EDÉN POLÍTICO: Pedro Lara Hernández / May 21

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LA ESPECIE HUMANA EN PELIGRO


“El dolor es el megáfono que Dios utiliza

para despertar a un mundo de sordos”

Clive Staples Lewis. Escritor Británico

El gran dilema que está presente en el ser humano es morir o sobrevivir. Así de simple. Creo estar llegando a la conclusión que el planeta sobrevivirá, porque la autodestrucción humana lleva pasos muy aligerados y va a lograr su propósito. Cuando esto suceda el mundo seguirá existiendo porque se quitará el cáncer humano que le está haciendo daño.

Es de llamar la atención a los seres humanos que habitamos el globo terráqueo acerca de la enorme irresponsabilidad y la falta de conciencia que muestran ambiciosos países y empresas trasnacionales, por las enormes cantidades de petróleo que han derramado en los últimos tiempos en muchas partes del mundo, y ahora, por las que contaminan la parte norte del golfo de México, infectando el agua y destruyendo la flora y la fauna que se encuentra en esos espacios naturales que son realmente de todos los habitantes del planeta. La actual mancha aceitosa, abarca miles de kilómetros cuadrados, encontrándose todavía a varios cientos de kilómetros de las costas mexicanas.

Es importante hacer notar que ese comportamiento humano no solo falto de ética y moral, sino tremendamente inconsciente del daño que provocan sus acciones a la especie humana, acelera el descongelamiento de los hielos de los polos, acelera la deforestación, aumenta diariamente el calentamiento global, la contaminación del aire y del agua en el mundo. O sea, la autodestrucción humana se está dando, segundo a segundo, con un apresuramiento inaudito.

Cotidianamente los seres humanos perdemos con mucha rapidez nuestra capacidad de asombro, nos resistimos a darnos cuenta, que cada día están más presentes los peligros para que la especie humana sobreviva y, lo más grave, que nadie hace nada para evitarlo.

Son múltiples las recomendaciones que hacen muchos científicos y grupos humanos, conscientes de las grandes amenazas que existen en la actualidad, para que el ser humano corrija el rumbo. Pero los soberbios oídos están sordos ante tales advertencias, pareciera que no existe interés en la suerte de las nuevas generaciones.

Estoy convencido que cuando el ser humano desaparezca de la faz de la tierra, ésta con gran rapidez recuperará su grandeza y señorío. Se curarán rápido las heridas y seguirá su infinito viaje por la bóveda celeste, quizás diciendo, lástima que la evolución de ésta especie de seres vivos no le haya permitido poseer la inteligencia y la capacidad para vivir en armonía con el hermoso contexto con el que El Gran Arquitecto Del Universo, la cobijó.