Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Jun 22

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

De casta le viene al galgo

Los milagros se dan todos los días. Es quizá porque Tabasco es tierra fértil y todo en él florece. A contracorriente de los desatinos de sus hombres de política; de los sindicatos magisteriales que hacen todo lo posible porque Tabasco se convierta en un erial plagado de rezagos, nuestros niños y jóvenes se superan diariamente en las ciencias y las artes. Curiosa realidad. Hace un tiempo conocí en Emiliano Zapata --en esos interminables periplos que hago por todo el estado-- a un hombre muy optimista de Tenosique, Salomón Romero, quien me hablaba maravillas de su hijo Ramón Ernesto. Orgulloso se llenaba la boca diciendo que un día, éste --de escasos 12 años-- iba a hacer cosas grandes. Obviamente, este periodista sonrió para sus adentros y se dijo: "ningún padre va a reconocer que tiene un hijo incapaz", en referencia a que puede uno extralimitarse exagerando los tamaños de un hijo. Sin embargo, Salomón Romero tenía mucha razón. Su hijo, alumno del sexto año "B" en la escuela "Benito Juárez García", en Tenosique, obtuvo primer lugar en conocimientos. Luego de este logro, Ramón Ernesto se fue al clásico concurso de zona, donde barrió con la competencia; enseguida fue el mejor de su sector (regional) y finalmente su calidad lo llevó con otros 73 niños al concurso "Olimpiadas del Conocimiento 2011" en Villahermosa. Ahí logró uno de los 23 lugares para ir a México a saludar al Presidente de la República. Para estos 23 jovencitos es un honor estar a esta altura. Quiere decir que no todo está perdido en Tabasco a pesar de que sus hombres de política andan en el limbo de la imbecilidad. Lo anterior llena a este columnista de orgullo ajeno porque hace 32 años, igualmente, su tío, Ramón Romero y Salomón, su padre, hace 30 años, obtuvieron el mismo premio y fueron a saludar a Los Pinos al presidente López Portillo. De casta le viene al galgo. Es grato que en un rincón tan apartado de la patria, la sabiduría de un pueblo no se haya agotado. Recuerdo en este momento a hombres insignes como don José María Pino Suárez y a maestros tan brillantes como don Uldárico Canto Pino y don Atahualpa Pedrero Damián. Más aún, quiero rendirles desde este humilde espacio un homenaje público. Quiero hablar a boca abierta de don Atahualpa, que hoy, en su lecho de dolor sigue dando una encarnizada pelea por la vida. De su genética tuve la suerte de tener cerca a sus hijos Isidoro, Angelita y Raquel Pedrero Totosaus, mis entrañables amigos. Qué Dios conserve sano y lúcido a don Atahualpa porque junto a otros estupendos profesores enseñaron y proyectaron en Tenosique una vasta red de hombres de conocimiento. Por eso hoy que proso estas líneas en honor del educando Ramón Ernesto Romero Valenzuela, de escasos 12 años, los recuerdo a todos. ¡Que siga Tenosique produciendo hombres de este calibre!..