Claman por desaparecidos; marchan miles en México y otros países
Cuauhtémoc Cárdenas fue agredido durante la manifestación; investigan a la esposa del alcalde de Iguala, consejera del PRD
09/10/2014 06:32 Claudia Solera y Juan Pablo Reyes / Fotos: Alejandro Sosa / Publicado en el Diario Excélsior
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de octubre.- Miles de personas en la Ciudad de México, así como en al menos 25 estados del país, y en ciudades del mundo como Londres, Berlín y Madrid se manifestaron contra el ataque y desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, los pasados 26 y 27 de septiembre.
“Somos estudiantes, no somos el enemigo”, dijo ante la multitud Pedro David García López, uno de los jóvenes de la normal rural que logró escapar de la detención masiva hecha por policías municipales.
Marcharon en el DF 15 mil personas, de acuerdo con cifras oficiales, aunque los organizadores aseguran que participaron 30 mil.
“Lo que nos ha mantenido fuertes es el coraje y la impotencia y así nos vamos a mantener hasta que aparezcan nuestros hijos”, dijo Tanis Mendoza, padre de Miguel Ángel Mendoza, mientras caminaba hacia el Zócalo.
Las manifestaciones transcurrieron en paz y sólo hubo hechos aislados de vandalismo. El más notorio fue la agresión al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, a quien le aventaron botellas de plástico y otros objetos que hirieron al politólogo Adolfo Gilly, quien lo acompañaba.
Antes, en entrevista con Adela Micha, para Grupo Imagen Multimedia, Marcos, uno de los normalistas que sobrevivió a la agresión y secuestro en Iguala, detalló cómo policías municipales los interceptaron y los balearon sin mediar palabra.
Por otra parte, la PGR anunció que investiga a María de los Ángeles Pineda Villa —prófuga al igual que su marido, el alcalde de Iguala— recién nombrada consejera estatal del PRD.
Miles claman por normalistas
Las familias de 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos exigieron a las autoridades que les regresen con vida a sus hijos.
Las familias de 43 normalistas de Ayotzinapa desparecidos en Iguala, Guerrero, llegaron a la Ciudad de México para exigir a las autoridades que les regresen con vida a sus hijos y durante las más de tres horas de protesta, junto a ellos siempre se escuchó el eco de unas 15 mil personas que los respaldaron bajo el grito: “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Padres, madres, hermanos, tíos y primos de los jóvenes desaparecidos encabezaron la marcha “Ayotzinapa, compartimos el dolor”, que corrió del monumento del Ángel de la Independencia hasta un templete en el Zócalo capitalino, instalado justo enfrente de la Suprema Corte de Justicia y del Palacio Nacional.
Han pasado 12 días desde que las familias de los estudiantes están en vela, malcomiendo y corriendo de una instancia a otra para buscar cualquier indicio que les permita volver a estar con los suyos. El cansancio y la tristeza es notorio, sus rostros están demacrados, sus cabezas inclinadas y sus hombros caídos.
Pero ni el agotamiento, distancia o falta de recursos han logrado frenar la lucha que los familiares emprendieron para encontrar vivos a sus jóvenes.
“Lo que nos ha mantenido fuertes son el coraje y la impotencia y así nos vamos a mantener hasta que aparezcan nuestros hijos”, dijo Tanis Mendoza, padre de Miguel Ángel Mendoza Zacarías, mientras caminaba hacia el Zócalo.
Don Tanis marchó con una cartulina en el pecho mostrando la fotografía de su hijo desaparecido con la siguiente leyenda escrita a plumón: “Ayúdanos a encontrarlo, lo queremos vivo”.
Desde que se enteró, a través de las noticias, de que su hijo de reciente ingreso a la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” estaba entre los estudiantes desaparecidos, abandonó las siembras de maíz y frijol en la montaña de Guerrero y viajó de inmediato hasta la escuela de Miguel Ángel.
Las aulas en las que don Tanis anhelaba que su hijo “se convirtiera en alguien en la vida” y pudiera alcanzar lo que él no logró por la pobreza: brincar del campo al estudio; son las mismas en las que ha pasado las últimas noches desde que la policía municipal de Iguala secuestró a su hijo.
“Dormimos en las aulas, donde podemos ahí nos tiramos en una colchoneta”, comentó.
Y fue precisamente en esos mismos salones de clases en Ayotzinapa, desde donde ayer miércoles, decenas de familiares iniciaron una kilométrica marcha para exigir justicia, así como la intervención de las autoridades competentes en la búsqueda de los 43 normalistas.
Tal como recibieron un cálido respaldo de los capiltalinos al atravesar Paseo de la Reforma, quienes les gritaban: “estamos con ustedes”, de vez en vez, también entre tantos tragos amargos, pasaron uno dulce, que provenía del jugo de una naranja que les regalaron en la marcha para mitigar la sed.
