(Publicado en Telerreportaje)
RUMORES Y VERDADES
A nivel internacional, quedó demostrada la injerencia que las redes sociales tienen en la estabilidad de los gobiernos. El descontento que los ciudadanos mantenían en varios países de medio oriente, comenzó en las redes y fue creciendo como bola de nieve, hasta resultar con el derrocamiento de varios gobernantes, que acumulaban dos y hasta cuatro décadas en el poder.
En años recientes, decía el entonces gobernador Manuel Andrade, que en Tabasco, en la mañana te inventaban un rumor y por la tarde te lo comprobaban. Cierto o no, mucha de la comunicación cotidiana y colectiva expresada en los mercados, calles, desayunaderos, cafeterías, eventos sociales, políticos y hasta en los medios de comunicación; tiene su origen en un rumor.
Por eso ha surgido la cultura de la rumorología y los especialistas de la materia, conocidos como “rumorologos” frecuentemente hacen de las suyas. Es obvio que esta situación, ya concebida como natural en la vida tabasqueña, tiene consecuencias de alto impacto en el devenir social del estado.
Sin embargo, hay ocasiones en que la comunicación difundida, tiene origen en una verdad; entonces y considerando que esa verdad, pueda afectar la imagen de algún funcionario o gobernante, represente un riesgo para alguna institución, afecte la paz o influya en el comportamiento social; surge la necesidad de salvaguardar los intereses “de todos”, y contrarestar por todos los medios posibles.
En días recientes en las redes sociales, han circulado versiones relacionadas con hechos políticos y delictivos, ocurridos tanto en Villahermosa como en algunos municipios. Tal ha sido el impacto, que las autoridades mantienen una amplia campaña de radio televisión y prensa, en contra de la difusión de los rumores.
Aunque es sano desalentar los rumores, cuyo origen es la mentira, la venganza, la suposición de algo y que por supuesto causa daño y confusión en la sociedad; también es cierto que mucho de lo que se dice, tiene que ver con la situación de pobreza, corrupción e impunidad en la que la que se mantiene Tabasco. La desesperanza social, es una realidad que no se puede acallar con una campaña.
Las verdades y los rumores habrán de seguir en las redes sociales y si el cambio de gobierno comienza a surgir desde allí, como reflejo de lo que se vive en el estado; las redes seguirán siendo los canales de libre expresión, apartados del control gubernamental. Ni las redes sociales, ni los rumores pueden ser considerados como causas o como consecuencias; la revuelta de los pueblos encuentran justificación en los vicios de su gobierno.
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