lunes, 17 de mayo de 2010

Ojo Visor: Jacinto López Cruz / May 17

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(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Hecho bolas

Jaclop62@hotmail.com

La reforma constitucional al artículo 36 que realizó el pasado jueves por la noche el Congreso local que dará paso a la modificación de la Ley de Deuda Pública, que probablemente se realice este martes en un periodo extraordinario de sesiones, para que tanto el Ejecutivo como los presidentes municipales realicen empréstitos de manera directa, volvió a mostrar las fracturas internas en la que están sumidos los perredistas, ya que mientas una facción de legisladores hizo caso al llamado del dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Javier May Rodríguez para que votaran en contra del dictamen, la otra facción se “pitorreo” de ese llamado y mejor prefirieron brindar con el Dios Baco en conocido lugar, sabiendo que aunque votaran en contra, de todas maneras la reforma procedería.

La controversia desatada por la modificación constitucional que se realizaría en el Congreso local el pasado jueves 13 de mayo por la noche y que originaría que se modificar la Ley de Deuda Pública para que los ayuntamientos y el gobierno estatal pudieran contratar deudas con la banca privada, originó que el radical dirigente estatal perredista, Javier May, hiciera un enérgico llamado la mañana de ese mismo día a todos los diputados integrantes se la bancada perredista para que se presentaran a la sesión pública en la que se aprobaría dicha reforma constitucional para que votaran en contra, y con ello dejar en claro el posicionamiento de no permitir más endeudamiento de las autoridades estatales y municipales.

Al mediodía del pasado jueves se realizó la primera sesión pública donde se aprobaron diversas leyes, a la cual llegaron los integrantes de la fracción parlamentaria del PRD, salvo, Cristian Salvador Aquino, quien había solicitado permiso porque uno de sus hijos se encontraba delicado de salud en la Ciudad de México, excusa que pareció perfecta porque la confeccionó desde día antes, por lo que se preveía que a la segunda sesión pública convocada a realizar ese mismo jueves a las 19:30 horas, acudirían todos los legisladores perredistas, para que votaran en contra del dictamen a la modificación constitucional, pero despreocupados por la amenaza del radical dirigente estatal, Javier May, el ala que coordina el diputado Juan José Martínez decidió darse su tiempo, por lo que al término de la primera sesión al filo de las 16: 30 horas decidieron digerir sus alimentos en conocido lugar a donde coincidentemente llegaron algunos colegas de oficio, cuyos pechos no son bodegas.

A las 19:30 horas, puntualito, inició la crucial sesión, pasándose lista de asistencia y para sorpresa de los reporteros que cubren la fuente legislativa, los diputados Julio Manzano Rosas, Claudia Elizabeth Bojórquez Javier, Jesús Selván García y Fernando Enrique Gómez Ascencio, afines al coordinador de la fracción dirige el legislador Juan José Martínez, disidente del dirigente estatal Javier May, no llegaban, y tuvo que pasar media hora (20:00 horas) después de que iniciara la sesión para que los tres primeros mencionados se presentaran al recinto legislativo, no así el legislador de Jonuta, que por alguna, ¿causa, motivo o razón?, prefirió irse a dormir a su casa, aunque al día siguiente la dirigencia estatal del sol azteca los acusaría de alta traición, y hasta la misma facción de la fracción disidente en el Congreso, encabezado por Juan José Peralta Fócil, se sumó al linchamiento mediático y tuvo el atrevimiento de externar que solicitarían que fueran expulsados juntos con Cristian Salvador Aquino.

Con 24 votos a favor y seis en contra, la reforma constitucional fue aprobada por la mayoría de los legisladores el pasado jueves 13 de mayo, para dar pie a que en la semana que hoy lunes (17) inicia se podría tratar en la permanente la Ley de Deuda Pública, para llegar a un consenso que permita realizar una sesión extraordinaria para que sea aprobada por el pleno, aunque reconocieron legisladores como Fernando Morales y Tito Villegas que la aprobación de dicha ley secundaria no lleva prisa, porque se puede hacer en cualquier momento dentro de este periodo.

Acusados de alta traición por el dirigente estatal del PRD, Javier May Rodríguez, quien presumió públicamente que fueron sobornados para llegar tarde a la sesión pública, tres de los cuatro legisladores perredistas aludidos, porque uno se plano no se presentó, (Julio Manzano Rosas, Claudia Elizabeth Bojórquez Javier, Jesús Selván García y Fernando Enrique Gómez Ascencio), estos se “pitorrearon” en el llamado de su “líder” estatal, primero, para que no faltaran a la sesión y segundo, en cuanto a una posible expulsión y hasta lo retaron a que lo promueva por que ellos tienen pruebas de no haber recibido un solo peso como probable cochupo.

Era tanta la preocupación de los cuatro legisladores perredistas por el llamado que les había hecho su jefe de partido para que votaran en contra de la reforma constitucional que de puro gusto para comer con tranquilidad se fueron a la “Mojarrita Veloz” que se localiza rumbo a la carretera de Cárdenas, y para estar a tono pidieron su cerveza Sol, y así entre salud y salud, hasta donde llegaron algunos colegas que después contarían la historia, de la borrachera que agarraron los cuatro diputados, que se les hizo tarde llegar al Congreso para pasar lista de asistencia, lo que posteriormente dio la pauta para que los acusaran de vendidos.

Así entre sol y sol, los legisladores Julio Manzano, Claudia Elizabeth Bojórquez, Jesús Selván y Fernando Enrique Gómez, degustaron sus mojarras al grado que se les pasó la mano y en el caso del legislador de Jonuta era tanta su preocupación porque su jefe de partido, o sea May lo pudiera reprender, o por evitar que se realizara la reforma constitucional que agarró una santa bolera y por lo mismo, mejor se fue a dormir la “mona” a su casa, aunque en su descargo declaró que tenía mal de estómago, claro no era para menos, con las soles que se tomó y la mojarra el embrutecimiento etílico le produjo diarrea.

Con aliento alcohólico y un poco mareados, Claudia Elizabeth Bojórquez, Julio Manzano y Jesús Selván, todavía alcanzaron a llegar al Congreso, media hora después de que había iniciado la sesión, aunque de las acusaciones de traidores no los ha bajado su dirigente estatal, Javier May, mientras que el coordinador parlamentario, Juan José Martínez, quien primeramente había dicho que pagarán las consecuencias de sus actos, una vez que se enteró de lo que pasó ha modificado su expresión y se apresta a defender a los diputados afines a su grupo, incluso han entrado a la defensa, del legislador por Jalapa, Jesús González, quien en un acto de congruencia, decidió apoyar la reforma constitucional para dar paso a que el Ayuntamiento que preside Luis Deyá, también de extracción perredista, pueda contraer deudas con la banca para realizar obras que requiere la población ante el enorme desfalco que dejó el anterior ex-presidente municipal, que por ese hecho está en el reclusorio.

De esta forma, pese al aparente reagrupamiento de Javier May con el legislador federal, Adán Augusto López, los perredistas siguen hechos bolas, porque no hay orden, no hay mando, mucho menos unidad, y cómo puede haber unidad en un partido, cuando su principal dirigente, quiere expulsar a quienes no lo siguen en sus mezquindades y locuras.

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