México Sur Noticias
Brindar la oportunidad a los jugadores locales ha sido una costumbre de las directivas a través de los años desde 1975 cuando llegó el Beisbol de Liga Mexicana a Tabasco
El desarrollo del talento tabasqueño es y será siempre parte fundamental de los resultados óptimos que se esperan durante la panificación de cada temporada de los Olmecas de Tabasco.
Brindar la oportunidad a los jugadores locales ha sido una costumbre de las directivas a través de los años desde 1975 cuando llegó el Beisbol de Liga Mexicana a Tabasco y se logró la inclusión de jugadores como Angel Arevalo (+) el jardinero Jorge Aguilera y el serpentinero Tomás Johnson Madrazo.
Actualmente y para la esperada temporada que ya se avecina, la llegada de dos experimentados brazos, ambos nacidos en esta capital, Juan Salvador Delgadillo y Juan Pablo Oramas, brindarán solidez a una rotación que luce con mayor profundidad para el 2018.
Surgidos del béisbol infantil de esta capital, el derecho Delgadillo y el zurdo Oramas, trabajan arduamente en su acondicionamiento físico en sesiones diarias en el estadio “Centenario”, acompañados del jugador de cuadro Carlos Morales y del novel serpentinero derecho Refugio Marín, quien apenas debutó en 2017.
Por lo menos en el roster inicial de la campaña 2018 estos cuatro elementos nacidos en Tabasco estarán incluidos para aportar su experiencia y talento bajo las ordenes de Alfonso “Houston” Jiménez.
Luego de varios años de tratar de repatriar al pitcher Juan Pablo Oramas, la directiva tabasqueña logró obtener sus servicios para defender los colores Olmecas, tras cuatro campañas con los Diablos Rojos del México.
Juan Salvador Delgadillo emprende su segunda etapa con la organización luego de pertenecer al equipo de casa en el año 2005. Procedente de la organización de los Leones de Yucatán, el cuerpo técnico Olmeca apuesta a la experiencia de Delgadillo para fortalecer la rotación abridora.
Tras haber batallado con las lesiones al iniciar una segunda etapa con Olmecas en el 2017, donde los resultados no fueron los esperados, el bateador Carlos Morales, nativo de la Colonia Atasta, intentará aportar su poder ofensivo al line up.
Sin lugar a dudas una grata revelación el pasado año fue el debut de Refugio Marín, lanzador derecho que participó en 15 juegos en donde no tuvo decisión y logró acumular 16.1 de labor monticular, dejando una grata impresión al cuerpo técnico.
Además de Refugio Marín, la campaña 2017 fue el escenario propicio para que dos lanzadores más de origen tabasqueño lograran su debut en Liga Mexicana. El derecho Eloy de la O y el zurdo Samuel Vivas, quienes demostraron que tienen lo necesario para ser parte del staff de pitcheo en un futuro.
AUGE DE JUGADORES “POCHITOQUES”
Una notable cantidad de jugadores nativos alcanzaron la oportunidad de debutar en Liga Mexicana defendiendo los colores de los Ganaderos de Tabasco a finales de los años 80´s, precisamente cuando Humberto “Bolavista” Tapia al frente de la organización detonó el proyecto de otorgar una mayor oportunidad al pelotero tabasqueño, talento surgido del proyecto de la Liga Golfo-Caribe. De esta forma la campaña de 1988 con los Ganaderos incluyó a un total de ocho peloteros nativos.
Los jugadores de cuadro locales fueron: Alipio Bocanegra, Sergio Trinidad Ulín, Jaime Huizar, Francisco Rodríguez y el jardinero Rubén Alvarez, mientras que Juan José Romero, el zurdo Víctor Martínez y Daniel Arías (+) fueron los lanzadores en el roster con el mayor número de jugadores tabasqueños en la historia, además de incluir a Felix Zulueta García, pelotero nacido en la capital chiapaneca, pero ligado plenamente al béisbol tabasqueño.
Para el año siguiente, el desarrollo del pelotero local continuó brindando gratos resultados, al debutar con los Ganaderos a jugadores de la talla como el jardinero Lázaro Tiquet y los serpentineros Enrique Herrera, Martin Arcos y Miguel Angel Ulín, quienes conformaron la Generación de 1989, precisamente en la temporada cuando el hoy extinto Ramón “Diablo” Montoya dirigió a los Ganaderos de Tabasco.
Fueron un total de doce jugadores desarrollados en el béisbol tabasqueño que alcanzaron la LMB entre 1988 y 1989.
