martes, 18 de mayo de 2010

Mundo Olmeca: Benjamín Dueñas Azcona / May 18

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Tabasco es un caos.

Dando tumbos y lastima transita Tabasco a los ojos no del mundo sino de los mismos tabasqueños, recurrentemente esto sucede por la falta de liquides financiera en los gobiernos municipales y estatal en la entidad. Pero en verdad se debe más que nada a la falta de creatividad para generar ingresos propios o atraer grandes y pequeñas inversiones generadoras de fuentes de empleos, principal detonador este del reclamo y lamento popular, de una población molesta y mucho en contra de las mencionadas administraciones por no darle solución a este vital problema social, el del empleo.

Cosa aparte resulta ser la falta de gobernabilidad en las esferas gubernamentales estatal y municipales, en donde la delincuencia a sentado sus reales, en donde la ciudadanía padece este azote social en todo momento y en cualquier parte de la entidad tabasqueña, incluso estando presentes, o muy cerca, elementos de seguridad pública. Del crimen organizado, ni tocar el tema, pues si entre otras cosas los secuestros siguen a la orden del día, significa que el combate a este es nulo, o exageradamente deficiente en detrimento de la población con cierto rango de posibilidades económicas. Por cierto el municipio 18 en Tabasco ya existe, el más fuerte financieramente hablando, Houston.

Lo difícil de entender es el porqué los municipios y la entidad tabasqueña se encuentran en las condiciones extremas de liquides -heredadas del clientelismo electoral de las pasadas y presentes administraciones-, saneando de alguna manera sus presupuestos al darle de baja a una gran cantidad de trabajadores, bajas que la sociedad en general si no aplaude tampoco defienden, pues con sus malos tratos y falta de vocación de servicio de estos burócratas en su momento, trazaron una gran distancia con aquellos que realizaron un cansado, fastidioso, y traumatizante tramite burocrático, soportando horas y vueltas para ser atendida o solucionada su gestión. Eso sí, estos gobiernos dan de baja a muchos, pero a ninguno de los recién contratados por estos.

Lamentable es escuchar o leer diariamente trasladando las actuales administraciones públicas locales, el padecimiento de su incapacidad de gobernar a la vista de todos, a las pasadas administraciones, cuándo se supone que quienes contendieron en busca de estas posiciones de alcaldes y gobernador, tienen consigo toda no la experiencia pero si la sapiencia, o el conocimiento mínimo de la problemática a enfrentar y el como solucionar estos problemas, por ello pidieron el voto, por ello ganaron su elección, por ello se les otorgó la confianza y el respaldo en las urnas, por ello se comprometieron a gobernar. Ahora resulta que estos señores no gobiernan, se lamentan.

De nada sirvió a los tabasqueños, la sonrisa pidiendo el voto, la imagen de desprotegido de la cúpula del poder en la búsqueda de ser nominado por su partido político, de nada sirvió contar con las simpatías y respaldo mayoritario de la población, por la trasmisión de personalidad de buena gente, de ser alguien igual al elector surgido de la sociedad y no de la clase política o el dedo impositor, de nada sirvió, entendió la población, apoyar a alguien por ser de buena fe, buena gente, pues la falta de capacidad para gobernar es obvia, es grande, es lamentable. De nada sirvió igualmente, sostiene el ciudadano, el paso por el Congreso del Estado de muchos de estos, e incluso de la experiencia ya de ediles en Centro y Balancán de dos de estos electos.

Hay mucho de que lamentarse como administración pública en Tabasco, pero no es pretexto para mal gobernar los municipios y la entidad. Pocos son los que han tomado y marcado el paso hacía el mejor camino posible en el ámbito municipal, de hecho son seis, Alfonso Pérez Álvarez en Macuspana, quién tuvo los arrestos suficientes para interponer una demanda penal en contra de las dos pasadas administraciones; Aquiles Reyes Quiróz en Centla, quien nombró un equipo de buscadores de inversiones para el municipio y los avances en proyectos al momento son ya importantes; Milton Lastra Valencia en Balancán, metido de lleno en el rubro agropecuario de esta municipalidad; Miguel Jiménez Landero en Emiliano Zapata, con grandes expectativas en torno a sus continuos tratos con el gobierno federal.

En el mismo tenor, en el de mejores resultados en beneficio de la población, caminan igualmente Nelson Pérez García en Cárdenas, inmerso en el trabajo de apoyo social a la población y fuentes de empleos (mil 200) con la obtención de la apertura de un Wall Mart; y Raúl Gutiérrez Cortés en Tenosique, quién en eso de los apoyos sociales a la ciudadanía va al cien, con todo y los estorbos que le representan los entrometidos diputados locales, buscando esto satisfacer sus insanos intereses personales, batallando en contra de la política y ritmo de trabajo impuesto por el edil. Tabasco está mal, pero algo al menos es rescatable, dando la cara por los alcaldes tabasqueños, tres priístas, dos panistas, y un perredista.

Sólo Milton Lastra y Raúl Gutiérrez tienen experiencia legislativa, ambos ya fueron Diputados Locales y el primero, ex alcalde. Desgraciadamente para los tabasqueños y sus gobernados, hay seis alcaldes más en funciones con experiencia legislativa, pero sin resultados satisfactorios de por medio a casi cinco meses de su gestión, incluso uno de ellos ya fue alcalde. De los otros cinco alcaldes en la entidad, mejor ni gastar tinta en ellos, están con sus municipios a la deriva, sin rumbo, y perdidos igualmente a los otros seis, en la aberrante borrachera del poder. Tabasco es un caos.

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