miércoles, 15 de junio de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Jun 15

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

Lo de Hank y lo de Gordillo

Realmente los hechos delictuosos
de Cunduacán tienen trasfondo. Más
atrás de lo que se ve pueden surgir
nuevas revelaciones que exhiban en
toda su magnitud la descomposición,
la pudrición, como dijo ayer Diario de
la Tarde, que hay entre las autoridades
de ese municipio. Erwin Macario /
Transparencia Política 149611

En Cunduacán, los delgados límites que existen entre el delito de cuello blanco y la delincuencia organizada están confusos. Y la impunidad también aparece como un signo de los tiempos de inseguridad que vive el país.

Como el caso de Jorge Hank Rhon —cuya riqueza es explicable como heredero de un beneficiario de los negocios en la política, Carlos Hank González— acá en Tabasco también ya fue dejado en libertad el hijo del alcalde Juan Armando Gordillo de Dios.

Ahora resulta que a pesar de que intervino el Ejército, las autoridades federales intentan deslindarse del asunto. Parece que consiguieron el objetivo y Ulises Gordillo Presenda le puso el dedo a peces grandes de la delincuencia, lo que podría confirmar lo que era un rumor en aquella ciudad y que en este espacio se dijo: “realmente los hechos delictuosos de Cunduacán tienen trasfondo”.

En verdad no pueden ocultar todo: hubo un operativo de militares y autoridades locales. Se capturó a un delincuente cuando pretendía cobrar una extorsión. Otro huyo herido y fue rematado a las pocas horas. Se catearon casas de jefes policíacos y la del alcalde Juan Armando Gordillo. Se detuvo a su hijo y al subdirector de la Policía Municipal. Se dijo que se lo llevó la SIEDO.

En el caso de Hank Rhon se presume persecución política contra el PRI, pues la familia es un ícono de ese partido, con todo y que sea el símbolo de la riqueza a la sombra del poder: un pobre vendedor de leche elevado entre los grandes millonarios y los más representativos políticos nacionales. Autor de la cínica frase: “político pobre, pobre político”.

En Cunduacán, si bien se trata de un caso meramente delictuoso, la forma en que están actuando las autoridades deja crecer el rumor de que se aprovecha para intentar menoscabar la fuerza política que el senador perredista Arturo Núñez Jiménez tiene actualmente y que, de acuerdo con reciente encuesta realizada en mayo por Mitofsky, lo coloca en el primer lugar entre los aspirantes del PRD. Lo que puede analizarse en otras entregas.

Claro que hay una gran diferencia entre lo de Cunduacán y lo de Tijuana. Acá se pretende ligar por la amistad al senador con los presuntos delincuentes, o el presunto extorsionador hijo del alcalde. Allá se dice que la aprehensión del hijo de Carlos Hank obedeció a la traición de la amistad que hizo un ex gobernador que para salvar su pellejo sirvió de “sapo” político contra el profesor y su familia, revelando datos que han dado pie a la persecución de los Hank y la exhibición del PRI.

Mucha diferencia. En Tabasco nadie ignora que Núñez Jiménez no niega la amistad que ha tenido con políticos en el pasado. Cuando Juan Armando fue presidente municipal por primera vez, ambos estaban en el PRI. Ahora, en el PRD, se le acusa de ser asesor del alcalde e, incluso, de aconsejarle a no presentar una renuncia que, ni siquiera es necesaria pues el Cabildo puede desconocerlo o intervenir el Congreso y hacerlo si, como se ve, se dan las circunstancias para desaparecer los poderes municipales e instaurar un Concejo Municipal.

Gran diferencia, de ser cierto lo que ya ha trascendido en la prensa nacional, pues se acusa que el ex gobernador que traicionó a su maestro y protector era el primero de los que el gobierno federal tenía en la lista para exhibir la podredumbre, y cambió su zalea con la de esa familia. Lo que por cierto se ve no le resultó al gobierno panista, que puede volver a enfocar sus baterías contra él. Esto puede dar para más.

En Tabasco, pese a los rumores, no se trata de lo mismo. Acá los hechos delictuosos, la extorsión y otros hechos de carácter penal, caen en el ámbito de la justicia. No hay ninguna persecución política contra nadie y si bien se lastima a Núñez Jiménez y al PRD, por la extracción perredista del alcalde, todo indica que con aplicar la ley penal y poner orden en el Ayuntamiento de Cunduacán, las cosas no pasarán a más.

Claro que la forma en que están actuando las autoridades federales deja lugar al “sospechosismo”. Al dejarse en libertad al hijo del presidente municipal se podría estar dando carpetazo al asunto penal. Más en el Cabildo el asunto es distinto y se dice que de un momento a otro podría presentarse la renuncia de Juan Armando Gordillo de Dios, demasiado viejo para soportar la pesada carga en la que lo han metido sus hijos, si acaso él mismo no tiene que ver en esos hechos delictuosos.

LADO CLARO

La confusión en el caso Cunduacán está dando lugar a interpretaciones políticas que nada abonan a la tranquilidad y al orden en aquel municipio. Se debe aplicar la ley para evitar malos entendidos.

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