TABASCO POLÍTICO
José Luis Gutiérrez Gutiérrez
LITERALMENTE, IMPARABLE
Y la inseguridad pública a todo lo que da, imparable.
No tiene para cuando acabar.
Si bien es cierto, que los secuestros han disminuido en los últimos meses, las ejecuciones, asaltos y robos de vehículos están a la orden del día. No paran, no terminan, no cesan.
Sigue estando incontrolable en casi todas sus vertientes. Los delitos de orden federal y común están aumentando, y de manera preocupante, alarmante.
La población ya no sabe ni a quién encomendarse.
La delincuencia está haciendo estragos en todos los sectores. Nadie está a salvo.
Se respira el miedo por todos lados y a todas horas.
Ya no está uno seguro en ningún lugar. ¡Vaya!, ni en su casa puede uno descansar a piernas sueltas, pues hay que estar “con un ojo al gato y otro al garabato”. Y fuera de ella, mucho menos.
Los malhechores no respetan nada, ya les perdieron el miedo a las autoridades y más a las locales.
Lo peor es que no se ve que esta terrible, patética y dañina -en todos los sentidos- situación vaya radicalmente a cambiar en el corto y mediano plazo.
Ojalá y el titular de la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SPC), Jorge Alberto Aguirre Carbajal, entregue resultados rápidos, ya que a diferencia de los demás integrantes del gabinete “adancista”, lleva en el cargo más de dos años.
Anteriormente fungió como director de la Policía de Investigación de la Fiscalía del Estado.
Conoce la problemática como muy pocos. Está empapado de lo que ocurre en la entidad en materia delincuencial. Excusa no tiene.
Si la inseguridad pública continúa disparándose como hasta ahora, las inversiones internacional, nacional y estatal no van a venir a la entidad como creemos. Seguirán llevándose el capital a lugares más seguros como Mérida, Yucatán.
No van a arriesgar su dinero.
Van a invertir en donde haya mayor seguridad, garantías y respeto pleno al Estado de Derecho.
Jorge Alberto Aguirre Carbajal necesita aplicarse a fondo para contrarrestar la ola delincuencial que nos azota desde hace años, y que con el corrupto de Arturo Núñez Jiménezse disparó exponencialmente.
Se convirtió en un flagelo más grave que el pasado y actual desempleo. Equiparable con la galopante corrupción -nunca vista a nivel local- que se dio en su infame y catastrófico sexenio.
Si Enrique Priego Oropeza y Jaime Humberto Lastra Bastar tienen unas papas calientes en sus manos con los ex funcionarios que “asaltaron la hacienda estatal”, Jorge Alberto Aguirre Carbajal tiene una tea encendida que quema.
Si no hay respuestas inmediatas para apagarlo, el fuego amenaza con consumirlo.
Si de algo está la gente hasta la madre, es precisamente de la delincuencia organizada o no.
Por eso urgen soluciones veloces, contundentes y rotundas que reduzcan considerablemente los altos índices delictivos que venimos arrastrando desde hace años.
Los tabasqueños, y avecindados aquí, se lo vamos a agradecer y a reconocer de por vida.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Mientras más se profundiza en el saqueo cometido a las arcas locales, mayor es el asombro y el enojo del gobernador Adán Augusto López Hernández y de su equipo financiero.
A ello se debe fundamentalmente el cambio de tono y contenido en el discurso del mandatario.
Después de esto, no me queda ninguna duda, de que vamos a ver tras las rejas a Amet Ramos Troconis, Juan Antonio Filigrana Castro, Rommel Cerna Leeder, David Gustavo Rodríguez Rosario, Agustín Silva Vidal…y en una de esas al propio Arturo Núñez Jiménezen compañía de su esposa Martha Lilia López Aguilera.
Después de todo, los ciudadanos eligieron a Núñez Jiménez, no a su cónyuge ni a nadie de sus colaboradores. Muy su…
Por ende, es el responsable directo, por lo que se hizo o dejo de hacer con los más de 300 mil millones de pesos de presupuesto que tuvo en sus seis años de desgobierno.
Y es que el hoyo financiero se está convirtiendo en un socavón más grande que el de Cuernavaca, Morelos.
Se los va a llevar su…
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