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(Publicado en el Diario de la Tarde)
De recuerdos en el Norte… de Villahermosa.
El peso del magisterio tabasqueño se dejó sentir la víspera del día en que se celebra al maestro mexicano. Los dos reconocidos sindicatos de este importante y poderoso gremio dejaron sentir su peso ante la sociedad villahermosina –en Chiapas y Oaxaca lo dejan sentir cotidianamente-, con una protesta en el ovalo de la deportiva, como siempre últimamente exigiendo sus pagos de Ley, pero provocando con ello y las cuatro marchas protagonizadas en el transcurso de ese mismo día por otros grupos sociales en la capital tabasqueña, un agobiante y fastidioso caos vial.
Ese día, de las 12:55 a 14:05, realizaba Usted un traslado en vehículo particular del Fraccionamiento Lidia Esther Mánica de Portilla a el Fraccionamiento Real del Sur en el tiempo referido, una hora diez minutos cuándo normalmente y no ajeno al fastidio de esa misma hora, se realiza en 20 o 25 minutos. La protesta del gremio magisterial en el ovalo de la Ciudad Deportiva estaba en su apogeo, los participantes, maestros tanto del SNTE como del SITET, exigiendo el pago de prestaciones y quincena.
De que el magisterio tiene peso político y respeto social, sí, lo tiene, y eso no es de hoy, es de siempre en los últimos cien años en México, siempre lo han tenido de tradición en el país y en todo el mundo, pero antes era permeado esta misma fuerza a través de la religión, los curas o personal dirigido por estos impartían la educación, sobre todo entre los hijos de familias pudientes, entre el dinero, en el poder económico, lo que a la vez le permitía al clero, la manipulación social.
Hace cincuenta y un años en Villahermosa, en 1959, el gobierno federal a través de los sindicatos en sus dependencias, entregó a sus trabajadores terrenos y casas en Villahermosa, la mitad de estos fueron para el ya poderoso sindicato magisterial, naciendo y construyéndose en el norte y las afueras de la ciudad en ese momento, las colonias Adolfo López Mateos y 15 de Mayo, hoy denominadas simplemente López Mateos y Magisterial, A finales del año 59, en los últimos tres meses de ese año, se avecindaron ahí sus primeros colonos.
Ahí, en el sesenta, llegó a vivir mi abuela materna, la inolvidable profesora Marieta Fuentes de Azcona, y mi tío Oscar Armando Azcona Fuentes. Mamáneta enviudó ese mismo año, pero jamás usó ese término, siempre fue de Azcona, orgullosa de mi abuelo, también maestro y abogado, Don Pablo Armando Azcona de la Rosa, alguna vez Diputado Federal, y gerente años después, en la década de los treintas, de la primera estación de radio en Villahermosa, una emisora del gobierno estatal que solamente se escuchaba su frecuencia en Villahermosa.
Ahí también, en esa misma década de los sesentas viví con ellos, mi abuela y tío, una bonita etapa de mi vida, mi niñez, ya casado mi tío e integrada la familia Azcona Priego, con su hogar a pocas casas de distancia del domicilio de mi abuela, disfrutando a la en ese entonces majestuosa laguna De las Ilusiones. Eran también los tiempos del Villahermosa de setenta mil habitantes. Amigos, sí, muchos, de diferentes edades, a lo sumo cinco años mayores o menores, y en mis recuerdos ubico a María Esther, Carlos Arturo, José Osvaldo, Federico y Ana Delhí Calzada Peláez; Violeta y Alonso Vasconcelos Esquivel; Víctor, Jorge, y Argelia de Dios Olán; Carlos, Felipe, y Eladio López Pérez.
Agregamos también en ese listado a Manrique y Amado Guzmán Vera; Víctor, Jesús, Raúl, Mary, y Naty Tosca Gómez; Víctor, Carlos, Adolfo, y Chiquis Castro Bernal; lo mismo que a Carlos Domínguez; María y Adolfo Sanz ; Lupe, Esther, Héctor, Manuel, Carlos, y Pepe Arguello López, Moisés y Naty Villafuerte Ramón; Ruffo y Ovidio Cornelio; Tito, Enrique, Roberto López Huerta; Fernando, Enrique, y María Elena García de la Cruz; Daniel Vasallo Jiménez, Felipe, Magally, Miriam e Ignacio Magaña; José Luis, Jorge y Miguel Ángel Zurita Castillo.
En ese mismo tiempo compartíamos igualmente juegos, pláticas, colegio, fiestas e idas al cine con Luis y Rafael Cabal Cruz; Juan Isidoro Velázquez; Mario y Humberto Rivera; Manuel y Mauricio Manrique Fojaco; los hermanos Guzmán Mayo; Octavio Romero Oropesa; Elías y Orbelín Ruiz Rodríguez; César y Tomás Calderón Valencia; Jorge Guzmán Gallegos. En fin, en este listado faltan muchos nombres, algunos de los mencionados ya han partido en el transcurso de estos cincuenta años, pero lo esencial es que nos seguimos viendo, saludando, conviviendo. Somos parte de una sociedad unida, seguimos siendo amigos, y nos respetamos unos a otros, y en lo tocante al magisterio, este gremio cincuenta años después sigue siendo poderoso. *** Nos leemos luego.
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