Orgullo Choco: Refugio Marín, Juan Pablo Oramas, Carlos Morales y Juan Salvador delgadillo |
Brindar la oportunidad a los jugadores locales ha sido una costumbre de las directivas a través de los años desde 1975 cuando llegó el Beisbol de Liga Mexicana a Tabasco
El desarrollo del talento tabasqueño es y será siempre parte fundamental de los resultados óptimos que se esperan durante la panificación de cada temporada de los Olmecas de Tabasco.
Brindar la oportunidad a los jugadores locales ha sido una costumbre de las directivas a través de los años desde 1975 cuando llegó el Beisbol de Liga Mexicana a Tabasco y se logró la inclusión de jugadores como Angel Arevalo (+) el jardinero Jorge Aguilera y el serpentinero Tomás Johnson Madrazo.
Actualmente y para la esperada temporada que ya se avecina, la llegada de dos experimentados brazos, ambos nacidos en esta capital, Juan Salvador Delgadillo y Juan Pablo Oramas, brindarán solidez a una rotación que luce con mayor profundidad para el 2018.
Surgidos del béisbol infantil de esta capital, el derecho Delgadillo y el zurdo Oramas, trabajan arduamente en su acondicionamiento físico en sesiones diarias en el estadio “Centenario”, acompañados del jugador de cuadro Carlos Morales y del novel serpentinero derecho Refugio Marín, quien apenas debutó en 2017.
Por lo menos en el roster inicial de la campaña 2018 estos cuatro elementos nacidos en Tabasco estarán incluidos para aportar su experiencia y talento bajo las ordenes de Alfonso “Houston” Jiménez.
Luego de varios años de tratar de repatriar al pitcher Juan Pablo Oramas, la directiva tabasqueña logró obtener sus servicios para defender los colores Olmecas, tras cuatro campañas con los Diablos Rojos del México.
Juan Salvador Delgadillo emprende su segunda etapa con la organización luego de pertenecer al equipo de casa en el año 2005. Procedente de la organización de los Leones de Yucatán, el cuerpo técnico Olmeca apuesta a la experiencia de Delgadillo para fortalecer la rotación abridora.
Tras haber batallado con las lesiones al iniciar una segunda etapa con Olmecas en el 2017, donde los resultados no fueron los esperados, el bateador Carlos Morales, nativo de la Colonia Atasta, intentará aportar su poder ofensivo al line up.
Sin lugar a dudas una grata revelación el pasado año fue el debut de Refugio Marín, lanzador derecho que participó en 15 juegos en donde no tuvo decisión y logró acumular 16.1 de labor monticular, dejando una grata impresión al cuerpo técnico.
Además de Refugio Marín, la campaña 2017 fue el escenario propicio para que dos lanzadores más de origen tabasqueño lograran su debut en Liga Mexicana. El derecho Eloy de la O y el zurdo Samuel Vivas, quienes demostraron que tienen lo necesario para ser parte del staff de pitcheo en un futuro.
AUGE DE JUGADORES “POCHITOQUES”
Una notable cantidad de jugadores nativos alcanzaron la oportunidad de debutar en Liga Mexicana defendiendo los colores de los Ganaderos de Tabasco a finales de los años 80´s, precisamente cuando Humberto “Bolavista” Tapia al frente de la organización detonó el proyecto de otorgar una mayor oportunidad al pelotero tabasqueño, talento surgido del proyecto de la Liga Golfo-Caribe. De esta forma la campaña de 1988 con los Ganaderos incluyó a un total de ocho peloteros nativos.
Los jugadores de cuadro locales fueron: Alipio Bocanegra, Sergio Trinidad Ulín, Jaime Huizar, Francisco Rodríguez y el jardinero Rubén Alvarez, mientras que Juan José Romero, el zurdo Víctor Martínez y Daniel Arías (+) fueron los lanzadores en el roster con el mayor número de jugadores tabasqueños en la historia, además de incluir a Felix Zulueta García, pelotero nacido en la capital chiapaneca, pero ligado plenamente al béisbol tabasqueño.
Para el año siguiente, el desarrollo del pelotero local continuó brindando gratos resultados, al debutar con los Ganaderos a jugadores de la talla como el jardinero Lázaro Tiquet y los serpentineros Enrique Herrera, Martin Arcos y Miguel Angel Ulín, quienes conformaron la Generación de 1989, precisamente en la temporada cuando el hoy extinto Ramón “Diablo” Montoya dirigió a los Ganaderos de Tabasco.
Fueron un total de doce jugadores desarrollados en el béisbol tabasqueño que alcanzaron la LMB entre 1988 y 1989.
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