Como algunos de los requisitos para estar entre los cien seleccionados para matricularse cada año en la Normal de Ayotzinapa son: tener bajos ingresos económicos y una herencia campesina, la historia de marginación de don Tanis es la misma que padecen los otros padres de los desaparecidos.
Hilda es madre de José Antonio Tizapa Legideño, otro de los 43 estudiantes sin hallar, quien confesó que si su hijo ingresó este ciclo escolar a la Normal fue porque no había de otra ante la falta de recursos, pues el verdadero sueño del joven es convertirse en un sicólogo.
“Pero como es más caro, decidió entrar a la normal”, explicó Hilda.
Así entre historias de pobreza, injusticia y violencia transcurrió la multitudinaria marcha hasta llegar a su objetivo: el mitin del Zócalo.
Los principales discursos estuvieron encabezados por dos víctimas de la violencia ocurrida la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre en Iguala; tres familiares de los secuestrados y como representantes de organizaciones civiles: el actor Daniel Giménez Cacho y el cantante Rubén Barragán de Café Tacvba.
“Ni siquiera la federación ha sido capaz de encontrar a nuestros 43 compañeros. Sí, quizás porque somos pobres, porque son 43 hijos del campesinado”, reprochó el normalista Pedro David García López.
Mientras que Giménez Cacho y Barragán leyeron un pliego petitorio de cinco puntos, donde el número uno es: “la presentación inmediata y con vida de cada uno de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa víctimas de desaparición forzada”.
Y hasta el final de la protesta continuó el triste lamento de los padres por la ausencia de sus hijos, como el del señor Melitón Ortega.
“Tenemos la desesperación de que nuestros hijos están desaparecidos, de que nuestros hijos están asesinados y de que nuestros hijos están heridos de gravedad. Estamos muy dolidos.”
“No somos el enemigo”
Al tomar el micrófono, con su tono cantadito, observando a todos como si tratara de relatar un cuento por enésima vez, Pedro David García López expuso lo sucedido la noche del 26 de septiembre en Iguala y donde justificó que simplemente eran estudiantes que luchan por educación: “Somos estudiantes y somos parte de la sociedad, no somos el enemigo…”
Este es uno de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa que logró escapar de la detención masiva que hicieron policías municipales esa noche de 43 jóvenes mientras que tres fueron asesinados, por lo que ayer padres y alumnos de ese plantel viajaron 293 kilómetros a la Ciudad de México para exigir su regreso con vida.
Eran un grupo que no superaba el ciento, pero fueron vanguardia en la caminata en la que a través de un megáfono repetían los nombres de los normalistas asesinados: Daniel Solís Gallardo, Yosivani Guerrero y Julio César Mondragón.
“Lo único que pedimos es al gobierno que regrese a nuestros hijos con vida queremos a los 43 alumnos de la Normal Rural que desaparecieron el día 26 de manera forzada y que nos los regresen con vida, no es un pliego petitorio, nos es nada imposible”, dijo nervioso Jacobo, padre de José Eduardo Bartolo, uno de los desaparecidos.
Todos salieron del Ángel de la Independencia hacia el Zócalo. En el arranque autoridades del GDF contabilizaron 7 mil manifestantes, al concluir después de las 19:30 horas, el saldo oficial fue de 15 mil personas, los organizadores dijeron que fueron 30 mil en el acompañamiento a este acto de abuso de autoridad.
“¡Ayotzin… Ayotzin… ”
En los primeros pasos de la marcha se escuchó la consigna: “¡Ayotzin, Ayotzin, Ayotzin… Somos todos”, se coreaba.
A su paso las miradas de asombro e indignación también los acompañaban y la solidaridad escrita a través de pancartas se veía en las banquetas. Madres miraban a otras madres llorar por sus hijos que no llegaron a su casa.
“Posiblemente si hagan algo, porque ahora hasta en el extranjero están protestando, es una infamia, es algo de locura”, comentó Margarita.
Maestros
Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) encabezaron esta protesta que inició en la glorieta de la columna del Ángel de la Independencia. Seguidos por normalistas de Guerrero y familiares de los desaparecidos, y se sumaron a esta marcha simpatizantes del Frente Popular Francisco Villa Independiente, así como grupos de anarquistas.
Varios de los inconformes portaban en el pecho y la espalda fotografías de algunos de los 43 desaparecidos.
Como siempre, en este tipo de movilizaciones, hay otro contingente que acompaña a los manifestantes, y estos son los vendedores de frutas, aguas de sabores, los raspados de hielo, libros y revistas con temas comunistas, así como discos compactos piratas.
Al paso del contingente colapsaron la vialidad en las colonias: Polanco, Anzures, Cuauhtémoc, Juárez, Doctores y Centro.
Elementos de la Secretaria de Seguridad Pública, adscritos a Tránsito, desviaron la circulación por vías alternas y cortaron la circulación a calles y avenidas que confluyen a Paseo de la Reforma, Juárez y Eje Central.
Miles de automovilistas se vieron afectados en sus trayectos debido al paso de los manifestantes.
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