(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)
Stan y Salazar
El circo romano a la mexicana se estremece. El público ruge. En la arena se ofrecen cabezas y corre sangre. Primero fue la de Jorge Hank. Siguió la de Pablo Salazar, quien gobernó a Chiapas como resultado de una de las primeras alianzas electorales PRD-PAN-PVEM en 2000. Ayer Gabino Cué, mandatario oaxaqueño, prometió la de Ulises Ruiz, el ex operador político del madracismo cuyos "buenos oficios" conocimos en Tabasco.
Dijo Cué que las auditorías en curso sobre el régimen de Ruiz arrojan hasta el momento daño patrimonial por cerca de dos mil millones de pesos. Rechazó que exista alguna intencionalidad política. Afirma que no utilizará la justicia con fines facciosos o electorales.
Así, la opinión pública no terminaba de escudriñar en el fondo de la olla en lo que respecta al reo más famoso de la semana, Jorge Hank, cuando se informa de la captura de Salazar y de que éste último se queja de una venganza política, al tiempo que se declara en ayuno por tiempo indefinido, dispuesto a morir, según dice.
El procurador General de Justicia de Chiapas, Raciel López Salazar, precisó que se cuenta con elementos para reclamar la aplicación de hasta 20 años de prisión en contra del ex gobernador, por los delitos de ejercicio indebido del servicio público y asociación delictuosa.
En Tabasco provocó cierta sorpresa la detención de Salazar. Sin embargo, en el vecino estado se trataba de una exigencia largamente postergada: era un pasivo que no podía dejar la actual administración estatal.
Claroscuros
El 5 de octubre del 2005 el huracán Stan azotó a Chiapas. Faltaban ocho meses para que hubiese elecciones para renovar gobernador. Salazar tuvo bajo su responsabilidad el manejo de once mil millones de pesos. Se le acusa de haberse robado buena parte de ese dinero.
El ex gobernador supo desde hace cinco años que era investigado por ese saqueo. Todavía a finales de junio se quejó, en un programa de radio difundido desde la ciudad de México, que era "víctima" de acoso. Sentía pasos en la azotea. Por eso se encaminó hasta Cancún, con la idea de levantar el vuelo. Allá lo detuvieron, al anochecer del martes, agentes ministeriales chiapanecos.
Compartimos con los lectores el extracto de un recuento elaborado por el periodista chiapaneco José Luis Castillejos, quien de paso nos recuerda que en política no hay casualidades y las afrentas se pagan de inmediato:
Pablo Salazar profesa la religión evangélica de la Iglesia del Nazareno del cual es miembro laico y no pastor como mucho se ha dicho. Es hijo de maestros rurales ya retirados. A los 28 años de edad, en 1982, contrae matrimonio con Martha López Camacho, maestra normalista originaria del municipio de Jitotol, con quien actualmente tiene 3 hijos. Durante casi 20 años se ha dedicado a litigar y a la docencia al nivel medio y superior.
En 1978, a los 24 años, fue subprocurador General de Justicia, desde donde impulsó un programa de liberación de presos indígenas. Cinco años después, en 1983, ocupó el cargo de director jurídico de la Secretaría de Educación y Cultura del Estado y estableció el sistema para aplicar exámenes de oposición para la asignación de plazas de maestros normalistas.
En 1993 fue designado vocal ejecutivo del Instituto Federal Electoral al que posteriormente renunció por no aceptar que en la estructura del IFE se incorporaran como asesores a conocidos defraudadores electorales.
De enero a mayo de 1994 fue secretario general de Gobierno del estado a lado del gobernador interino y priista Javier López Moreno. Eran los primeros meses de conflicto armado en Chiapas.
A los 40 años de edad es elegido senador de la República por el PRI y en 1995 fue miembro fundador de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA) compuesta por legisladores del Congreso de la Unión, como órgano de coadyuvancia de la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI) que presidió el obispo Samuel Ruiz García y de las negociaciones de paz entre el EZLN y el gobierno federal.
Formó parte del equipo fundador del Grupo Galileo que aglutinó en 1997 a algunos legisladores del PRI en el Congreso de la Unión con posturas críticas al interior de su partido.
A partir del momento en que el Poder Ejecutivo rompiera su compromiso de cumplir los Acuerdos de San Andrés, Salazar comenzó a enfrentarse con mayor coherencia contra integrantes de su partido, contra el gobernador interino Roberto Albores y ante el propio Presidente Ernesto Zedillo.
Acusó al Poder Ejecutivo de no cumplir con sus promesas, de fracturar el proceso de negociación y de evidenciar falta de voluntad política para avanzar en el diálogo con el EZLN. Se enfrentó a Roberto Albores, criticó fuertemente su política y las acciones torpes y violentas hacia Chiapas y los pueblos indígenas. Denunció a los grupos paramilitares, la creciente militarización y exigió castigo y aplicación de la justicia a los responsables de la masacre de 45 indígenas de Acteal, la mayoría mujeres y niños.
El 8 de mayo, desde Villaflores, renuncia al PRI. El 24 de agosto de 1999, el Partido Convergencia por la Democracia y el Partido del Centro Democrático se pronunciaron por su candidatura.
El 2 de octubre se sumó el Partido del Trabajo y el 30 de octubre el PRD. El 23 de enero del 2000, el PAN y cuatro días después el PVEM; a finales del mismo mes se sumaron el Partido de la Sociedad Nacionalista y el Partido de Alianza Social.
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