(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
¿Qué ganamos con la homologación?
La homologación electoral, por lo que se deja ver, va: nada la detendrá. Seguramente es este mismo mes, o apenas empezado julio, la Comisión Permanente de la LX legislatura de la Cámara de Diputados convocará a periodo extraordinario de sesiones, bajará al pleno el dictamen correspondiente y éste será aprobado por la mayoría priísta. Así que lo mejor es que los tabasqueños nos preparemos, desde ahora, a participar en un proceso electoral gubernamental que se adelantará tres meses y cuya elección constitucional se celebrará en julio del 2012 y no en octubre de ese mismo año. Las cosas están dadas ya para que así sea, al margen de que nuestro estado no está obligado constitucionalmente a mover la fecha en la que los ciudadanos tabasqueños elegirán ejecutivo estatal. Conveniencias de quién sabe qué tipo, de cálculos político-electorales, vaya uno a saber, harán posible que la fecha de la elección de gobernador se corra del segundo domingo de octubre al primer domingo de julio, o ¿acaso hay en ello una preocupación democrática o realmente un interés de que el gasto electoral se reduzca, de que los ciudadanos vean estimulado su ánimo de acudir a las urnas, de que esos comicios mejoren en calidad en relación con los anteriores, de los que los tabasqueños o nuestras autoridades electorales podríamos ufanarnos? ¿La homologación es para dar ventaja al candidato de un partido y para poner en desventaja al de otro partido?, ¿es para colgarse de un "efecto" y así hacer posible un triunfo que de otra manera pudiera dificultarse en la entidad?. ¿Para qué?. ¿Se trata acaso de "acortar" el periodo al gobernador en turno y de "alargar" el mandato de quien durante casi seis meses tendrá calidad de electo, y por ende se convertirá en la primera figura política del estado?. ¿Hay detrás un intento de golpe técnico para restar poder a quien todavía está al frente del ejecutivo local y convertirlo virtualmente en figura ornamental?. ¿De qué se trata, pues?. ¿Qué pretende esta homologación, a la que por más que se le busque no se le encuentra razón legítima de ser?. ¿Es una estrategia meramente electoral --que puede funcionar o no a sus promotores-- es un intento golpista al gobernador en funciones, qué es y hacia dónde quiere ir?. Lo menos que habría que decir de ella es que no se justifica; que no tiene razón de ser. Ello amén de que quién sabe cuánta confusión ocasionará entre el electorado y cuántas dificultades implicará para los organizadores del proceso comicial. La única ventaja que podría encontrársele es que, por celebrarse la elección de gobernador el mismo día que la de Presidente de la República, tendrá los ojos de medio México encima y por lo tanto será muy "vigilada".
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