miércoles, 22 de junio de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Jun 22

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

El honor del Ejército

Pobre Juan Armando Gordillo… pese
a que diga que no hay ingobernabilidad,
ya se prepara el golpe mortal en su contra
para que se vaya descansar a su casa,
ya que además, a consecuencia de la edad,
ya se le va el avión, y así es imposible gobernar.
Jacinto López Cruz 210611 / Ojo visor

Enfermo, con los achaques seniles de una vida desorganizada, arraigado por su propia voluntad en su rancho —desde donde se sigue engañando que gobierna—, maculado en el honor familiar por sus hijos, que han ofendido a su pueblo, y enfrentado a la mayoría de los regidores del Ayuntamiento, el todavía alcalde de Cunduacán, Juan Armando Gordillo de Dios, ya no espera mucho.

Teme al pueblo, teme a los integrantes del Ayuntamiento, a “su” partido —el PRD—, a las autoridades, a sus propios hijos —principalmente a Ulises Gordillo Presenda por sus presuntas vinculaciones con la delincuencia organizada— y a su enfermedad, agravada por los hechos delictuosos en que este hijo se ha visto involucrado.

Sin embargo ni los regidores de ese Ayuntamiento, ni el Congreso de Tabasco han asumido alguna decisión que ponga orden, aunque como se piensa ya está listo el golpe final para que se vaya a su casita, a cuidar su salud.

La denuncia contra Ulises fue el golpe mortal que exhibió públicamente al edil. Aunque ya se sabía en el municipio, y en el propio gobierno tabasqueño, Juan Armando Gordillo no gobernaba en Cunduacán. Había actuado como un reyecito que dejaba hacer y deshacer en la administración municipal a su hijo, y en el DIF a su hija Diana Gordillo Presenda, quienes los hicieron a un lado como trastos viejos según certera definición de un colega periodista.

Sin importar el daño colateral que está causando al PRD —y en especial al viable candidato a la gubernatura por ese partido, Arturo Núñez Jiménez—, en vez de dar la cara e intentar un cambio en la comuna, a pesar de sus propios achaques, el alcalde ha intentado salvar a su hijo.

Versiones, no desmentidas oficialmente, en el sentido de que no fueron autoridades federales y estatales las que detuvieron a Ulises han sido llevadas a los propios medios, en ofensa a la inteligencia de los tabasqueños y en contra del propio honor del Ejército nacional que se dijo intervino para detener in fraganti a un delincuente cuando cobraba una extorsión, dejar herido a otro —que después fue rematado—, aprehender en el rancho del edil a su hijo Ulises y entregarlo a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).

Se ha publicado que ni el Ejército, ni policía federal, ni la SIEDO intervinieron esa noche del viernes 10 de junio y la madrugada del sábado 11, y dicen que Ulises fue abandonado la noche del domingo en el propio municipio, aunque con huellas de golpes y torturas.

Se trata de hacer pensar que en vez de ser detenido, fue levantado por el crimen organizado que opera en esa región, lo que en vez de ayudar perjudica a Ulises y su padre el alcalde.

Las filtraciones a la prensa de Tabasco —eso fueron las versiones pues nunca se dijo fuentes informativas— fijan, empero, otra versión. En esta columna dijimos a raíz de esos acontecimientos:

“Los hechos visibles son: la madrugada del martes 7 de junio, desconocidos incendian vehículos automotrices de un contratista, por no pagar completa una extorsión del crimen organizado. El viernes 10, por la noche, Ejército y autoridades de Tabasco entrampan a los cobradores de la extorsión. Hieren a un delincuente Otro es detenido y denuncia a Ulises Gordillo Presenda, hijo del alcalde, como jefe de la banda. A pocas horas lo aprehenden y es llevado al DF por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).

“El presidente municipal, Juan Armando Gordillo de Dios y su guardaespaldas Edén Velázquez Aguirre, presuntamente ligados también al cartel, no fueron detenidos por hallarse fuera de Tabasco”.

Como una espléndida caricatura que apareció contra el presidente Felipe Calderón, es tiempo de expresar:

 “Hayga Siedo, como hayga Siedo” nadie va a creer que no fueron las autoridades federales y estatales encargadas de la persecución de la delincuencia organizada las que intervinieron en esa aprehensión. Aunque si lo saltaron, y torturaron, quedan muy mal esas autoridades.

Además, está bien, podemos ser ilusos y creer que el operativo que detuvo e hirió a un delincuente, después cateó casas de funcionarios policíacos y el rancho del alcalde Juan Armando, detuvo a su hijo Ulises, ¡no era de la autoridad! Vamos, podemos ser engañados y tomar como0 víctima al pobre Ulises y a su padre. Pero ¿Por qué el Ejército se apoderó después, el domingo 12, del banco de armas del Ayuntamiento y arraigo prácticamente a la policía, que salió a trabajar sin armas?

¿Acaso, después de “un levantón” o secuestro actuó nuestro Ejército en apoyo de la delincuencia organizada? Respuestas faltan.

LADO CLARO

El Ejército y otras autoridades federales tienen que dejar en claro qué fue lo que sucedió con la detención y posterior liberación del hijo del alcalde de Cunduacán. Y qué es lo que pasa en ese caso, donde no están saliendo limpios.

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