AMLO, Manlio y el fair play
› René Alberto López
E-mail: ralopez22@hotmail.com
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Publicado en papiro.com
Para que vea el lector que hasta aquellos políticos considerados más experimentados, arrastran tramos de incongruencia entre su discurso y la realidad.
Los mexicanos estamos cansados de todo tipo de violencia en el país y el deseo de la mayoría en tener un México en paz, en el que haya armonía, amor por el prójimo, y eso comienza con la civilidad.
Bien, ayer estuvieron en Tabasco Manlio Fabio Beltrones Rivera, dirigente nacional del PRI, y Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Bastaron unas horas de ambos personajes en Villahermosa para que se dieran un agarrón verbal. Nos ofrecieron una probadita de lo que se espera en el 2018: ahondar más la división entre mexicanos.
Fue el sonorense el que abrió fuego en una entrevista al emplazar a López Obrador a transparentar los recursos con que se edificaron los segundos pisos cuando fue gobernador del Distrito Federal, (hoy Ciudad de México).
López Obrador ni tardo ni perezoso le respondió, argumentando que desde hace años toda esa información está en internet, y aprovechó para aventarle al priista los calificativos de “mafioso” y “ladrón”,
Desde luego que Beltrones no es ninguna perita en dulce. Pues al abrir el fuego, se lanzó contra López Obrador. Aquí, para muestra, les dejo sólo unas líneas de lo que le dijo el sonorense a AMLO:
“La verdad es que me llama la atención la manera como viene Andrés Manuel López Obrador a su tierra a echarle mentiras a los tabasqueños, esto se puede convertir en un problema siquiátrico, por lo mitómano que resulta”.
Y, aquí parte de lo que les respondió el Tepetiteco en relación a los segundos pisos:
“Le informo, aunque su propósito es otro, de que en el Internet, está toda la información, los contratos, que no esté pensando que somos iguales; él sí es un verdadero ladrón, mafioso, a mí, me pueden llamar peje, pero no soy lagarto”.
Considere el lector desde ahora, la joya de debate que tendremos en el 2018 con los posibles abanderados de Morena y PRI.
Hay que revisar con sumo interés el discurso de estas dos organizaciones. Se desgarran las vestiduras prometiendo erradicar la violencia en México, al mismo tiempo que ellos ponen en la agenda otro tipo de violencia, la verbal, la de la descalificación, y abonan con ellos al divisionismo entre mexicanos.
Quizá habrá un sector de ciudadanos al que le gusta y celebra los debates de “dimes y diretes”, pero hay otro, más amplio, que anhela escuchar propuestas de soluciones para este México que se nos cae a pedazos, en vez de pleitos.
En el deporte, por ejemplo, la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), instrumentó el juego limpio (fair play, en inglés), para tratar de erradicar la violencia en las canchas, mismas que se traslada a las tribunas.
Los directivos del futbol mundial buscan con ello que en los encuentros haya un “comportamiento leal y sincero además de correcto, en especial fraterno hacia el contrincante, respetuoso ante el árbitro y correcto con los asistentes”.
Aun así, no ha sido posible borrar del todo la violencia, pero hay avances notables en varios países.
Para no seguir dejando a las nuevas generaciones de políticos la escuela del revanchismo, el odio, la descalificación, el resentimiento común en los políticos de nuestros tiempos, se debería instrumentar en la legislación electoral el “juego limpio” en política, sobre todo en los procesos electorales.
Porque, es probable que el priista Manlio Fabio Beltrones y Andrés Manuel López Obrador, aparezcan en las boletas en la elección presidencial de 2018, por lo que, obvio, tendrán que hacer proselitismos y, ya sabrá el lector, desde ahora, el tipo de campaña que le espera al pueblo de México, en tiempos de violencia extrema en el país.
Para que vea el lector que hasta aquellos políticos considerados más experimentados, arrastran tramos de incongruencia entre su discurso y la realidad.
Los mexicanos estamos cansados de todo tipo de violencia en el país y el deseo de la mayoría en tener un México en paz, en el que haya armonía, amor por el prójimo, y eso comienza con la civilidad.
Bien, ayer estuvieron en Tabasco Manlio Fabio Beltrones Rivera, dirigente nacional del PRI, y Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Bastaron unas horas de ambos personajes en Villahermosa para que se dieran un agarrón verbal. Nos ofrecieron una probadita de lo que se espera en el 2018: ahondar más la división entre mexicanos.
Fue el sonorense el que abrió fuego en una entrevista al emplazar a López Obrador a transparentar los recursos con que se edificaron los segundos pisos cuando fue gobernador del Distrito Federal, (hoy Ciudad de México).
López Obrador ni tardo ni perezoso le respondió, argumentando que desde hace años toda esa información está en internet, y aprovechó para aventarle al priista los calificativos de “mafioso” y “ladrón”,
Desde luego que Beltrones no es ninguna perita en dulce. Pues al abrir el fuego, se lanzó contra López Obrador. Aquí, para muestra, les dejo sólo unas líneas de lo que le dijo el sonorense a AMLO:
“La verdad es que me llama la atención la manera como viene Andrés Manuel López Obrador a su tierra a echarle mentiras a los tabasqueños, esto se puede convertir en un problema siquiátrico, por lo mitómano que resulta”.
Y, aquí parte de lo que les respondió el Tepetiteco en relación a los segundos pisos:
“Le informo, aunque su propósito es otro, de que en el Internet, está toda la información, los contratos, que no esté pensando que somos iguales; él sí es un verdadero ladrón, mafioso, a mí, me pueden llamar peje, pero no soy lagarto”.
Considere el lector desde ahora, la joya de debate que tendremos en el 2018 con los posibles abanderados de Morena y PRI.
Hay que revisar con sumo interés el discurso de estas dos organizaciones. Se desgarran las vestiduras prometiendo erradicar la violencia en México, al mismo tiempo que ellos ponen en la agenda otro tipo de violencia, la verbal, la de la descalificación, y abonan con ellos al divisionismo entre mexicanos.
Quizá habrá un sector de ciudadanos al que le gusta y celebra los debates de “dimes y diretes”, pero hay otro, más amplio, que anhela escuchar propuestas de soluciones para este México que se nos cae a pedazos, en vez de pleitos.
En el deporte, por ejemplo, la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), instrumentó el juego limpio (fair play, en inglés), para tratar de erradicar la violencia en las canchas, mismas que se traslada a las tribunas.
Los directivos del futbol mundial buscan con ello que en los encuentros haya un “comportamiento leal y sincero además de correcto, en especial fraterno hacia el contrincante, respetuoso ante el árbitro y correcto con los asistentes”.
Aun así, no ha sido posible borrar del todo la violencia, pero hay avances notables en varios países.
Para no seguir dejando a las nuevas generaciones de políticos la escuela del revanchismo, el odio, la descalificación, el resentimiento común en los políticos de nuestros tiempos, se debería instrumentar en la legislación electoral el “juego limpio” en política, sobre todo en los procesos electorales.
Porque, es probable que el priista Manlio Fabio Beltrones y Andrés Manuel López Obrador, aparezcan en las boletas en la elección presidencial de 2018, por lo que, obvio, tendrán que hacer proselitismos y, ya sabrá el lector, desde ahora, el tipo de campaña que le espera al pueblo de México, en tiempos de violencia extrema en el país.
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