutivo, para su atención. También se escuchó al Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; concluyendo con la “Declaración de Jalapa”, a que nos referiremos adelante.

Durante el evento hicimos algunas apreciaciones referidas a la necesidad de analizar y proponer rutas viables, para que, tras ajustes profundos al sistema económico que se aplica, puedan realizarse inversiones y apoyos planificados, de todo tipo, tanto en infraestructura, como en la recuperación de la pequeña y mediana industria y puesta al día del vital sector social productivo en el campo y su evolución por cadena productiva, para recuperar mercados.

Fundamental referirnos a la excelente disertación de la parlamentaria Mirelle Rocatti, acerca de las Reformas Constitucionales en materia de Derechos Humanos, respuesta a la clara y precisa presentación del Presidente de la CNDH, arriba mencionado. La Dra. Mirelle dio cátedra de derechos humanos, no exenta de crítica vigorosa de lo que ocurre en nuestro ambiente. Dijo (por ejemplo) “La propuesta que hoy se discute en la Cámara de Diputados…se gestó hace ya casi once años. En este significativo año del 2010, estamos testimoniando como la clase política y quienes ejercen el poder ejecutivo legislativo y judicial …se pierden en el laberinto de la coyuntura, priorizan los procesos electorales y olvidan lo urgente y prioritario…los verdaderos cambios estructurales: la Reforma del Estado. Pareciera que los mexicanos nos hemos conformado con la alternancia partidista…los cambios coyunturales, se han soslayado…parchando al viejo sistema. corresponde a la presente generación transformar y cambiar al país”.

Habló de “los aciagos tiempos que vivimos inmersos en una crisis económica y una gravísima de inseguridad” para coincidir con otros parlamentarios que participamos, en que “resulta reconfortante y esperanzador que esta reforma constitucional cristalice y se incorpore al texto constitucional el concepto de derechos humanos…se honren los compromisos internacionales signados por México…se incluyan los derechos humanos como contenido fundamental en los planes y programas de estudio y, se fortalezca el sistema nacional de protección de los derechos humanos, incorporando una mayor participación de la sociedad civil”.

Tarea importante será mantener la atención en el cumplimiento de lo que se acuerde en el Congreso sobre los derechos humanos, de todos “los de la primera generación como son los derechos fundamentales y los civiles y políticos; pero también los de la segunda y tercera generación, que aunque…programáticos, su cumplimiento deberá ser el eje que guíe las Políticas Públicas y el ejercicio de las Finanzas Públicas, de manera que estos derechos paulatinamente se vayan cumpliendo”.

Razón de más se tuvo en la discusión parlamentaria, si recordamos que somos la economía número 13 del Planeta, por tamaño y de acuerdo a clasificaciones recientes del Banco Mundial, junto con el Fondo Monetario Internacional, ambos organismos subordinados a los grandes objetivos que en las materias respectivas fija el gobierno del imperio, aún hegemónico. Lo penoso para el régimen actual, es que el BM sitúa a México en el lugar 75 entre 186 naciones, medido por la capacidad de compra del ingreso de sus habitantes. El Banco Mundial revela que de fines de 2004 a fines de 2008 (final y principio de gobiernos panistas) la concentración de la riqueza creció bajo ambos gobiernos, presuntamente regidos por el postulado doctrinario del bien común.

Tal circunstancia se dio asÍ: El decil (décima parte) de los más ricos del país -cúspide de la pirámide socioeconómica- acumuló en 2004: 267 mil 701.5 millones de Dl. igual al 35.4 % del P.I.B. de ese año. Pasó a concentrar 439 mil 597.2 millones de Dl. en 2008, el 41.3 % del total. Así, los dueños del país aumentaron en 171 mil 895 millones de dólares su acumulación de ingreso, creciendo 39.1 % en cuatro años. En tanto la economía, en su conjunto, apenas creció 3.9 por ciento anual, en promedio. Por ello se insistió en la urgencia de buscar y proponer mecanismos que provean de empleo a los mexicanos, en su territorio; como barrera para que no crucen la frontera norte y sean tratados como criminales o se incorporar al crimen, de este lado.

Con tal finalidad, en la “Declaración de Jalapa” se hace una dura crítica de la “Ley Arizona” –analizada en mi artículo anterior- haciendo llamados a boicot económico y social al nazi-facista gobierno y fuerzas económicas de ese estado; pudiendo ampliarlas a otras entidades del imperio, que también “dependen” de los pesos mexicanos, mismas que pretenden contagiarse de la beligerancia criminal, decididos a poner en práctica en ese territorio, por cierto “perdido” por México, tras la guerra de intervención imperial de mediados del siglo XIX.

En la “Declaración de Jalapa” se tocan otros puntos, analizados en días previos o en la misma Asamblea Nacional. Sobresale la exigencia a “todas las autoridades (para que) apliquen los ordenamientos jurídicos con estricto apego a los Derechos Humanos, de acuerdo a un país en donde se debe respetar el Estado de Derecho”.

Hay allí también, un llamado al Poder legislativo para que termine “el juego perverso” de frenarse mutuamente iniciativas de ley, en temas torales para el momento nacional. Muchas razones existirían para que tal cosa ocurra; lo cierto es que se consideró por los parlamentarios ciudadanos pedir a los congresistas “que se pongan a trabajar, que se quiten de politiquerías destructivas, que acaben con el inmovilismo, que disminuyan sus excesivos recesos y cumplan con su obligación y compromiso de trabajar por el pueblo de México”. Esta petición puede extrapolarse a los 32 congresos estatales y del D. F. enfrascados en pleitos privados con resonancia pública y en adular al jefe político.

Finalmente, los parlamentarios ciudadanos pedimos a quienes participan como candidatos, de todos los partidos, en la contienda de julio próximo, en doce entidades federales: “…que sean honestos, que actúen con respeto a la sociedad, que no mientan con sus promesas de campaña, que tengan proyecto que beneficie a la gente y que se comprometan de veras con la ciudadanía”. “A los ciudadanos de esos estados les pedimos que analicen con lupa a todos los candidatos, su pasado y su presente, revisen sus propuestas, no se dejen engañar con mentiras incumplibles y electoreras”. “Ejerciten el voto con inteligencia y conveniencia…comprometan a los candidatos…a cumplir con su palabra y establezcan…por escrito y firmado, los compromisos…entre candidato y sociedad”. Menuda tarea nos espera para avanzar, como sociedad civil organizada, en los temas mencionados, parte de la Agenda Nacional por un México equitativo, democrático y participativo.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Villah. Tab. 16-V-2010.